|
La
llamada "Cámara del Rey" de la Gran Pirámide
de Keops (Jufu) vista desde el lado sur, dibujada por Dalton. Imágen
extraída de "Antiquities and Views in Grecce and Egypt
with the manners and customs of the inhabitants" , 1.791.
|
Pocos
años después de los viajes de Norden y Pococke, a los cuales siguió
el médico inglés Charles Perry, que llegó hasta Tebas en 1740, otro
inglés llegó a Alejandría en 1749 con la intención de visitar
Egipto. Se trataba esta vez de Richard Dalton, un bibliotecario y
dibujante nacido en 1715 en Whitehaven en Cumberland, que después de
haber frecuentado los estudios artísticos y literarios en Roma efectuó
un Viaje por el Mediterráneo en el transcurso del cual visitó Grecia
y Egipto.
La obra de Dalton, que no fue publicada hasta 1791, año de su muerte,
con el título titulo de "Antiquities and Views in Grecce and
Egypt with the manners and customs of the inhabitants", estaba
acompañada por un notable complemento iconográfico consistente en 79
grabados realizados a partir de los dibujos que había efectuado sobre
el terreno.
Dalton
tenía unos propósitos completamente distintos a los de sus
predecesores, y sus intereses no estaban estrechamente ligados a la
antigüedad faraónica, ni estaba animado por el propósito de
efectuar una descripción completa del país, como queda explicado en
la introducción de las espléndidas planchas que ilustran su obra: «El
autor de estos grabados no ha tenido nunca la intención de dar una
descripción del país ni geográfica ni histórica; para obtener el
material necesario para este fin se hubiera necesitado una larga
permanencia y una ayuda competente en las distintas ramas del saber
... »
Dalton, habilísimo dibujante y atento viajero, se interesó
principalmente por los habitantes del país, por su vestir y por sus
usos y costumbres, sin aventurarse en el largo y dificil viaje que había
conducido a sus predecesores al Alto Egipto, y sus dibujos revelan un
interés más etnográfico que arqueológico. En este sentido su obra,
desgraciadamente muy poco conocida todavía hoy, no se superpone a la
de Norden, de Pococke y de Perry, sino que la completa, describiendo
aspectos y modos de vida de las poblaciones locales que nunca antes
habían sido documentadas. El vestir de las personas que reflejaba su
posición social, el uniforme de los soldados, de los caballeros y de
los oficiales, las costumbres tradicionales y las ceremonias que
normalmente estaban prohibidas a los cristianos, como la procesión
llamada del «camello sagrado», en la que un dromedario atravesaba El
Cairo llevando al lomo una pequeña tienda ricamente decorada con
tejido recamado en oro que reproducía pasajes del Corán y en cuyo
interior habían sido colocados tejidos preciosos destinados a adornar
los santuarios de La Meca y de Medina, las Ciudades Santas del Islam,
son descritas y representadas por primera vez.
|
Entrada
original de la Gran Pirámide de Keops (Jufu), dibujada por
Richard Dalton. Imagen
extraída de "Antiquities and Views in Grecce and Egypt
with the manners and customs of the inhabitants" , 1.791.
|
También
los atuendos de los peregrinos que se dirigían a La Meca, la manera
original con la cual los viejos y los enfermos eran transportados
sobre poltronas especiales, cada una de las cuales estaba fijada a un
lado de un camello, la disposición de los participantes en los
lugares santos, la composición y la estructura de las caravanas, además
de los uniformes y las armas de los diferentes cuerpos de caballeros
que las acompañaban, son retratados minuciosamente. Dalton se
interesa y describe también los atuendos que las más altas
autoridades mamelucas de El Cairo como el pachá, el emir y el bey,
utilizan durante sus salidas por la ciudad y sus alrededores, con los
caballos precedidos o flanqueados por grupos de sirvientes que corrían
al lado de sus amos.
Los
caballos, sus bardas, su adiestramiento y la técnica utilizada para
montarlos constituyen fuentes de curiosidad para Dalton, que
representa a estos animales con mucha precisión y gran fuerza plástica,
poniendo en relieve los movimientos y las masas musculares, Dalton
dedica también su atención a los mercaderes, a los derviches, a las
jóvenes danzarinas y a la gente más pobre que vivía al borde del
Nilo, cubierta por pequeños andrajos de tela o simples hojas de palma
entrelazadas, y anota que «la fatiga y la pobreza de esta gente es
realmente grande, cuando no son suficientemente listos son devorados
por los cocodrilos. Los que sobreviven, cuando alcanzan el [puerto de]
Bulaq, venden sus cosas, cuyos beneficios son repartidos a partes
iguales entre todos, y se pagan el pasaje de regreso en las barcas
fletadas en dirección al Alto Egipto».
Nuestro
viajero no duda tampoco en describir el mercado de los esclavos de El
Cairo, donde es posible elegir ampliamente entre negros abisinios y etíopes,
procedentes del Alto Egipto, que, además, reciben un «tratamiento
mejor que en la mayor parte de aquellas otras regiones de África con
las que están pobladas las islas de las Indias Occidentales y parte
del continente americano». Pese a estos intereses evidentemente
etnográficos, Dalton no descuida sin embargo los monumentos faraónicos
situados en los alrededores de El Cairo y de Alejandría, siguiendo un
itinerario ya refrendado por todos los viajeros del Medioevo. Visita
Saqqara, las pirámides de Dashur, descritas como «pirámides de
Saqqara», las «catacumbas donde están las momias, que producen muy
pocas de las emociones que esperábamos experimentar sobre la base de
los falsos dibujos de los viajeros», y efectúa algunos dibujos, muy
precisos y detallados, de las pirámides de Giza, «un cierto número
de las cuales, estando en ruinas, se han convertido en montones de
arena y piedra pulverizadas ... », deteniéndose de un modo
particular en la pirámide de Keops; sus dibujos de la Gran Galería y
de la cámara sepulcral serán imitados por muchos dibujantes y
artistas del siglo XIX.
Bibliografía:
"El Descubrimiento del Antiguo Egipto" de Alberto
Siliotti. Puede consultarse en los libros prestados a la Biblioteca
de la ASADE (Asociación Andaluza de Egiptología) por Juan de
la Torre Suárez y Teresa Soria Trastoy.
|