USERKAF
Circunstancias
familiares:
Sucesor
de Shepseskaf,
último rey de la IV Dinastía. Se le cita en el Papiro de Turín, en la
Piedra de Palermo y en las Listas reales de Abidos y Saqqara, así como en
la Lista de reyes confeccionada por el sacerdote Manetón en el siglo IV
a.C.
Ascendencia:
según una leyenda contenida en el Papiro
Westcar, se hace descender a los
tres primeros soberanos de la V Dinastía de la mujer de un sacerdote de
Heliópolis, Reddjedjet, que los concibió por la intervención directa del
dios Ra.
Una
de las teorías sobre la ascendencia de Userkaf es que
fue hijo de la reina Neferhetep (la hija de Djedefre, el hijo y
sucesor de Khufu) y de un padre desconocido, seguramente un príncipe que
pudo haber sido sumo sacerdote de Heliópolis. Esta teoría constituiría un
punto de conexión con la leyenda, además de la justificación para el
cambio dinástico. Userkaf habría obtenido la legitimación para acceder al
trono por su matrimonio con Khentkhaus I, hija de Menkaure, de cuyo
matrimonio nacerían los dos siguientes reyes de Egipto: Sahure y
Neferirkare.
Otros
autores confirman la ascendencia de Userkaf anteriormente referida, pero, a
diferencia de los anteriores, argumentan que Khentkhaus I sería esposa, no
de Userkaf, sino de su antecesor Shepseskaf, al que asimismo legitimaría
para acceder al trono, ya que este último no era de familia real. Según
estos autores, el reinado de Userkaf supondría la escisión de una rama dinástica
por una rama secundaria, que retornaría posteriormente a la línea legítima
de Khufu con los reinados de Sahure y Neferirkare, en esta postura hijos del
anterior faraón, Shepseskaf, y de Khentkaus I.
Por
último, otros autores (Borchardt) sostienen que Shepseskaf y Khentkaus I
fueron los padres de los dos primeros reyes de la V Dinastía, con lo que,
entonces, también serían padres de Userkaf, además de Sahure. Con esta
otra teoría no existiría ruptura entre las Dinastías IV y V: el cambio
dinástico no estaría fundamentado en los cambios de linajes, sino en
razones meramente de carácter religioso, al volver Userkaf a la religión
solar, abandonada temporalmente por su padre Shepseskaf.
Antecesor
de Sahure,
como se ha expuesto, según unos autores sería su hijo ó su hermano y, según
otros, no tendría ningún parentesco con este, constituyendo el reinado de
Sahure el retorno a la línea dinástica legítima de Khufu.
Casado
con:
según las teorías expuestas, Userkaf estaría casado con Khentkhaus I, si
bien hay autores que apuntan a que tampoco sería improbable que existiesen
dos reinas con el mismo nombre: una primera, esposa de Shepseskaf y madre de
Userkaf y una segunda, esposa de Userkaf y madre de Sahure y Neferirkare. Lo
que sí es seguro es que Khentkaus I fue madre de dos faraones de la Dinastía,
ya que en su tumba en Giza nos revelaba que había sido “madre de dos
reyes”.
No
es segura la atribución a Userkaf de otra esposa, llamada Maatkha. En
cuanto a sus probables hijos, se señalan como tales a Sahure y Neferirkare.
Años
de reinado:
según el Canon Real de Turín, Userkaf reinó sólo 7 años, aunque según
Manetón gobernó 28. Parece más correcta la primera cifra, ya que la
Piedra de Palermo cita tres censos durante su reinado, los cuales se
realizaban cada dos años.
Gobernantes
y personajes coetáneos:
Nykaankh,
de Tehna: simultaneaba su servicio al gobierno central con el puesto de gran
sacerdote en el templo local de Hathor, en el que había sido nombrado por
un decreto del faraón Userkaf y se le había encargado la recaudación de
los ingresos de la fundación. En una escena se menciona a doce de sus
hijos, a su esposa y un periodo de tiempo (casi siempre un mes) durante el
cual cada uno de ellos serviría en el templo, lo que, sin duda, le daría
derecho a participar en los ingresos del mismo.
Actos
Políticos y Religiosos.-
1.-
Política.
La
opinión mayoritaria es que la ascensión al trono de los primeros reyes de
esta Dinastía fue gracias al apoyo del clero heliopolitano, que finalmente
triunfaría sobre la teología menfita, pese a la marginación sufrida en el
último tramo de la IV Dinastía por Shepseskaf. Esta opinión parece
confirmarse con la interpretación dada por los autores a la leyenda
contenida en el Papiro Westcar.
Como contraprestación a ese apoyo otorgado seguramente a Userkaf
para reinar, por parte del clero heliopolitano, la política interior más
relevante de este rey se reduce a la emisión de una serie de decretos de
donaciones de tierras a los templos, sobre todo al del dios Ra, que se
multiplicarán por los sucesivos faraones de la dinastía y que irán
menguando progresivamente el patrimonio real. También se han documentado en
los anales de la Piedra de Palermo donaciones a otros dioses, como Horus y
Hathor.
En cuanto a su política exterior, se cita a Userkaf como precursor
de las relaciones egipcias con el mundo Egeo. Una vasija de piedra inscrita,
procedente de su templo funerario, se encontró en Citera. Aparentemente,
los sucesores de Userkaf continuaron posteriormente con estas relaciones.
2.-
Administración.
A pesar del cambio de dinastía y del ascenso de Userkaf al trono,
parece no haber existido grandes cambios en el país y en la organización
de la Administración. Muchos de los altos oficiales de la IV Dinastía
continuaron en sus cargos al principio de la V Dinastía. Así, hemos citado
como ejemplo a Nykaankh en Tehna, en el Medio Egipto. Sin embargo, sí que
se aprecia una mayor descentralización: los visires ya no son parientes
cercanos del rey y los grandes puestos oficiales ya rara vez fueron ocupados
por príncipes en la V Dinastía. El control del rey sobre estas provincias
parece haberse relajado, como lo muestran las tumbas, crecientes en tamaño
y lujo, aparte de que los dignatarios preferían ser enterrados en sus
distritos y no cerca de la corte, lo que supone un primer indicio de la
descentralización que iba a terminar en la independencia de algunos nomos
al final de la VI Dinastía.
Hasta la IV Dinastía, sólo los miembros de la familia real podían
ocupar puestos de relevancia y poder decisorio en la administración, los
demás nobles se limitaban a puestos secundarios. Con Userkaf se debilitó
el poder de los miembros de la familia real en beneficio de los nobles, como
una fórmula de reparto de poder en beneficio del propio faraón. El auge de
estos nobles también propició la proliferación de funcionarios. Los
nobles recibían como pago terrenos en usufructo y, en ocasiones, el
construir, como regalo del rey, una mastaba con cargo al Tesoro Real. Este
auge del funcionariado, junto con la proliferación en aumento, con los
sucesores de Userkaf, de ofrendas, donaciones y exenciones de impuestos a
los templos iría debilitando la economía del poder central, culminando en
la crisis que puso fin al Imperio Antiguo, al fin de la VI Dinastía.
3.-
Concepciones religiosas.
El reinado de Userkaf supone la restauración del culto solar,
abandonado por su predecesor, Shepseskaf. Sin embargo, a diferencia de los
primeros faraones de la IV Dinastía, se produce una separación del culto
solar del culto del rey, con la aparición de los templos solares. Por otro
lado, el rey ya no será considerado como el mismo Ra, sino como hijo de Ra.
El culto solar recobra su independencia y su primacía: el gran sacerdote de
Ra en Heliópolis ya no no es un familiar ni un alto funcionario del rey, ni
es ya nombrado por este, como lo demuestran la falta de títulos oficiales
de los grandes sacerdotes de Ra (ur maa o “el que ve al Gran
[Dios]) durante esta época y que ya no son enterrados en la necrópolis
real junto al faraón, su familia y sus cortesanos, sino en Heliópolis.
Como consecuencia de la preponderancia de culto de Ra por el apoyo de
los faraones, en contraprestación al apoyo otorgado a los primeros faraones
de la dinastía para acceder al trono, el culto de Ptah queda relegado a un
segundo plano y convirtiéndose casi en un anejo del primero. Como muestra,
el que todos los sacerdotes de Ptah llevarán al mismo tiempo un título (ny
heb Re: el que pertenece a la fiesta de Ra) que, en cierto modo, les
hace también sirvientes de Ra.
Como
ejemplo de las crecientes ofrendas destinadas a los templos, nos consta que
Userkaf, en dos años de reinado concedió 1.924 aruras de tierra (cerca de
400 hectáreas) a los santuarios de Heliópolis, Nejeb y Pe, así como a los
templos locales y fundó 88 ofrendas diarias para su estatua.
Construcciones.
Además de su tumba, el complejo de su pirámide en Saqqara, Userkaf
es el primer faraón en realizar un nuevo tipo de monumentos que se
convertirán en las construcciones más características de la arquitectura
de la V Dinastía. En Abu Gurab, a algo más de un kilómetro al Norte de
Abusir, unos cuantos kilómetros al Norte de Saqqara, construye su templo
solar, llamado Nekhen-Re (fortaleza de Ra): se trata de una
construcción consistente en un gran podio de adobe y caliza, destinado a
altar y otro podio más pequeño sobre el que se levantaba un obelisco
achatado (el benben).
El
significado de este templo todavía no se conoce exactamente: evidentemente
está conectado con el culto solar, pero aparentemente también con el culto
funerario del rey que, como se ha visto, es diferenciado del culto de Ra. Se
considera que pudiera estar inspirado en el templo de Heliópolis y que,
asimismo, estas construcciones pudieran haber sido modelo para los templos
de Akhenaton, consagrados a Atón.
El templo solar estaba compuesto por un templo del valle, una calzada
y un templo superior, el templo solar propiamente dicho.
El templo del valle debió de estar compuesto por un patio abierto,
rodeado de un pórtico de dieciséis columnas, enfrente del cual había
entre cinco y siete capillas rituales. También es posible que tuviera una
entrada con anexos, pero esta parte del templo se halla bastante destruida.
Este templo estaba rodeado por los laterales y su parte posterior por un
recinto que se abría en la esquina suroeste, a la calzada. El egiptólogo
Mark Lehner sugiere que este recinto era para la introducción de bueyes,
que luego serían llevados por la calzada hasta el templo superior. En este
templo del valle fue donde se encontró en 1957 una cabeza de Userkaf
portando la corona roja del
Bajo Egipto. Al sur, se encontraba un barco de Ra construido en adobe.
La calzada cubierta estaba dividida en tres caminos a todo lo largo
de la misma, separados por pequeños muros de ladrillo, siendo el camino
central el más amplio. Como se ha expuesto, se ha sugerido que los animales
podían haber sido conducidos a través del camino central hacia su
sacrificio ritual en el templo superior.
Tanto
el templo del valle como la calzada parece ser que fueron alineados en
dirección a Heliópolis, lo que guardaría aparente relación directa con
la orientación de las demás pirámides de la V Dinastía, como también
con las de Giza, orientadas al mismo punto. Otros autores piensan que
pudieron estar orientados hacia las estrellas que aparecían al atardecer
alrededor del año 2400 a.C. Si esta hipótesis (Ronald Wells) es cierta, el
templo del valle de Userkaf también funcionaría como una especie de reloj
astronómico, para los sacrificios que se llevarían a cabo al anochecer.
Por
último, al final de la calzada se encontraba el templo superior. El nombre
del templo solar, Nekhen-Re, pudiera estar ligado a la ciudad de
Nekhen, hoy denominada Hieracómpolis e incluso, según arqueólogos suizos,
en su periodo más temprano pudo estar ligado a las diosas Nekhen o Neith,
quizás representando el mitológico montículo original, culminado por un mástil
(el obelisco) o para promover la unificación del país bajo la religión
solar. Lo que sí es unánimemente aceptado es que el templo fue terminado
en cuatro o cinco fases constructivas, dados los escasos años de reinado de
Userkaf, en los que no se pudo culminar la construcción, con adiciones por
parte de otros reyes, como Neferirkare y Niuserre.
En
una primera fase, realizada por Userkaf, se habría construido un montículo
simbólico en un recinto rectangular, culminado por un mástil. En la
segunda fase, bajo el reinado de Neferirkare, se erigió un obelisco de
granito en lo alto de un pedestal revestido de cuarcita y granito,
sustituyendo al montículo central anterior. Habría un corredor circular
que conducía a la parte superior del pedestal, ubicándose también dos
altares enfrente. La tercera y cuarta fases seguramente se acometieron bajo
el reinado de Niuserre: la tercera, reconstruyendo el recinto y el área
alrededor del obelisco y adicionando un recinto interior y cámaras de
caliza que no serán totalmente revestidas de yeso hasta la cuarta fase. En
una quinta fase, se añadiría un altar de ladrillo en la parte Este del
pedestal, donde probablemente pudo haber unos altares anteriores a este,
seguramente más pequeños.
Hoy
se especula con el uso del altar, ya que no hay evidencias aparentes de
sacrificios de animales en el mismo, a pesar de que en la Piedra de Palermo
se dice que en este templo eran “sacrificados diariamente dos bueyes y dos
ocas”. El altar estaba rodeado de un pequeño recinto y enfrente, a cada
lado del mismo había pequeños nichos. Al Este del altar había cinco
bancos hechos de ladrillo y piedra, que se suponen bien para la colocación
de las ofrendas o bien para que hubieran servido como bancos para los
sacerdotes, lo que parece ser más acertado, por la inscripción wr
(grande) en uno de ellos.
Por
último también se atribuyen a Userkaf otras construcciones, como la
ampliación del templo de Montu en el Tod (antigua Djerty).
Localización
de su tumba:
Userkaf construyó su pirámide
en Saqqara, abandonando la costumbre de los reyes de la IV Dinastía de
construir sus monumentos funerarios en Giza.
Descripción
de su tumba:
la pirámide de Userkaf presenta una característica insólita, ya que su
templo funerario se encuentra al Sur de la pirámide, en lugar de al Este,
como era lo habitual. Caben dos explicaciones al respecto: la difícil
orografía del terreno por el lado Este, además de la presencia del foso
que rodeaba la pirámide de Djeser, que dejaría espacio solamente para una
pequeña capilla de ofrendas, que finalmente se construyó en ese lugar y
que estaría dentro del recinto amurallado y no a horcajadas de este, como
se había asumido en una reconstrucción anterior. Otros autores consideran
que, dado que los reyes de la V Dinastía daban preponderancia al culto al
sol, quizás la orientación pudiera deberse a que los rayos del sol bañaban
el lado Sur de la pirámide durante todo el día.
La pirámide está muy degradada, ya que fue utilizada antiguamente
como cantera, lo que provocó que, al quitarse su revestimiento exterior, el
interior se desmoronase. Al lado este había tan sólo un pequeño
santuario. Originalmente tendría unas medidas de 73 metros de lado, 49
metros de altura y una pendiente de casi 54º. Tenía su entrada en el lado
norte, a ras del suelo. La entrada conducía a un corredor revestido de
granito, que comienza descendente unos 20 metros, hasta alcanzar los 8
metros de profundidad, para después continuar en horizontal por otros 19
metros. En mitad del corredor existía un pequeño nicho y a continuación
un pasillo que desembocaba en dos habitaciones en forma de T. Continuando
por el corredor principal, al final conducía a una antecámara de 3 x 4
metros, antesala de la cámara funeraria. En la misma, que medía unos 8
metros de largo por 3 de ancho, se encontró un sarcófago de vacío de
basalto.
En el lado sur estaba situado el templo funerario. La entrada a mismo
estaba situada al suroeste, lo mismo que en el templo de Djeser, y daba
entrada a dos corredores en forma de ángulo recto que conducían a un
primer patio, muy destruido por la construcción de una tumba en pozo en la
época saíta, y a otro patio de 21 x 35 metros, centrado frente a la cara
Sur de la pirámide y con el suelo de basalto. Tres de los cuatro lados tenían
un pórtico columnado y el cuarto, un muro, donde se hallaba una estatua
colosal del rey de unos 5 metros de alto y realizada en granito rojo, de la
que sólo se encontró la cabeza, llevando el tocado nemes, que es la de
mayor tamaño encontrada del periodo del Imperio Antiguo, si exceptuamos la
cabeza de la esfinge de Giza. Se conserva en el Museo de El Cairo. Esta
estatua descomunal pone de manifiesto que esta parte del templo estaba
dedicada al culto al rey no al de Ra. En la que debería ser la rica
decoración interior, destacan los relieves descriptivos de pájaros y
escenas de caza, pesca y de remeros. Paralelo a este patio había un pórtico
con ocho columnas en el que estaba situado el santuario, con cinco nichos.
En el templo funerario también había una pirámide satélite con su
propio patio. Salvo por su sistema de entrada, el templo se parece bastante
al de Khufú y, como en la IV Dinastía, se pensó para el culto conectado
con las estatuas del dios deificado.
Al
sur del templo se encuentran los restos de la pirámide de la madre de
Userkaf, Neferhetep, de unos 17 metros de alto, de la cual sólo son
visibles algunos grandes bloques calcáreos que formaban el techo de la cámara
funeraria.
Nombre de la pirámide: La pirámide que es pura de lugares.
Nota:
Las trascripciones de los nombres de este artículo están en inglés.
José
Luis Toledo
jostolper@cajamar.es
Algunas
menciones encontradas sobre este rey:
Impronta de sello hallada en
Abidos
Mencionado en la tumba de Sejemkara
at Giza
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