NEFERIRKARE
- KAKAI
Circunstancias
familiares:
Sucesor
de Sahure,
su hermano. Se le cita en la Piedra de Palermo, que cierra sus anales con
este faraón, así como en las listas reales de Abidos, Saqqara y de Manetón.
Ascendencia:
la opinión mayoritaria es que Neferirkare y su hermano y antecesor, Sahure,
eran hijos de Shepseskaf (último faraón de la IV Dinastía) y de Khentkaus
I, hija de Micerinos. Otros autores afirman que ambos eran hijos de Userkaf
y de Khentkaus I.
Antecesor
de Shepseskare-Isi,
Casado
con:
su probable esposa fue Khentkaus II. Se especula que pudieran ser sus hijos
Neferefre y Niuserre.
Años
de reinado:
la duración de su reinado se ha perdido en la Lista de Turín. La Piedra de
Palermo se encuentra rota tras el quinto censo, lo que permite al menos
asegurarle 10 u 11 años de reinado, aunque Manetón le otorga 20. Sin
embargo hay autores que piensan que es más que probable que la cifra
correcta sea la primera, sobre todo cuando se ha supuesto que bajo su
reinado se realizó la Piedra de Palermo, seguramente por orden real, cuya
lista se cierra tras su muerte.
Gobernantes
y personajes coetáneos:
Ti:
era un alto dignatario que vivió durante la V Dinastía, bajo el reinado de
varios de sus faraones. Ti se casó con Neferheptes, profetisa de Neith y
Hathor y tuvo un hijo llamado Demegi. Entre sus títulos se encontraban los
de “supervisor de las pirámides de Niuserre y Neferirkare”,
“supervisor de los templos solares de Sahure, Niuserre y Neferirkare” y
“peluquero jefe de la casa real”. Su tumba, una mastaba situada en Giza,
descubierta por Auguste Mariette en 1865, es una de las mejor decoradas de
la necrópolis de Saqqara.
Política
y Administración. Actos Religiosos.-
En la Piedra de Palermo se recogen informaciones que vienen constatan
que Neferirkare viene a seguir la pauta de los faraones anteriores:
donaciones de tierras a los dioses, junto con ofrendas de metales nobles,
estatuas, apertura de canales para los templos y dotación de personal a los
mismos. No menos importantes para la merma del patrimonio real y la
creciente independencia de los templos son las exenciones fiscales. Se
conserva un texto del reinado de Neferirkare que recoge un decreto de
inmunidad fiscal y exención de todas las prestaciones debidas al rey por
los sacerdotes para un pequeño templo de Abidos (Osiris-Jentamentiu), lo
que hace suponer que templos mayores y más importantes sin duda ya
disfrutarían de ella.
Desde principios de la dinastía, se observa cómo crecen rápidamente
estas donaciones a los templos. Así, comparativamente, Userkaf entregaba 10
ofrendas diarias de pan y cerveza; Sahure, 800 y 4.800 diarias,
respectivamente, y Neferirkare, al edificar un altar para Hathor, le concede
413 ofrendas diarias. El faraón se va desprendiendo cada vez más de sus
propiedades a favor de los templos. Los más beneficiados son los de Heliópolis,
Pe y Nejeb, gozando los templos locales también de algunas concesiones y
exenciones.
Los
archivos de Neferirkare revelan detalladamente la organización de la
administración estatal: elaboradas tablas proporcionan mensualmente listas
ó registros de obligaciones: para custodiar el templo, para
las ofrendas, incluyendo las de las estatuas y para realizar
ceremonias, traer las ofrendas diarias, con una especial obligación para el
importante banquete del dios Sokar; los horarios para los sacrificios
religiosos, los edictos reales, etc. Tablas similares listan el equipamiento
del templo artículo por artículo, agrupados por materiales, con detalle de
los daños, anotados en una inspección mensual. También se registraban el
número de puertas y habitaciones en la construcción de los templos. A
partir de esta documentación surge la hipótesis de que los templos del sol
fueron ligados de forma directa a las necrópolis reales para la
redistribución de las ofrendas.
La administración del culto cobra cada vez más importancia,
transformándose el clero en una verdadera nobleza. La autoridad máxima del
culto, después del faraón será el “jefe de todas las funciones
divinas”, alto cargo que ejercerá normalmente el visir o uno de sus
hijos.
En esta época empieza a tomar auge la posición de los funcionarios
provinciales y de los de la corte, obteniendo mayor autonomía, que irá
minando poco a poco el poder central, lo que se manifiesta en el aumento de
tamaño y riqueza de los nobles de este periodo.
Estas situaciones de privilegio provocaron que cierta parte de la
población adquiriese un estatus mayor y que formasen una clase noble que
durante los reinados de Neferirkare y sus sucesores adquirió numerosos títulos
y cargos antaño reservados para la familia real, así como riquezas, como
lo demuestra la creciente fastuosidad de sus tumbas. Muestra también de la
ascensión de esta nueva nobleza es que desde el reinado de Neferirkare hubo
de crearse un tribunal especial de justicia para dirimir los pleitos
surgidos entre la nobleza y estaba compuesto exclusivamente por miembros de
la misma, llamado el “Tribunal del Dios Grande”.
Así pues, a los gastos crecientes provocados por la construcción de
los templos solares, mantenimiento del culto y exenciones fiscales a los
templos, hay que sumar la voraz nobleza cortesana, cuyo contrapunto
encuentra el rey en el reforzamiento de los cargos administrativos,
especialmente del visir. Hay autores que piensan que la escasez de ingresos
llevó al faraón y a su maquinaria administrativa a incrementar la presión
fiscal a los sectores productivos de la población para la obtención de
ingresos, lo que llevó a la catástrofe económica del final de la Dinastía.
La administración del palacio del rey también va aumentando, hasta
el punto de que sus numerosos funcionarios y cortesanos constituyen un
gobierno especial asimilado a una provincia y confiado a un “juez
intendente de palacio”. También aparece un “canciller de palacio”, al
lado el canciller civil y del canciller sagrado, que dirige la documentación
del culto.
Dentro
del número de cortesanos creciente se pueden hacer dos grupos: aquellos que
poseen títulos de príncipe, pariente del rey o leal, que constituyen una
verdadera nobleza, y funcionarios civiles con distinciones otorgadas por el
rey, como “primero después del rey”, “amigo”, “favorito” ó
“amado del rey”. La nobleza se transforma en una clase hereditaria que
implica tres órdenes: los príncipes (iry pat), los parientes del
rey (rej nisut) y los fieles ó leales (imaju). Según Pirenne,
todos los nobles son sacerdotes reales, el culto del rey es lo que confiere
la nobleza.
Neferirkare
es el primer faraón que introduce de forma definitiva el título de hijo de
Ra en su titulatura real, a pesar de que este título ya empezó a usarse
durante la IV Dinastía, además de un segundo cartucho con el nombre de
nacimiento del rey.
Construcciones:
en la piedra de Palermo, en los años diez y once se cita el templo solar
del rey, sobre el que se construyó un canal alrededor y se levanta un muro
que presumiblemente rodeaba el barco solar, y cita concretamente “en la
esquina meridional del santuario solar Setibre”. Este templo todavía no
ha sido encontrado.
Localización
de su tumba:
se encuentra en Abusir. Neferirkare es el segundo faraón que construye su
monumento en dicha localización, tras su hermano Sahure.
Descripción
de su tumba: se
han encontrado sellos y papiros en el templo funerario, que dan un
conocimiento profundo de la estructura y el funcionamiento del templo, con
detalle de los trabajos a realizar y las listas de suministros. Los textos
hablan de suministro de
provisiones a la pirámide dos veces al día por parte del templo del sol
del faraón. Dichos documentos datan de la VI Dinastía, lo que revela que
el culto a este rey se prolongó hasta finales del Imperio Antiguo.
El complejo de su pirámide fue diseñado siguiendo el trazado del de
su hermano y precursor, Sahure, y el templo del valle y la calzada fueron
posteriormente incorporados por Niuserre al complejo de su propia pirámide.
En un principio se empezó a construir la pirámide como una pirámide
escalonada de seis niveles. Posteriormente, los arquitectos ampliaron la
construcción a ocho niveles, intentando llegar a una pirámide perfecta que
tendría unos 69 metros de alto. Se rellenaron los huecos con pequeñas
piedras y se recubrió todo ello con caliza para hacerla una pirámide de
caras lisas. El revestimiento exterior no fue terminado. Como la pirámide
de Sahure, se componía de una entrada descendente forrada con granito que
desembocaba en una primera cámara, para continuar por un corredor
horizontal revestido con caliza, hasta llegar a la antecámara y la cámara
funeraria, ambas de granito. No se encontraron restos del sarcófago.
En el templo funerario, sólo la habitación de los cinco nichos y el
santuario fueron construidos en piedra, el resto lo fue de ladrillo. Esto
hace pensar a algunos autores que fue terminado después de la muerte de
Neferirkare. Se compone de un pórtico de cinco columnas, en donde terminaba
la calzada y se daba acceso al templo, tras el cual había un vestíbulo con
dos filas de seis columnas que desembocaba en un patio columnado. Tras el
patio, un gran corredor que daba acceso a las dependencias interiores del
templo: hacia el Sur, los almacenes; hacia el Norte, una habitación
alargada de cinco columnas y frente a la salida del patio, hacia el
santuario, flanqueado por una serie de habitaciones, que más tarde serían
ocupadas por los sacerdotes encargados del culto de Neferirkare. En los
almacenes de la parte Oeste fue donde se encontraron los famosos Papiros de
Abusir, que nos revelan datos sobre el funcionamiento del templo.
Por la traducción de dichos archivos, se ha permitido reconstruir el
funcionamiento de los templos funerarios y su conexión con los templos
solares: por todo el país había terrenos destinados a la fundación
funeraria del faraón. De estos terrenos se obtenían productos que iban
destinados a una institución denominada Ra-she-Kakai (la boca de la
heredad de Kakai) de la que, seguramente una vez al mes se distribuían al
templo solar, donde parte eran utilizados como ofrendas para el culto de Ra
y el resto eran transformados en productos elaborados para ser enviados como
ofrendas para el templo funerario de Neferirkare. También nos dan el número
aproximado, exceptuando los días festivos, del consumo anual: unas 8.000
aves y 365 bueyes, lo que da idea de los grandes recursos destinados a los
templos, teniendo además en cuenta que se observaba el culto en los templos
de varios faraones de forma simultánea.
En
el lado sur de la pirámide, a unos 25 metros, se encuentran unos restos que
han sido identificados como de la pirámide de la esposa de Neferirkare,
Khentkhaus II. Esta construcción, que debió tener unos 16 metros de alto,
hoy reducidos a 4 metros de escombros, revela que fue hecha en dos fases: en
una primera, en su interior, los relieves se refieren a la reina como la
“esposa del rey”. Posteriormente, la construcción se paraliza,
seguramente por la muerte de Neferirkare, continuando después, pero refiriéndose
ahora a la misma como “madre del rey”, probablemente en alusión a
Niuserre. En los relieves del templo, junto al nombre de Horus de Niuserre,
se le llama también “madre de dos reyes”, que seguramente serían
Neferefre y Niuserre. El bloque encontrado en Abusir en el que aparecen
Neferirkare, Khentkhaus II y Neferefre confirma esta hipótesis.
Nombre
de la pirámide: La pirámide del espíritu-Ba.
Nota:
Las trascripciones de los nombres de este artículo están en inglés.
José
Luis Toledo
jostolper@cajamar.es
Algunas
menciones encontradas también sobre este rey:
Decreto relativo a los
sacerdotes de Abidos, hallado en Abidos
Inscripción de carácter
biográfico de la tumba de Rauer
Bibliografía
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