EL PASO HACIA EL MÁS ALLÁ
El sol temblaba aire reseco. Luego se puso a llover y el fresco comenzó a
barrer por tres semanas el cielo caliente. Ptahotep tenía así respiro y el
trabajo no se hacía tan pesado.
Pintar… sí… poner el ocre rojo sobre la piel, dibujar serena y sinuosamente
la barca del Más Allá... Anubis y su cabeza de chacal… Isis, Nephtis… el cielo
que él solo pensaba que era octaédrico como así soñaba el número ocho de
Maat. Él repasó las líneas y terminó silenciosamente el ojo de la faraona.
Él conoce muy bien la envidia de Thutmosis hacia Hatshepsut… Él había recibido
órdenes de ella un día, el único día que pudo verla de cerca.
Selló la pared. Ni restos de los papiros sobre astronomía. Senmut le indicó
silencio. Siguió la pintura durante esas semanas; el aire del pasillo interno también se iba tornando fresco.
Así pudo trabajar durante semanas y meses hasta llegar a la cámara y sellar
la puerta falsa en el muro disimulando el paso con pinturas. Ya se hallaba
del otro lado. El aire iba enrareciéndose y escuchó el ruido a agua desde
lejos. Algunas provisiones y esa eterna lámpara de aceite lo ayudaron en su
obra. Pintó sin descanso.
Ahora el "más acá" desde el túnel construido en secreto hacia el río Nilo,
se parecía al
Más Allá. Las pinturas reflejaban el mapa del cielo y era el sueño de ella,
de Senmut y de él, un artesano "bruto" casi sin fe y anónimo…¿Es el cielo o
el infierno? La barca que él arrastra quedará encallada en el túnel… Se
siente la respiración… su amuleto le devuelve la esperanza perdida…
Las pinturas se habían quedado secas y fijas…En medio del burbujeo cierra el
túnel bajo el agua…Trata de respirar y pensar. ¿Qué verá?.
Luego hace fuerza con el cuerpo y trata de subir a la superficie.
Ileana Andrea Gómez Gavinoser |