3.-
SIGLO XIX
3.1.-
DOMINGO BADIA I LEBLICH (Alí Bey el Abbasí)
Domingo
Badía Leblich (1767-1818), conocido como Alí Bey el Abbasí,
fue uno de los primeros viajeros que recorrió el mundo árabe-musulmán
durante el siglo XIX, dejando multitud de textos que constituyen un
campo de conocimiento para su época.
Domingo Badía fue a la vez etnógrafo, espía, cartógrafo, astrónomo
e incluso dramaturgo.
Fueron
más de 5 años los que estuvo viajando por el norte de África y
Oriente Medio. Badía demostró unas grandes dotes de observación y
sobretodo una gran capacidad d adaptación al mundo oriental, que por
aquel entonces era desconocido en Occidente, de ahí el valor
documental que proporcionó este incansable viajero.
Se
hizo pasar por príncipe para estar más cerca del Sultán y así
poder realizar su trabajo de espía a la perfección.
Aunque sus motivos para viajar no fuesen del todo ortodoxos,
enseguida quedó prendando de la cultura musulmana y a pesar de todo
el daño político que hubiera podido hacer, debido a su profesión de
espía, enseguida quedó suavizado por el bien histórico de sus
escritos.
El
1
de abril de 1767 nace en Barcelona Domingo Badía Leblich, hijo de
Pedro Badía, Secretario del Gobernador General de la ciudad, y de
Catalina Leblich, descendiente de militares flamencos, que lucharon
junto al Archiduque Carlos durante la Guerra de Sucesión.
El
8 de abril de 1800 presenta al ministro Godoy un Plan de viajes a África con objetivos políticos y
científicos, es decir, ofreciéndole un proyecto de espionaje en
Oriente, donde ya manifiesta su intención de hacerse pasar por árabe
y poder infiltrarse en su cultura.
En
abril de 1805 sale de Trípoli en dirección a Alejandría; desviado
de su ruta, se quedó dos meses en la isla de Chipre, para llegar
finalmente a Egipto el 12 de mayo.
El
3 de abril 1811, ya de vuelta en España, es detenido bajo la acusación
de ocultación de bienes nacionales. Gracias a la intervención del
Ministerio del Interior, no será expulsado del cuerpo administrativo.
A raíz de la derrota francesa de Arapiles, acompañará al Gobierno
afrancesado en el exilio.
Badía,
solo, sale de París el 6 de enero de 1818; ahora se hará llamar Alí
Othman. Pasa por Ginebra, Milán y Venecia. Llega a Constantinopla al
principio de la primavera. En julio ya lo encontramos en Damasco,
desde donde prepara la nueva peregrinación a La Meca. Lo que
demuestra que su amor por la cultura oriental le llevó a convertirse
en musulmán. Le sorprenderá entonces una disentería, agravada con la
enfermedad hepática que arrastraba desde su primer viaje. Pese a eso,
y postrado en una litera, inició el viaje el 17 de agosto. No pudo
concluir su peregrinación pues la noche del 1 al 2 de septiembre
muere a causa de las enfermedades que había adquirido en sus viajes.
Publicó
un diario de viajes bajo el título “ VIAJES DEL PRÍNCIPE ALI BEY
EL ABBASI EN MARRUECOS, TRÍPOLI, CHIPRE, ARABIA, SIRIA Y TURQUÍA”
Centrándonos
en lo relacionado con Egipto, fue el primer español que viajó a
Egipto, observó y describió algunos de los más grandes monumentos de
Alejandría y de las inmediaciones de El Cairo.
Describe
con gran lujo de detalles la llamada “Columna de Pompeyo” en
Alejandría, perteneció a un edificio del Sarapeum construido
por el Prefecto Pompeyo en época romana, bajo el mandato del
emperador Diocleciano.
Durante
su estancia en Alejandría también visitó, y nos dejó prueba de ello,
las llamadas “Agujas de Cleopatra”, estas piezas a
pesar del nombre nada tienen que ver con Cleopatra,
no son sino grandes obeliscos construidos en la época del faraón
Thutmosis III (actualmente se encuentran en New York, dentro
del Central Park).
Ali
llega a esta conclusión: “...no puede considerarse sino como
denominación moderna: porque indudablemente son monumentos anteriores
a los personajes cuyos nombres llevan...”
.
Domingo
Badia las describe así: “...son dos, uno de pie y otro caído: ambos de granito
rojo color de teja y cubiertos de jeroglíficos bien conservados en
algunas caras, y casi enteramente borrados en otras...”.
En
El Cairo inspeccionó las pirámides
de Gizeh y la Esfinge.
Pirámide
de Keops y Gran Esfinge, principios de siglo XX
Ali Bey describió acertadamente la forma física
de las pirámides,
e incluso realizó un acercamiento al porqué de su construcción, según
sus propias palabras :
“...está
igualmente resuelto el problema del destino de las pirámides: fueron
elevadas para servir de última mansión a los soberanos...”.
Definió
el motivo por el que se construían esos megalíticos monumentos,
grandes tumbas señalando al cielo para una pronta llegada del faraón
al Más Allá. Poseía un buen criterio y un gran sentido de la
observación.
Realmente no pudo profundizar demasiado en sus estudios, pues
realmente el motivo por el que estaba en ese país no era el de
viajar, sino el de espiar, pero sus textos fueron de gran ayuda para
el descubrimiento del antiguo Egipto.
En
1806 abandonó Egipto.
Cómo
en el resto de las culturas también en la nuestra existieron
expoliadores.
Fue
en la primera mitad del siglo XIX cuando más se dio este sistema de
“descubrimientos” (por llamarlos de alguna forma), la técnica era
el saqueo, expolio y tráfico indiscriminado de antigüedades.
Nuestro
representante en estos eventos fue SALOMÓN FERNÁNDEZ
3.2.-
SALOMÓN FERNÁNDEZ :
Judío Sefardita, que residió en Egipto entre los años 1830 y
1860.
Se
dedico a la búsqueda de restos arqueológicos, y a su posterior venta
en circuitos privados, con lo que consiguió un gran enriquecimiento
particular, ya que en esos años estaba de moda este tipo de comercio.
De
echo se cree que fue Salomón y no Mariette quien vendió la famosa
escultura del “Escriba Sentado”, al museo del Louvre, por unos 150
francos. Una cantidad irrisoria si consideramos su valor histórico.
Por
supuesto este comercio se hizo sin consentimiento del gobierno
egipcio, con el consiguiente daño.
En
todo caso la colección de Salomón fue amplia y alabada por multitud
de egiptólogos, que tuvieron la oportunidad de acceder a ella.
3.3.-
CANAL DE SUEZ:
No “volveremos” a viajar a Egipto, hasta la inauguración
del canal de Suez (1869-187). Gracias a la participación española en
dicho evento multitud de burgueses españoles llegaron al país del Nilo
con la intención de relatar sus experiencias en Oriente.
No
existen grandes relatos que aporten nada o poco al desarrollo de esta
cultura, lo que nos demuestra la falta de interés. Fueron diarios de
viajes, que incluso de forma novelada contaban
algún detalle sobre las gentes del lugar, pero no creo que
podamos hablar de demasiado rigor histórico.
3.3.1-
JUAN DE DIOS DE LA RADA Y DELGADO:
Fue
en la segunda mitad del siglo XIX cuando se realizó la primera
expedición con carácter científico a Egipto, dirigida por el Doctor
Juan de Dios de la Rada y Delgado. A bordo de la fragata
“Arapiles”, se trasladó a Alenjandría llevando a varios
científicos para estudiar la cultura Egipcia, esto llevó a una mayor
sensibilización.
Dicha
expedición adquirió una colección de piezas arqueológicas que hoy
forman parte del fondo del Museo Arqueológico Nacional.
Este
ilustre arqueólogo, al que cabe la gloria de ser el descubridor del
Arte y la Arqueología Ibéricos, nació en Almería el 13 de Agosto
de 1827. Estudió Derecho en la Universidad
de Granada y se doctoró en Jurisprudencia.
Fue
director del Museo Arqueológico Nacional en 1868, el 19-2-1891 hasta su jubilación el 4-8-1900, nombrándosele
en esa fecha Director del Museo de Reproducciones Artísticas hasta su
muerte.
Una
de las piezas que podemos encontrar en el Museo Arqueológico Nacional
es éste
sarcófago de forma antropoide, con dos tapaderas y recubierto de
escenas religiosas, perteneció a un sacerdote del templo tebano del
dios Amón, llamado
Amenemhat que vivió en el siglo XI a.C.
Ésta
y muchas otras piezas fueron depositadas en el museo, con el motivo de
su inauguración el 20 de Marzo de 1867.
A
lo largo de los años se fue incorporando un gran número de obras
traídas de colecciones particulares, por poner unos ejemplos:
1887.-
se compra parte de la colección de Eduardo Toda (del que hablaremos más
adelante), compuesta de estatuillas, estelas, cajas funerarias, “ushebtis”,
etc...
1893-95.-
Se incorpora una colección de objetos de pertenecientes a la dinastía
XXI (cuencos, utensilios variados de uso diario, etc...).
1925-30.-
Colección egipcia donada por P. Francisco Roque Martínez, recopilada
en El Cairo.
3.4.-
RELACIÓN DE PUBLICACIONES:
Egipto
empezaba a estar de moda lo que llevó a la publicación de diversos
manuales sobre el antiguo Egipto, entre los que cabe destacar:
-En
al segunda mitad del XIX mucha gente visitó el país de las pirámides,
y como ya hemos dicho anteriormente
se escribieron multitud de cuadernos de viaje, incluso de forma
novelada, aunque el rigor científico entra en duda debemos nombra aquí
algunos:
-1870.-
“LA NOVELA DEL EGIPCIO, VIAJE IMAGINARIO A LA APERTURA DEL CANAL DE
SUEZ” editado
en Madrid, describe el viaje de un español al Nilo en el 1869, es
contado a través de la figura de Don José Castro y Serrano.
-1882.-“VIAJE
A EGIPTO Y PALESTINA Y OTROS PAISES DE ORIENTE “ editado en Lugo, escrito por Narciso Pérez Reoyo. El autor
nos describe su experiencia en un viaje realizado a Egipto en el año
1875, describiendo las pirámides de Gizeh, Abusir, Dashur, Maidum, la
escalonada y las ruinas
de Heliopolis
-
“COMPENDIO DE HISTORIA UNIVERSAL- Edad Prehistórica y Periodo
Oriental” de D. MANUEL SALES Y FERRÉ (Ulldecona 1843 – Madrid
1910), que fue catedrático de la
universidad de Sevilla, en el 1883.
En
1899 Sales y Ferré toma posesión de la primera Cátedra de Sociología
en España; concretamente, en la Universidad madrileña, se sumerge en
el estudio de la Historia del Hombre desde su origen.
Fue
un miembro fundador y activo del “Krausismo”, movimiento filosófico
y racionalista, que basa su teoría entre la fe y la razón.
Además
de ser un eminente sociólogo.
-
Será otro catedrático de la universidad de Madrid, del departamento
de Historia, D. Miguel Morayta, quien escribe un discurso en la
inauguración del curso académico del 1884 al 1885, cuyo tema es
“historia y civilización del Egipto
faraónico”.
-
Ese mismo año D. JOSÉ RAMÓN MÉLIDA,
concretamente el 6 de Mayo del 1884, da lectura en el ateneo
de Madrid a su conferencia titulada “La Religión
Egipcia”.
Este
ilustre arqueólogo, nacido en Madrid el 26 de Octubre de 1856.
Tras
titularse en la “Escuela Superior de Diplomática” (1873-1875),
donde fue alumno de Rada y Delgado, entró
en el Museo Arqueológico Nacional en Febrero de 1876 ,
ingresando en 1881 en el Cuerpo Facultativo de Archiveros,
Bibliotecarios y Anticuarios, en el que trabajó toda su vida. Desde
1912 hasta su jubilación en 1927 fue Catedrático de Arqueología de
la Universidad Complutense Presidente de la Sociedad Española de
Antropología, Etnología y Prehistoria, participó en
exposiciones, fue un brillante conferenciante, dio cursos en el Ateneo
de Madrid (1898-1903) y se interesó por la formación internacional
propia y de los arqueólogos españoles, por lo que en
este campo representa una nueva generación en la Arqueología Española.
Llevó
a cabo una inmensa labor como arqueólogo clásico, aunque también se
sintió atraído por la egiptología, especialmente en sus años
iniciales; en ella cabe resaltar la dirección de las Excavaciones de
Numancia (1906-1925) y de Mérida (1910-1930).
Sus
publicaciones:
-“
La religión Egipcia” (Madrid 1864).
-“
El Sortilegio de Karnak” (1880).
-“
Historia del Arte Egipcio”(Madrid 1897).
3.5.-
EDUARDO TODA Y GÜELL:
Hasta este momento se cumple una etapa en la historia de la
Egiptología en nuestro país, como hemos visto tampoco la presencia
española en este campo fue muy relevante, será a partir de este
momento, y gracias a la expedición de D. Juan de Dios, que España se
interesará más en profundizar dentro de la cultura Egipcia.
La figura más relevante en este nacimiento, por decirlo de
alguna manera, será D. Eduardo Toda y Güell, un catalán nacido en Reus
el 9 de Enero de 1855.
Gracias al trabajo que desempeño Toda en Egipto, que no fue
otro que el de Diplomático y Cónsul de España, tuvo acceso a
multitud de monumentos y excavaciones que le facilitaron sus estudios,
eso unido a su gran amistad con Gaston Maspero, que en ese momento era
Director del Servicio de Antigüedades, le serán de gran utilidad.
Toda viajará a Alejandría el 17 de Abril de 1884
permaneciendo en Egipto dos años más (1886).
Se unió a la expedición de Maspero que iba a remontar el Nilo
hasta Luxor, donde estaba realizando unos trabajos de limpieza de un
templo, en Der el Bahari.
Estando
en esta excavación tuvo la suerte de presenciar el descubrimiento de
la única tumba que estaba intacta por este tiempo (todos recordamos
la de Tutankhamon descubierta con posterioridad) ; era la tumba de
SETNESET (TT1, Senedyem) de la dinastía XX.
Maspero
encarga a Toda la responsabilidad de vaciar la tumba, redacta el
inventario y toma fotografías.
Me
puedo llegar a imaginar la emoción que sintió Toda al entrar en la
tumba y encontrar todo intacto y con el ajuar funerario sin tocar.
Todo
este ajuar, se encuentra en el museo Egipcio del Cairo (sala 17), en
el museo Arqueológico Nacional de Madrid y el museo Balaguer y algunas piezas en varios museos del mundo.
Gracias a Toda nuestra representación en Egipto fue física e
importante, tanto que consiguió traer algunas piezas al museo Arqueológico.
A parte de esta expedición Toda recorrió el delta del Nilo
visitando importantes lugares arqueológicos: Tanis y Canope, Sais,
Mendes, Bubastis y Atribis. Cerca de El Cairo visitó las ruinas de Heliópolis,
y exploró las ruinas de Guiza y Sakkara.
Su
suerte no terminaría con el descubrimiento de la tumba de "Setnetset",
estando en la gran pirámide es testigo del descubrimiento de una
tumba de Kemkaf de la dinastía IV.
Y
en Asuan llega a tiempo de ver el descubrimiento de dos tumbas
pertenecientes a Sarenput I y II, nobles de la dinastía XII.
Es
decir, fue testigo de la apertura de al menos 4 tumbas algo que hoy en
día no es tan fácil para un sólo Arqueólogo.
Remontando
el Nilo hace llega a Akhmin, visitando una necrópolis
si explorar.
La
visita a Karnak es más pausada y describe con más detalle todo lo
que visita, el templo de Mut y Khonsu.
Bueno
en definitiva visita casi todo el Egipto a orillas del Nilo (los
colosos de Memnon, el Rameseum, el Valle de los Reyes, el templo de
Seti, etc.).
Todas
estas experiencias quedaron reflejadas en varias publicaciones:
-“
Estudios Egiptológicos”:
Sesostris
(Madrid 1886).
La
muerte en el antiguo Egipto (Madrid 1887).
Son
Notem en Tebas: inventario y textos de un sepulcro de la XX dinastía
(Madrid 1887).
-“
Catálogo de la colección Egipcia de la Biblioteca-Museo Balaguer”
(Madrid 1889).
-“
Las Momias Reales de Bulaq” (Madrid 1889), describe el
descubrimiento de las momias de Deir el Bahari.
-“
A través de Egipto” (Madrid 1889).
Los españoles en la Egiptología (4)
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