Egiptomania.com, es un portal de Egiptologia en el que puedes encontrar amigos interesados en el antiguo Egipto, sus faraones, piramides, tumbas, momias, escritura jeroglifica, mitologia, ciencia, historia, arte o geografia, y ademas puedes inscribirte en su lista de distribucion de correo y recibir constante informacion sobre Egiptologia.Un viaje empalagoso

Relatos Egipcios

Principal ] Litigio en Tebas ] Los Ushebtis ] Paso al Más Allá ] El vino de Pendophis ] Las tres reinas ] El Sueño ] Reflexiones Apócrifas de Upy el escriba ] Nephti ] [ Un viaje empalagoso ] Mitos de Resurrección ] Las Siete Respuestas ] El dátil maduro ] El escriba ] Carta al Faraón ]

 

Un viaje empalagoso 

 
 Un  escándalo de divinas proporciones conmueve a toda la ciudadanía de Egipto, Grecia y Babilonia.
 
 Dos años después de la muerte del glorioso Alejandro Magno, sus restos permanecen sin sepultura ante la indecisión que plantea el enterramiento, por lo complicado de la situación del imperio. Desde que El Magno declarara en las postrimerías de su lecho de muerte:
 
 "Mi sucesor será el más fuerte", sin aclarar ni desmentir a cual de sus 120 generales se refería, la carrera por la sucesión se tornó fratricida. Nada menos que cien años de luchas para aclarar la herencia del imperio. En tanto algunas antiguas fronteras volvieron a reestablecerse como en tiempos anteriores a la invasión del Gran Rey.
 
 Se toma la polémica decisión de trasladar los restos de Alejandro desde Babilonia a Macedonia para ser enterrados según los deseos de la mayoría de sus súbditos, quienes opinaban que el lugar idóneo para el descanso de los restos era su ciudad natal de Ege, al lado de su padre Filipo II. Pero no faltaba razón a sus esposas Babilónicas al reclamar el  enterramiento a su lado, la última de las naciones conquistadas y el lugar donde las fiebres tifoideas se lo llevaron, como a cualquier hombre mortal. Tampoco fue desdeñada la última voluntad del difunto, pidiendo ser enterrado en la ciudad egipcia de Siwa.
 
 Para el traslado a Macedonia se habilitó una carroza fastuosa, preparada a modo de templo divino, pues como sabemos, Alejandro gozaba en vida de esta prerrogativa. El cuerpo del Dios partió hacia donde se suponía que había de gozar del asentamiento definitivo, de la paz suprema y de la adoración de todo su pueblo.
 
 Pero sucedió que durante el largo trayecto, el Sátrapa Ptolomeo, amigo íntimo de Alejandro Magno, atacó el cortejo. Con el jaleo que dicho asalto creó, la carroza que conducía los restos del Magno cedió, rompiéndose las ruedas traseras, lo que originó que el sarcófago provisional se deslizara yendo a dar con la única piedra que debía de haber en todo el camino. El sarcófago se abrió fatalmente.

 
 Mientras el asalto finalizaba y Ptolomeo pudo hacerse cargo de los restos de su amigo, para enterrarle en Egipto, desafortunadamente habían entrado algunos insectos y pequeños animalejos dentro del sarcófago. Lógico, si pensamos que el cuerpo de Alejandro Magno había sido, dos años atrás, recubierto con miel para conservarlo hasta determinar donde se enterraba.

 
 Rápidamente, Ptolomeo, viendo el desagradable espectáculo ofrecido gracias al dulce festín, hizo sellar definitivamente el sarcófago de su amigo, junto con los comensales no invitados, a fin de que ninguna alimaña más pudiera beneficiarse de un manjar tan dulce y elevado. Después pensó algo íntimo que le hizo mucha gracia:  "Los Dioses también poseen la capacidad de corromperse, puaj, que asco".
 

 Emitiendo acto seguido una orden  a su lugarteniente.

- Partiremos cuanto antes , sin parar a dormir si es preciso. -¿Cuál es nuestro destino, señor?. - Preguntó el lugarteniente. - Menfis. - Respondió Ptolomeo.
- ¿Menfis, Señor?. - Preguntó muy sorprendido el oficial ante el cambio anunciado por Ptolomeo.
- Pues claro que a Menfis, es una necesidad. ¿O no lo notas?. Pues destapa una rendija en el sarcófago y convendrás conmigo que este cuerpo, por muy divino que sea... En fin, que no aguantaría un trayecto tan largo.
- No es mi costumbre discutir vuestras órdenes, General, lo dispondré todo enseguida.

 Tras esa revuelta, los despojos de Alejandro Magno serán enterrados, primero en Menfis, donde se embalsamará siguiendo las técnicas egipcias de embalsamamiento, famosas por su garantía de calidad,  para posteriormente ser trasladados, ya en su ubicación definitiva a Alejandría.
 
 Esperamos que tras tan penoso y goloso viaje, Osiris les de buen cobijo en el Más Allá.
  

JEPER  &  Horjhembejh

 

Apúntate a la lista de correo de Egiptomania.com

© Juan de la Torre Suárez
Todos los derechos reservados.
Aviso Legal

Haz de Egiptomania.com tu página de inicio