El Imperio Antiguo
El
Imperio antiguo representó la consolidación del modo de hacer la política,
la cultura y la religión, ya iniciadas durante el
periodo protodinástico. Las Dinastías III, IV y V (2686-2345 a.C.),
marcan su apogeo, y las Dinastías VI VII y VIII (2345-2160 a.C.), su
declive. Son reinados en los
que se plasma la organización religiosa y artística con la aparición de
una la monarquía centralizada cuyo rasgo más notable es la divinización
absoluta. La monarquía que inicialmente encarnaba una forma particular
del antiguo dios Horus, fue evolucionando
a partir de la IV dinastía hacia características más solares
vinculándose al dios Re. Como homenaje al rey divinizado, más cercano a
los dioses que a los hombres, se inicia la construcción monumental de
complejos donde se reunían en un solo recinto todas las estructuras y
elementos funerarios de culto al rey muerto. Dichos complejos culminan con
la construcción de las pirámides. Durante la dinastía V, el culto solar
heliopolitano fue predominante, lo que se plasmó con la construcción de
los templos solares. De esta época data la primera evidencia de este carácter
divino de la monarquía con los Textos de las Pirámides que identifican al rey tras su muerte y
renacimiento con Re. Hacia el final del imperio antiguo al dios fallecido
se asimila con Osiris.
La
falta de evidencias y la poca información que nos ha llegado del periodo
correspondiente a la III Dinastía (2686–2613), impide hacer un
análisis sucesorio claro. Existe un verdadero problema para situar al rey
Sanajt
/ Nebka.
Se le cita en el Canon de Turín y la lista de reyes de Abidos como
predecesor de Dyeser. Si aceptamos que se le atribuye un tiempo de reinado
de 19 años, que podría ser un error, parece que habría que situarlo en
virtud de los hallazgos arqueológicos, según Gardiner en algún periodo
entre Dyeser y Seneferu. Podría tratarse también de un rival vencedor
(hijo?) de Jasejemuy , que fuera luego vencido por Dyeser, o menos
probable, que el mismo Dyeser fuera un usurpador y depusiera a Sanajt
poniendo su sello en la tumba de Jasejemuy para hacer valer sus derechos
sucesorios. Se ha postulado también que pudieron coexistir dos líneas
dinásticas que arrancan desde la muerte de Nineter, la de Sanajt, desde
Peribsen y la de Dyeser, desde Jasejemuy. A
Sanajt
que se le atribuyen con cierta probabilidad la Pirámide
atribuida a Dyeser en Saqqara, Pirámide de El-Kula, y la Mastaba de Madium.
El
considerado fundador de la III Dinastía fue Necherjet
/ DYESER / Tosortros
(2667 – 2648). Se le
atribuyen 19 años de reinado pero probablemente fue más largo a tenor de
los monumentos construidos. A pesar de lo mencionado anteriormente, y si
nos ceñimos a los hallazgos arqueológicos, no parece existir una sucesión
traumática entre el fin de la II y el inicio de la III Dinastías. Lo
demuestra el hecho de que Dyeser selló y dotó la tumba de su
probablemente padre, Jasejemuy. Bajo su reinado, el dominio real es total
con funcionarios dependientes del rey que ocupan administrativamente los
nomos del país desplazando a los caciques locales. Estableció la capital
en Menfis y consolidó las funciones organizativas del Visir. Hay
constancia durante su reinado de la explotación de minas de cobre y
turquesa en el Sinaí. Uno de los artífices de su grandeza fue su visir y
arquitecto real Imhotep, sacerdote de Heliópolis, arquitecto y médico
posteriormente divinizado e identificado con el Asclepios griego. Fue el
arquitecto de la Pirámide Escalonada en Saqqara, y el primer constructor
que empleó la piedra. Del sucesor SeJemJet
poco se sabe. Durante mucho tiempo se le confundió con Semejet de la I
Dinastía. Identificado por las inscripciones con su sello en los
precintos de 5 vasijas de barro. Su corto reinado dejó inacabada su pirámide
cuyos cimientos fueron hallados por el arqueólogo egipcio Goneim que la
bautizó como la Pirámide Sepultada. Es posible que Imhotep sobreviviera
a Dyeser ya que el estilo arquitectónico de esta pirámide es idéntico
al de la anterior.
Hay
evidencia en sellos y cilindros de otros reyes efímeros posteriores,
fruto probablemente de crisis políticas, como HUDYEFA, BA, JABA y
NEBKARA / NEFERKA a los que se ha relacionado con las pirámides
inacabadas de Zauyet el Aryan
al sur de Guiza. La momia de la mastaba 17 de Médium podría ser
Nebkara. Otro efímero rey es QAHedYet
del que hay una estela de la que se desconoce su origen.
El
Último rey de la III dinastía fue
HunY parece que con él se recuperó la
estabilidad política nuevamente. Hay pocas evidencias arqueológicas de
su reinado. Casi con toda probabilidad fue el creador de multitud de pirámides
no funerarias de pequeño tamaño sin cámara, repartidas por todo Egipto
destinadas al culto del poder real. Se le ha atribuido la pirámide en Médium
pero posiblemente la concluyó su hijo y sucesor Seneferu.
Pirámide
de Maidum
, comenzada por Huny y finalizada por Seneferu.
La
IV Dinastía comienza hacia el 2.613. No nos han llegado demasiados
datos históricos de la misma, pero la importancia y el número de las
construcciones y hallazgos arqueológicos dan prueba de una época de
estabilidad y desarrollo. El fundador de la dinastía fue SENEFERU
/ Nebmaat
Durante su reinado, se llevan a cabo grandes expediciones hacia el
Sur. La piedra de Palermo mencionan una expedición militar en la cual
7000 hombres fueron hechos prisioneros y fue robado un inmenso botín de
ganado. Aparte de varios templos repartidos por Egipto, se
le atribuyen tres pirámides: la pirámide romboidal, la falsa pirámide
de Médium, y la pirámide roja de Dashur (la primera auténtica pirámide).
El papiro de Turín atestigua un reinado de 24 años. La Piedra de Palermo
y otros hallazgos confirman expediciones militares a Nubia, Libia y
Sinaí y relaciones comerciales con Biblos y Desierto Oriental.
Su reina principal fue Hetepheres.
El
sucesor fue su hijo JUFU (Keops). Su reina fue Meritites. Continuó
la política de comercio y de construcciones de su padre. Considerado un
rey culto defensor de las artes construyó la gran pirámide originalmente
de 146 mts de altura, con trabajadores libres, campesinos que trabajaban
por un período de tiempo cuando la crecida del Nilo no les permitía
trabajar en sus campos. Según el historiador griego Herodoto, trabajaron
100.000 personas por 20 años, aunque actualmente se piensa que pudieron
ser muchas menos. Por la necrópolis y la ciudad que habitaban,
descubierta por Hawass a 2 Km. al sur de la Gran Esfinge, parece ser que el número
de trabajadores en ningún momento superó los 30.000. Herodoto nos los
describe como un rey tirano. Esta mala fama fue probablemente originada
por los sacerdotes como reacción al férreo control que ejerció sobre
los poderes religiosos. Fue un buen gobernante y durante su reinado no se
conocen conflictos importantes. Erigió diversos templos. Concedió
un importante poder al cargo de Visir, y lo ligó a la familia real.
Le sucedieron cuatro de sus hijos. El primero, Dyedefra por unas razones que
se desconocen pero que podrían ser de tipo político, abandona Guiza como
necrópolis real, y construye su monumento funerario en Abu-Rawash. Su
breve reinado y la no conclusión de la pirámide ha hecho que esta nos
haya llegado muy deteriorada. Desconocemos prácticamente todo de este
faraón. A su muerte le sucede su hermano Jafra
que retomó Guiza como lugar de enterramiento dónde construyó su famosa
pirámide de 143 mts de altura que simboliza su identificación con Re, y
la esfinge. Su reina principal
fue Hetetenka. Tomó el título de Hijo de Re, iniciando el
concepto de personalidad dual divina/humana en la persona del faraón. Tenía
control absoluto en todos los ámbitos de la vida egipcia, incluso el de
culto. Su reinado no padeció conflictos de tipo político y fue de
una razonable prosperidad.
De
sus hermanos y sucesores, Dyedefhor
/ Kahor y Baefra /
Baka hay pocos elementos historiográficos por su corto
reinado. Se les menciona en una inscripción del Wadi Hammamat.
Posiblemente las fueran suyas las mastabas G7210-7220 y G7310-7320 en
Guiza, y posiblemente perteneciera al segundo la pirámide sin terminar de
Zawyet el-Aryam de la que solo se inició la infraestructura de lo que
pudo ser una gran pirámide, donde se halló un sarcófago ovalado de
granito. Estos breves reinados posiblemente fueron consecuencia de una época
de crisis política y aunque no hay datos que lo corroboren, hay
historiadores que piensan que en el fondo de la cuestión un creciente
descontento por la pérdida de poder de los sacerdotes, lo que originó
una gran revuelta. Este hecho se refuerza con
la constatación de que, con la llegada de Menkaura, los sacerdotes
recuperaron una buena parte de su poder.
Menkaura
(Micerinos). Volvió a abrir los templos y a permitir el culto. Se le
considera históricamente un faraón más “humano” que sus
antecesores. Todo indica que debió ceder en parte a las presiones
de los sacerdotes de Heliópolis dándoles ciertas prerrogativas pero que
no cuajaron dada la crisis que se abrió a su muerte. También
dejó una pirámide de dimensiones algo menores a las de Keops y Kefrén.
Su
sucesor Shepseskaf,
probablemente abandona por motivos políticos el culto heliopolitano solar
de una forma tan brusca que se adivina una gran crisis entre monarquía y
sacerdotes que se habían vuelto muy poderosos durante el reinado de
Menkaura. Lo cierto es que abandona la idea de la construir una pirámide,
y se entierra en una mastaba en Saqqara, lo que muestra un acercamiento a
la teología menfita y un alejamiento del culto solar de Heliópolis
La
Dinastía IV desapareció de forma abrupta sin que nos haya quedado
explicación de qué ocurrió. Posiblemente hubo un último faraón
llamado Dyedefptha,
que pudiera ser también un nombre adoptado por la reina Jentkaus para
gobernar en solitario un breve periodo de tiempo.
La
Dinastía V (2.494-2345) se inicia con una nueva concepción de la.
Según la leyenda recogida en el papiro Westcar, un sabio llamado
Dyedi perteneciente a la dinastía IV en tiempos de Jufu,
predice el alumbramiento por la esposa de un sacerdote de Heliópolis,
de tres hermanos de la estirpe del dios Re que serían los primeros
faraones de la V dinastía. Ello es reflejo del paso a primer plano político
el culto de Heliópolis que
adquiere de nuevo gran protagonismo, y que pasa a ser culto del estado. El
epíteto “hijo de Re” se establece desde este momento a la titulatura
real, aunque ya se incorpora desde el reinado de Dyedefra. En la
administración del estado se crearon los organismos innovadores como
“de los documentos reales”, “de las grandes mansiones”, “de las
seis grandes mansiones”, “del granero” y “de los dos graneros”,
los cuales eran regidos por personajes que o eran de sangre real. Ello
marcaba una gran diferencia con la dinastía anterior en que la alta
burocracia estaba en manos de parientes del rey. Aumentó la carga del
estado, tanto en construcción de templos como en donaciones bienes y de
tierras al clero Heliopolitano. Los templos alcanzaran gran autonomía de
manera que los reyes no pudieron enfrentarse ni al clero, ni a una nobleza
creciente que se hizo hereditaria. Los últimos faraones de la dinastía
no disponían de recursos económicos para construir ni para mantener
templos. El poder administrativo central entró en crisis y volvieron a
resurgir la importancia de los nomos como poder administrativo, así como
de los dioses y tradiciones locales. La burocracia se volvió más eficiente y compleja, como consta en la cada vez más abundante
documentación hallada.
Se
inició con el reinado de Userkaf.
Éste fue un sacerdote de Heliópolis que accedió al trono tras la crisis
con que acabó la anterior dinastía. Reinó siete años, y ascendió al
trono al casarse con Jentkaus I, probable hija de Menkaura, legimitándose
como faraón. Favoreció la construcción de los templos llamados solares
de estructura novedosa respecto a la estructura de los templos anteriores.
Encumbró a los sacerdotes de Heliópolis en detrimento de la teoría
menfita. El Re solar se impuso sobre el Ptah menfita de forma absoluta.
Sahure
su hijo y sucesor, fue un guerrero, que reinó durante 14 años. Se
enfrentó a los libios, asiáticos e hizo intercambios comerciales con
Levante y Punt. Su tumba está en Abusir.
Le
sucedió Neferirkare-Kakai.
Encontramos testimonios la relación de este faraón con su visir y
arquitecto Weshptah en la biografía gravada en la tumba de éste en
Abusir. Fue un rey que dio
una gran importancia a los poderes religiosos a los cuales representaba y
protegía, con generosas exenciones de impuestos. Construyó el complejo
funerario de Abusir. Es el último rey nombrado en la piedra de Palermo lo
que sugiere que debió ser en esa época cuando se realizó.
El
siguiente sucesor, Shepseskare-Isi,
el
Canon Real de Turín y Manetón coinciden en atribuirle 7 años de reinado.
Apenas se sabe nada de él al no estar ya en la piedra de Palermo, incluso
no está absolutamente claro si llegó a reinar. A continuación reinó Neferefre,
hijo de Neferirkare, que construyó un templo solar llamado Hetep-Re. Lo
siguió Niuserre-Ini,
que gobernó junto a su reina Reputneb durante treinta años. La leyenda
lo caracteriza como "aplastador de todos los países". Hizo
expediciones comerciales hacia Punt y prácticamente todos los países del
Levante. Fue el constructor del mayor templo solar construidos
por los faraones de la V Dinastía y el único realizado completamente en
piedra. El complejo funerario, compuesto por su pirámide, templo
funerario y templo del valle se encuentra en Abusir, entre las pirámides
de Sahure y Neferirkare.
De
Menkauhor
se conserva una inscripción en Sinaí, y en el decreto real de Dashur. Su
filiación no queda clara. Pudiera
ser hijo o hermano de su predecesor, Niuserre.
DYedkare-Isesi
reinó durante 30 años, y nos legó los papiros de Abusir y un vaso
conservado en el museo del Louvre. Durante su reinado el culto solar
pierde progresivamente influencia, de forma que no construyó un templo
solar. El poder se diluyó a favor de una administración provincial, Se
reforzó la figura del visir y se creó el cargo de visir del Alto Egipto.
En los escombros de su pirámide, donde se halló lo que se cree que es su
momia, se
encuentra en Saqqara, que vuelve a partir de entonces a ser el lugar de
emplazamiento de los enterramientos de los reyes de la Dinastía.
El
último rey de esta dinastía fue Unas,
que construyó un monumento en Elefantina, y una pirámide en Saqqara, en
la que se grabó por vez primeras los Textos de las Pirámides que
abría camino a la concepción solar y Osiriana del rey fallecido. Tampoco
construyó un templo solar. La dinastía V finalizó sin causas claras que
lo justificaran no evidenciándose ruptura en los estamentos
administrativos del estado.
Con
el advenimiento de la Dinastía
VI, (2345-2181) el poder real
se debilitó en beneficio de los Gobernadores locales de los Nomos. Crisis
climáticas adversas que dieron lugar a penurias agrarias, implantación
masiva de inmigrantes procedentes de Asia, y revoluciones de tipo social,
complicaron política y administrativamente al país hasta en un proceso
de decadencia y caos que desembocó en el primer periodo intermedio. Su
primer faraón fue Teti I, que al parecer
llegó al trono al casarse con una hija de Unas, no tubo problemas políticos
importantes,. Le sucedió Userkare,
de reinado muy corto y sin dejar apenas restos históricos. Posiblemente
se trató de un usurpador.
El
siguiente rey fue Pepi
I / FIOPE I, que
reinó durante 50 años combatió con los beduinos y fue el faraón que
hizo por primera vez una expedición militar a Palestina. Llevó a cabo
censos bianuales. Nos ha llegado de su reinado noticias en un escrito
sobre un bloque que se encuentra en el museo del Cairo, sobre un incidente
palatino relativo al harén real. La Pirámide de Pepi I en Saqqara,
cuyo nombre, Merire-mennefer fue el origen del nombre de la ciudad de
Menfis. Los cinco últimos años
de su reinado fueron en corregencia con su hijo Merenre-Nemtiemsaf I. Este rey mostró un extraordinario
interés por Nubia, preparando su invasión que aconteció más tarde
durante la Dinastía XII. En el año IX de su reinado, construyó un canal
para hacer navegables los rápidos de la primera catarata. Su general Uni
que ya fue alto funcionario de Pepi I, fue nombrado gobernador del sur,
siendo posteriormente Hirjuf su sucesor el que estableció comercio de
incienso, marfil, aceites, y ébano, hacia el sur, por tierra y por mar,
llegando las expediciones hasta la zona de Kerma en la Alta Nubia. Hirjuf
fue de los primeros nobles enterrados en la zona de Asuan. A Merenre le
sucedió su hermanastro Pepi
II / FIOPE II, en cuyo
reinado empieza la decadencia del Imperio. Llegó al poder a los seis años.
Se calcula que reinó sesenta años. Se menciona durante su reinado la
continuación del comercio con el sur, con gran cantidad de detalles
organizativos y del personal que participaba en este tipo de expediciones.
También hay escritos grabados en la tumba del gobernador Hirjuf, en el
que nos narra anécdotas de sus expediciones, como el caso de las órdenes
dadas por un entusiasmado niño rey, respecto a los cuidados para con un
enano bailarín, regalo traído de tierras lejanas: “..ven hacia el
norte hacia la corte inmediatamente; tu traerás a ese enano contigo que
tu traerás vivo, próspero y sano desde la tierra de los espíritus, para
las danzas del dios para regocijar y alegrar el corazón del rey del rey
del Alto y Bajo Egipto, Neferkare...”. Durante su reinado se inician las
hostilidades con Nubia con escarceos militares llevados a cabo por el
general Pepi-Najht. Los nomarcas y la aristocracia local se vuelve muy
poderosa. Muestra de su independencia del poder real, es que se hacen
enterrar en necrópolis cercanas a sus nomos, bajo la protección de sus
dioses locales, alejándose de la protección que representaba la necrópolis
real. A la muerte del anciano rey, y tras el fugaz reinado de 1 año
de MERENRE II de los que se carece de documentación histórica,
accede al poder la reina NeitiJerti
/ Nitocris segunda
reina gobernante de Egipto y último gobernante de la Dinastía VI.
Asume el trono de un gobierno central que se encontraba muy debilitado y
en confrontación con los poderes locales emergentes. Presumiblemente no
existía ningún heredero adecuado. Su reinado duró cerca de 3 años.
Aparecen ambos recogidos en el Papiro de Turín.
El
estado menfita se hunde irremisiblemente durante el transcurso de las Dinastías
VII y VIII, que son sumamente controvertidas en lo que se refiere a su
cronología e incluso a su existencia real. La Dinastía VII se compuso
según Manetón de “70 reyes que reinaron 70 días”. Más parece un
consejo de notables, temporal, constituido en periodo de crisis, que una
verdadera dinastía. La Dinastía VIII posiblemente constituida por los últimos
reyes citados por el Papiro de Turín precediendo a Actoes primer rey de
la Dinastía IX. Se sabe que hubo nomos que se independizaron y que se
adoptaron una gran importancia como el de Coptos, ya durante el Primer
Periodo Intermedio.
Más
información:
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del Imperio Antiguo Dinastías
III a VI
El final del Imperio Antiguo
Autor:
Pere
Nubiola
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