Aquel lunes, muy temprano, Jacques Atelier, becario del
Departamento de Antigüedades Egipcias del Museo del
Louvre, salía de su apartamento situado en una pequeña
calle próxima de la place Saint Michel, camino de la
Universidad, con el único pensamiento puesto en la
necesidad de hacer una buena defensa de la tesis
doctoral. Había amanecido un día frío y lluvioso de
otoño. El silencio de la mañana sólo se vio alterado por
un ligero pitido de un claxon, provocado por un
conductor que vio cómo Jacques cruzaba precipitadamente
el asfalto mojado estando el semáforo en rojo.
Jacques parecía demasiado absorto en sus preocupaciones.
El profesor Gilbert Gautier, director de su tesis, ya
hacía un mes que le había puesto fecha para la
presentación del trabajo final, si quería optar al
puesto de ayudante de investigación, agregado al
Departamento de Antigüedades Egipcias, pues el grado de
doctor era una de las condiciones imprescindibles para
optar al puesto y había otros candidatos.
Le intranquilizaba dar a conocer un trabajo que pudiera
ser considerado como carente de rigor científico. Su
aspiración al puesto de ayudante le pesaba como una
losa. No podía fracasar en su primer trabajo, que le
podía abrir o cerrar otras puertas para desarrollar su
vocación de egiptólogo.
El doctor Gautier le había encargado una investigación
centrada en la clasificación y estudio de los documentos
almacenados en las cajas DXVIII-6 y DXVIII-7, que
contenían material variado y depositado en el almacén
del museo del Louvre. Estos materiales procedían de
diversas colecciones adquiridas por el museo a lo largo
de la última centuria, pero que habían pasado
desapercibidos o quizás no habían centrado la atención
de los investigadores encargados de su primera
clasificación.
El material reprográfico de los documentos que utilizó
para su estudio se había obtenido a partir de lo que
parecían copias en papiro que un escriba había realizado
sobre otros originales. Por el momento no estaba claro
si el depósito de los originales estuvo en los archivos
de Menfis, la capital administrativa del Imperio Nuevo,
o en Ajetatón, la capital política y sede de la corte de
Ajenatón, conocido entre los aficionados a la
egiptología como el rey hereje.
Lo ideal hubiese sido disponer de más tiempo para
contrastar las primeras conclusiones con el estudio de
otros documentos depositados principalmente en los
museos de Berlín, Londres y Oxford y en colecciones
privadas, algo reacias a prestar su material.
Tras la primera labor de ordenación del material de cada
una de las cajas, llegó a la conclusión de que había que
diferenciar dos conjuntos que estaban mezclados. En el
primer grupo, los documentos tenían una estructura y
contenido de tipo narrativo, en algún caso con enfoque
intimista, pero en otros parecía que tenían la intención
de formar parte de los anales del reinado de Ajenatón, a
modo de crónicas o cartas, pues en alguno se hacía
mención a un encargo. En el segundo grupo, los papiros
originales parecía que habían formado parte de un
documento enrollado alrededor de una varilla, y por ello
mantenía la hipótesis que debía haber formado parte de
los archivos de la administración real.
Le había llamado la atención de algunos borrados
intencionados o raspaduras aparecidas en algunas líneas.
Se preguntaba si eran intencionadas y realizadas por un
autor desconocido en época coetánea al personaje real, o
bien se había practicado la damnatio memoriae en estos
documentos tras la muerte del rey Ajenatón. En este caso
¿quién y con qué finalidad había mantenido la integridad
del resto del contenido de los documentos sin llegar a
su destrucción total, como posteriormente se había
realizado en templos, tumbas y otros monumentos
realizados por el rey hereje?
Jacques había llegado a la conclusión de que todo el
conjunto documental, por el tipo de redacción, por sus
caracteres y errores gramaticales, parecía corresponder
al mismo autor. Por otra parte, los hechos narrados y
los personajes se referían a una época concreta que se
podría enmarcar entre el quinto año y el decimotercero
del reinado de Ajenatón, uno de los reyes más polémicos
de la XVIII dinastía del Imperio Nuevo.
Curiosamente había identificado que el autor de la mayor
parte de los documentos era un escriba, que firmaba
intencionadamente Radhotep. Pero, Jacques sospechaba que
este nombre también podía responder a otra identidad que
utilizaba aquel nombre como pseudónimo. Los hechos y las
narraciones eran ciertamente comprometidos. Por otra
parte, el autor no era un escriba reconocido por los
historiadores más especializados en la época de la
dinastía XVIII. Posiblemente, tampoco podía pertenecer a
una clase baja, pues demostraba cierta inteligencia y
alto nivel de formación. Quizás podría pertenecer a una
casta especial, pues por la información recogida, aun en
caso de ser de ficción, reflejaba datos y hechos que
nunca podrían haber sido narrados por escribas de
segundo nivel.
Parecía que Radhotep había redactado los papiros
utilizando un cálamo de bambú, trazando rasgos muy
finos, delicadas características que habían contribuido
a un fácil deterioro por el paso del tiempo. Además, se
vieron alterados por los continuos cambios de
temperatura y por las malas condiciones de conservación
en su tránsito desde Egipto a Europa. El escriba, en sus
transcripciones de los originales a papiro había
utilizado tinta roja para los títulos de los documentos
y tinta de carbón vegetal, con una ligera solución de
cola, para el cuerpo del texto. Al redactarlos había
intentado registrar ciertos acontecimientos que
consideraba clave para un mejor conocimiento de las
relaciones internas de la corte y de ésta con los países
aliados y amigos.
Jacques pensaba que se encontraba ante unos de los
escasos documentos conservados de carácter
historiográfico, coetáneos del rey Ajenatón. Quizás
correspondía a un intento de elaborar unos Anales
oficiales, pero al mismo tiempo otros documentos eran de
carácter más personal e íntimo ¿Su autor era una especie
de cronista del reino? o ¿acaso la redacción de los
textos tenían una intencionalidad, con el fin de dejar
rastros sobre ciertas confabulaciones en la corte?
Vistos desde la óptica de un investigador de hoy, la
mayoría de los documentos, utilizados como fuente
historiográfica subjetiva, dejaba constancia de ciertos
acontecimientos que debían ser contrastados con otras
fuentes.
Sin duda, Jacques había dado con un buen
fondo, de gran interés histórico. El conjunto de
papiros, tras su clasificación y ubicación en los
archivos del museo, no habían sido estudiados hasta
entonces. La diversidad de contenidos y su deterioro
posiblemente fueron los motivos que retrajeron en un
primer momento a los responsables de custodiar los
fondos para abordar su estudio. Las copias que había
utilizado para su investigación debieron pasar en una
primera fase por una reconstrucción del texto y una
difícil transliteración, pues además de dañados o quizás
manipulados habían estado demasiado tiempo en el museo
pendientes de estudio. Sin embargo, era muy feliz al
tener la posibilidad de descubrir un sistema de
relaciones dentro de la corte del rey Ajenatón no
detectado hasta el momento.
El reto de poder establecer nuevas tesis sobre una
crucial etapa del Imperio Nuevo le atraía de forma
especial, ya que hasta el momento esa época había
generado muchos estudios sobre los aspectos religiosos y
el cisma que provocó el rey hereje, pero pocos sobre las
relaciones políticas internas y externas, salvo los
relativos a las famosas cartas de El Amarna, el famoso
depósito hallado casualmente en 1887 en las ruinas de la
antigua capital Ajenatón, conocido hoy el lugar por Tell
el Amarna, y que ponían de relieve las complejas
relaciones de la corte de Amenofis III y la de su hijo
Ajenatón con sus aliados y amigos en el próximo oriente.
-
Sra. Presidenta del Tribunal, señores vocales, señoras y
señores, amigas y amigos, la tesis que aquí se presenta
bien pudiera para muchos contener tintes de fantasía,
pero créanme mi talento no es tan fértil. Lo que a
continuación sigue es fruto de tres años de trabajo en
el despacho del Departamento de Antigüedades Egipcias
del Museo del Louvre, gentilmente cedido por el director
del mismo. Allí he trabajado durante más de tres años,
encerrado entre diccionarios, gramáticas, textos y unos
cuantos libros de historia e informes de investigación
de los más prestigiosos especialistas del imperio nuevo
egipcio y más concretamente de la época amarniense, que
se han prestado gentilmente a proporcionarme información
aún no publicada sobre sus trabajos.
Quizás fue la casualidad la que trajo a mis manos una
colección de papiros, de diferente naturaleza y estado
de conservación, sorprendentemente inéditos, y a los que
me acerqué por encargo de mi director de tesis y
director del Departamento. Con su petición de estudio
supongo que quería poner a prueba la solidez de mi
vocación, pues el entusiasmo mostrado en la primera
entrevista con él ya hace cinco años, supongo que debí
dar en él la impresión de cierta ingenuidad de
principiante en las tareas investigadoras.
Cuando tuve acceso por primera vez a la colección,
enseguida me di cuenta de que algunos documentos tenían
una clave que les identificaba como documentos de
carácter administrativo y se correspondían con
originales transcripciones de tablillas de arcilla,
utilizadas de manera corriente en las relaciones
internacionales en la época del rey Ajenatón. Pero otros
documentos, supuestamente relacionados con ellos,
parecían tener un contenido más literario.
Fruto del trabajo personal y colectivo de los que me han
ayudado en la transliteración y traducción de los
documentos es lo que aquí se presenta. El que unos
estuviesen redactados en lengua acádica, la empleada
como corriente en la diplomacia de la época del rey
Ajenatón, dificultaba el trabajo, pues no sólo eran
copias de las tablillas originales de barro, lo que
suponía ya un posible margen de errores en la copia,
sino que requería de un trabajo más especializado en el
conocimiento de esa lengua, por lo que tuve que requerir
colaboración de otros especialistas.
En
mi exposición voy a llamar la atención sobre ciertos
documentos; unos confirman las sospechas de algunos
estudiosos de la dinastía XVIII, y otros, yo creo,
abren nuevas perspectivas para conocer más a fondo el
mundo interno y externo del Estado egipcio en la época
de Ajenatón.
DXVIII-6.1. Documento nombrado “Comentarios de Radhotep”.
Primera parte.
Mi
nombre es Radhotep, pertenezco a la casa de (…), Gran
Vidente de Atum-Ra, y soy uno de los escribas ayudantes,
encargado de inscribir, clasificar y copiar los
documentos que llegan a la corte procedentes del
extranjero. Recuerdo que ya mientras estudiaba en la Kap
del Templo de Amón, en mi interior iba naciendo una
vocación literaria que no ha sido desplazada hasta el
momento por el trabajo meramente administrativo.
Mi
primer contacto con Nefer durante las celebraciones del
festival Sed de año 4 del reinado de rey Ajenatón, Aquel
que es eficaz en nombre del Atón, fue casual. Furtivas
miradas primero. Sin embargo, el color de los ojos bien
silueteados por gruesos trazos de khol fue lo que más
llamó mi atención. Las transparencias de una elegante
túnica de seda, color turquesa, le favorecían el
contorno de un cuerpo no demasiado esbelto. En la Casa
de Millones de Años, instalada especialmente para la
fiesta, entre el tumulto del gentío y a pesar de la
rigidez del protocolo tuvo lugar el primer contacto
entre nosotros; poco después le siguieron encuentros
furtivos, para no volver a vivir sin su compañía.
Nefer ha sido mi confidente y cómplice, debido a la
posición de sirvienta dedicada a las tareas de cuidados
de los vestidos y material de maquillaje que desempeñaba
en el Palacio del Norte, muy próxima a la Segunda Esposa
Kiya, la muy amada, sacerdotisa del Maru-Atón, y
favorita de Ajenatón.
Recuerdo sus insistencias.
-
Radhotep, no me está permitido el contacto con las
personas fuera del harén. Mi vida está dedicada
exclusivamente a la casa de mi señora. Oír y callar
¿acaso es justo romper la regla de Maat?
No
podía transmitir abiertamente mis inquietudes a Nefer.
Los comentarios oídos en el entorno de Kiya, esposa
grandemente amada del Rey del Alto y Bajo Egipto, que
vive en Maat, que ingenuamente me hacía en los breves
encuentros, me inquietaban por la trascendencia que
podían tener en la corte.
Yo
le insistía.
-
La voluntad de tu señora es buena y generosa con el rey,
pero está demasiado vigilada por la Gran Esposa Real,
está desplazada, y también despreciada.
Sin
embargo, por lo que me decía, yo podía percibir que Kiya
preferiría que el Rey atendiese más directamente los
asuntos de Estado. Estaba demasiado centrado en la
construcción del Gran Templo y de otros edificios en la
ciudad, Horizonte del Atón.
¡Cuánto de conspiración había ya entonces en el entorno
de la familia real!
Año
13, III mes de Akhet, día 2, bajo la majestad del rey
Neferjeperure Uanre Ajenatón.
Jacques Atelier continuaba su exposición
ante la importante concurrencia de asistentes al acto.
Además de los invitados personales, familiares y
estudiantes vinculados al Departamento, habían acudido
un nutrido grupo de expertos de otros centros europeos
de investigación. Quizás el anuncio de esta tesis había
levantado demasiadas expectativas.
- Llamo la atención de ustedes, miembros del
tribunal, sobre la primera hipótesis y es que
posiblemente, por el contenido de este documento y de
otros que más adelante comentaré, nos parece que el
escriba que se autodenomina Radhotep tenía alguna
vinculación o dependencia de la casa de Ay, personaje
que, como ustedes ya conocen, ocupaba el puesto de
primer ministro en la corte de Ajenatón, además de ser
el padre de la esposa favorita Kiya, que desempeñó un
importante papel durante gran parte del reinado de
Ajenatón, si bien es poco conocido.
Para Jacques descubrir la vinculación con el entorno de
Ay era más importante que el mero puesto de escriba que
supuestamente Radhotep tenía en la corte. Los documentos
narrativos le podían aportar valiosa información que
complementaría hechos y sucesos de unos momentos
históricos sobre los que aún había muchas incógnitas que
descubrir.
-
El raspado que aparece en los escritos no sabemos si es
obra del mismo escriba, ante el temor de ser
descubierto, según el tono pesimista de los últimos
documentos, o de un supervisor de los archivos, que
ejecutó algún tipo de censura sobre los mismos.
Sostenemos la tesis de que hubo alguien interesado en
dar a conocer los hechos pero no en identificar a
ciertos personajes. Por otra parte, no todos los nombres
han sido borrados, como van a comprobar.
En
primer lugar, conocemos que Ay mantuvo un puesto
importante en la corte de la capital de Ajetatón, pero
que después, en su corto reinado tras los breves
periodos del rey Smenkhare y del rey Tuthankamón,
desempeñó en muy pocos años – se estima en unos tres o
cuatro - una labor de impulso del retorno a las antiguas
costumbres y al culto de Amón, así como de destrucción
de todo signo que recordase la época de Ajenatón. ¿Nos
encontramos ante un cambio de postura de Ay en muy corto
tiempo? o ¿durante el reinado de Ajenatón, su primer
ministro pudo ocultar una calculada animadversión,
haciendo un doble juego?
En
segundo lugar, ¿la favorita Kiya, a pesar de su
adoración al rey, su amado, pero por rencor hacia la
Esposa Real, Nefernefruatón Nefertiti, pudo conocer y
consentir, aunque no favorecer, las intrigas que se
ponen de manifiesto en los documentos que aquí se
presentan? ¿Cuál fue el grado de fidelidad hacia el Rey
y el de corresponsabilidad con su padre en las supuestas
intrigas que se estaban generando en la corte y que el
primer documento mencionado apunta?
La presentación de la investigación, a medida que
Jacques Atelier iba haciendo la exposición de sus
argumentos iba dando un perfil más preciso de los
personajes de la época y mantenía en tensión la
exposición de los miembros del tribunal y de los
asistentes.
DXVIII-6.2. Carta de Radhotep a (…)
Estuve en casa de Mutnajmat, hermana de la Gran Esposa
Real, el día que se conmemoraba el segundo aniversario
de la fundación de Ajetatón. Como te decía hace unos
días, las personas de la corte que más respeto me
producen son Bentu, el médico, por su demostrada
inquebrantable lealtad hacia el Rey, y Tutu el mayordomo
real. Ambos parecen ser además de consejeros y ayudantes
de cámara, confidentes personales del Rey. Sin embargo,
el Rey Neferjeperure Uanre ha elegido como pilar en la
conducción del Estado a Ay. Me pregunto si éste es
merecedor de esa confianza. El sirviente (borrado) de la
casa de Mutnajmat habló francamente conmigo y me comentó
que ya son varias las noches en las que, como pretexto
de la celebración de las fiestas de aniversario de la
fundación de Ajetatón, ha habido tal derroche de cerveza
que ha ayudado a soltar la lengua del ministro y del
general Horemheb y de otros invitados que no me ha
querido identificar.
Me
contó que (…) citaba que El Rey Nebmaatra Amenofis III,
Señor de la Verdad, padre de nuestro Rey Ajenatón,
Hermosa es la forma de Ra, la Única de Ra, quería un
país potente, con una estructura sólida centrada en dos
capitales, Tebas y Menfis, que contrapesaran su poder y
así mantener un cierto equilibrio entre los dos países.
La primera tendría un carácter más religioso y la
segunda uno más administrativo. A los centros religiosos
de Tebas les dotó de gran poder, pero no infinito, sino
limitado, y para ello con la prudencia que le
caracterizaba fue introduciendo pequeños cambios con el
fortalecimiento del culto a Atón, que estaba bien
asumido por el pueblo y que no provocaba el recelo entre
los sacerdotes de Amón. Su hijo Ajenatón fue
deliberadamente apartado de las sesiones del consejo
que mantenía frecuentemente el Rey. Ajenatón, al ver que
su hermano mayor, Tutmosis, fue afianzando su futuro en
el entorno de la capital Menfis, fue propiciando de
manera libre una desviación del enfoque que su padre
deseaba en el culto a Atón, intentando imponer la
tradición del culto solar heliopolitano, desde que fue
nombrado Gran Sacerdote de Ra en Heliópolis.
Algunas expresiones hechas no han dejado de mantenerme
en estado inquieto de alerta.
–
La herejía no fue fruto de la libre interpretación del
rey Ajenatón, sino el resultado de una operación
calculada a otros niveles superiores. No obstante, la
propensión temprana del Rey, cuando era niño, a las
cuestiones teológicas ha debido también contribuir a
tener una actitud personal y no especialmente conducida.
No debemos olvidar que él, directamente, fue el
propulsor de las obras en el templo de Karnak, en honor
de Atón, hechos que ya generaron la desconfianza de los
sacerdotes de Amón hacia el rey.
-
Por otra parte, no debemos olvidar que la primera
actitud que ha manifestado el rey es la de distanciarse
de la política de su padre, el Gran Amenofis III. Así,
como bien demanda el rey Tushratta de Mitanni, se
debe trasladar a la reina madre Tiye la conveniencia de
que el Rey intervenga más directamente en los asuntos de
Estado, pues algunos consejeros no trasladan la realidad
de la situación al Rey ¿por respeto a las prioridades
del Rey, centrado en los asuntos internos del Estado,
intentando paliar las tensiones con los señores de Tebas?
-
Los reinos amigos, especialmente Mitanni, merecen un
tratamiento de favor, por respeto a la tradición de la
política del Imperio, además de que pueden ser de gran
ayuda en caso de que sea necesario contener militarmente
al rey de Hatti en sus planes expansionistas que
empiezan a transmitir nuestros observadores en el
extranjero.
Año
6, I mes de Peret, día 5, bajo la majestad del rey
Neferjeperure Uanre Ajenatón, Espíritu eficaz de Atón.
Jacques observa que Radhotep tiene conocimiento de que
ciertos personajes aceptan los cambios que el rey ha
provocado, pero mantienen una postura crítica. Y al
mismo tiempo exculpa al Rey del proceso revolucionario y
lo entronca con maniobras externas. La existencia de
espacios borrados en éste como en otros documentos
también se da en los originales.
Hace hincapié en la constatación de que las intrigas
están envenenando internamente a la Administración,
especialmente en Menfis, que queda muy alejada de la
corte de Ajetatón, y es más fácil de manejar por quien
ostenta el poder desde la proximidad del rey Ajenatón.
-
Señores y señoras, la ya sabida ascendencia que, al
menos su madre, la reina Tiye tenía sobre Ajenatón antes
y durante su reinado ya es conocida. Pero pudo haber
otras influencias menos conocidas hasta el momento.
Conocemos que reyes y señores de los territorios del
próximo oriente, amigos, aliados y súbditos del Rey de
Egipto reconocen la autoridad soberana de Amenofis III y
de la reina Tiye, pero no menos cierto que esos
territorios durante el siglo XIV pasa por convulsiones
demográficas y económicas que propician la inestabilidad
política y por ello la necesidad de variar
permanentemente el sistema de pactos, como así nos lo
desvela el siguiente documento.
DXVIII-6.3. Mensaje de Radhotep a Nefer.
-
Como te dije hace unos días, sigo preocupado por el
ambiente que se está produciendo en ciertos círculos de
la corte y que puede influir en la felicidad de nuestro
pueblo y en la nuestra propia. Quiero que me tengas al
corriente de cualquier movimiento anómalo que observes
en la casa de tu señora. Vives más cercana que yo de los
comentarios que de forma natural se producen entre los
visitantes e invitados. Puedes pasar más desapercibida.
Siento que yo no poseo tanta capacidad de distinguir lo
que es intención de desacato de lo que responde a una
dirección oficial. Parece que el Rey desea tomar el
mando en ciertas cuestiones de Estado. Ha estado
demasiado tiempo apartado de las mismas, entretenido en
la dirección de las obras, a pesar de que el arquitecto
no se ha alejado en ningún momento de su lado. Sabes que
el Rey no ha querido delegar estas funciones. Es muy
celoso y está preocupado por que Ajetatón sea un centro
propulsor de la energía solar.
En
la elaboración de la última estela fronteriza ha querido
plasmar su mensaje y dejar constancia de que el nuevo
orden debe ser respetado por todos y que no se permitirá
ninguna desviación ideológica.
Año 8, III mes de Akhet, día 2, bajo la majestad de
Neferjeperure Uanre Ajenatón, Aquel que es eficaz en
nombre del Atón.
Jacques haciendo un inciso, recuerda que los
investigadores consideran que en la redacción del texto
de la Estela fronteriza S, situada en el sudeste de la
ciudad de Ajetatón, a la que parece que está haciendo
referencia la carta de Radhotep a Nefer, ha participado
directamente el Rey y por eso le da cierta relevancia al
mensaje que se desea transmitir. A pesar de que la
citada estela está bien conservada, hay zonas que están
dañadas y su texto propuesto es aún fruto de discusiones
entre los egiptólogos.
-
Llamo la atención de ustedes sobre el valor de la carta
personal citada que confirmaría, de estar relacionada
con la Estela S, que en torno al año 8 del reinado de
Ajenatón, el rey quiso dar un giro en su política, dando
a entender que no consentiría ningún conato de rebeldía
o alejamiento del nuevo orden. No obstante, todavía no
queda claro si hubo actos manifiestos de rebeldía – cosa
que creemos improbable pues nos habría llegado alguna
mención de ello por escritos coetáneos o posteriores – o
se trataba más bien de una llamada de atención o de
radicalización de la ortodoxia atoniana. Probablemente,
como se demuestra en los restos arqueológicos de algunas
poblaciones, el culto a Amón y a otras deidades no había
desaparecido y creemos que incluso los sacerdotes de
Amón en Tebas mantenían una poderosa influencia en parte
del territorio, además de seguidores y cómplices dentro
de la estructura política del Estado.
Algunos documentos que han centrado mi tesis, como
pueden ver, no dejan de confirmar muchos de los aspectos
conocidos por las aportaciones de la arqueología, pero
otros dan nueva información, aunque incompleta, que
consideramos ciertamente valiosa porque completan alguna
disponible en documentos y restos arqueológicos..
Para
la mitad del período del reinado disponemos de otros
documentos también muy interesantes. Éstos nos indican
que el rey, detectando que el clero de Amón estaba
actuando sobre el pueblo, ejerciendo labores de
proselitismo y de mantenimiento de las antiguas
tradiciones, en beneficio siempre propio, trató de
sofocar la rebeldía imponiendo de nuevo el orden de Atón,
censurando todo tipo de imágenes que se opusiesen al
culto oficial atoniano
DXVIII-6.4. Radhotep a (…).
Lo
que oí, yo te cuento.
Me
cuesta sostener el cálamo entre mis dedos, al tener que
narrarte lo que sigue. Hace unos días, en los jardines
del Palacio, Hat, fiel ayudante en el carro de combate
del Rey, y Najt mantenían una conversación mientras
paseaban en el hermoso jardín del Gran Palacio, entre
las acacias y granados.
- El
mensajero de la corte en Menfis ha traído una carta del
señor de Amka, en la que pide colaboración del Rey,
amado de Atón, para contener las continuas incursiones
del rey de Hatti, que tratan de disminuir las reservas
de provisiones de su pueblo. En la carta se indica que
los acechos permanentes no sólo provocan la desconfianza
de los mercaderes de Amka y los nuestros que hacen el
camino de Horas, cada vez más inseguro, sino que
posiblemente se deba a una estrategia de Shuppiluliuma,
rey de Hatti, hermano, que desea debilitar el ánimo de
las poblaciones de la zona y conducirlas a su esfera de
poder.
-
Las peticiones de ayuda al Rey no han llegado
directamente a la corte de Ajetatón, Horizonte del Sol,
aún estando establecido por Ajenatón que los mensajes
de sus hermanos reyes de Hatti, y Mitanni le lleguen
directamente a él, sino que han sido desviados a Menfis.
Alguien que dispone de un control de las comunicaciones
ha maniobrado de manera calculada para manipular la
información.
-Te digo que las noticias que llegan es que el caos se
apodera de Asia, y la influencia de Shuppiluliuma va en
constante aumento. El país de Amurru se suma a la
rebelión, así como Babilonia, Biblos y Palestina; todos
nuestros vasallos van cayendo uno tras otro. Puede
decirse que el Imperio está en una auténtica crisis
internacional y al final el pueblo exigirá
responsabilidades. La situación es auténticamente
insostenible.
Estaré atento a cuanto acontece en Palacio. Mi señor se
queda algunos documentos que no me ordena copiar y
registrar para los archivos reales.
Año
10, II mes de Shemú, día 11, bajo la majestad del rey
Neferjeperure Uanre Ajenatón, Perfectas son la
transformaciones de Ra.
A juicio de Jacques, el documento ilustraba algunos
aspectos ya conocidos por algunas Cartas de El Amarna.
Sin embargo, por su enfoque diplomático, éstas no
aportan los matices que los documentos de Radhotep
narraban. Así, en su exposición ante los cada vez más
sorprendidos asistentes a la exposición de la tesis,
insistía
- Lo
manifestado en esta carta personal dirigida por Radhotep
a un desconocido, nos lleva a esbozar una hipótesis
hasta ahora no mencionada con claridad en las
publicaciones científicas. Pudieron existir dentro de
la corte de Ajenatón, al menos, dos líneas de actuación
dentro del Estado. Por una parte, hubo altos cargos
propensos a mantener una línea permanente de contactos
diplomáticos con los aliados, a los efectos de que no se
rompiese el equilibrio y a mantener las alianzas y el
reparto de influencias sobre la zona. Otra línea estaría
representada por los más próximos al Rey y que la
podríamos caracterizar por un cierto ensimismamiento
interno y de pérdida del contacto con la realidad
política externa. En este supuesto contexto apuntamos
antes ustedes la tesis de que el Rey Ajenatón bien pudo
estar manejado por determinados consejeros y cortesanos.
Unos, los de la primera línea, inclinados a mantener un
línea de influencia en el exterior que les podría dar
cierta fuerza y apoyo en caso de tener que actuar en el
interior, por lo que estarían interesados en mantener al
Rey ajeno a la acción política directa y por tanto les
venía muy bien que estuviese entretenido en el
desarrollo del culto a Atón. Y para los de la segunda
línea, creídos en la innata fortaleza de la institución,
mediante la adulación y el fomento de la nueva cultura
atoniana, menospreciaban cualquier atisbo de rebeldía de
los súbditos extranjeros. La creencia común era que la
institución de la monarquía debía permanecer intacta y
por ello las dos fuerzas iban midiendo sus progresos en
la escalada del poder al margen de la familia real. No
obstante, una de las incógnitas que no se revelan en los
documentos analizados es el papel que jugó la reina
Nefertiti en la segunda fase del reinado de Ajenatón.
Jacques pudo encontrar un breve fragmento que
seguramente se relacionaba con la carta anterior y que
era una supuesta contestación del destinatario. Sin
permitir que el tribunal y los asistentes pudieran
distraerse y hacer comentarios entre si, que distrajesen
el efecto que quería provocar en su paulatina exposición
y revelación de descubrimientos clave, leyó el
documento.
DXVIII-6.5. (…) a Radhotep.
- En
mi opinión, la voluntad del Rey es no alterar el orden
de las cosas, y que Menfis cumpla con las tareas de la
Administración de los dos países, Alto y Bajo Egipto, y
de las relaciones con los países extranjeros. Según, he
creído entender, tu señor contesta a los peticionarios
de ayuda a espaldas del Rey ¿insinúas que hay un caso de
traición? O ¿acaso me indicas que está tan ajeno al
alcance de los acontecimientos que tiene nublada la
vista?
Año 10, IV mes de Shemú, día 20, bajo la majestad del
rey Neferjeperure Uanre Ajenatón, Perfectas son la
transformaciones de Ra.
A Jacques este documento le indicaba que posiblemente
Ay estaba fortaleciendo una trama de alianzas. Su
obsesión por llegar al trono era extrema. El primer
ministro veía una oportunidad para sustituir a los
candidatos a herederos masculinos, que no eran de línea
directa. La memoria del denostado reinado de Hatshepsut
era demasiado reciente y quería aprovechar la ocasión, a
fin de que las hijas del rey no fuesen las sucesoras.
DXVIII- 6.6. Radhotep a (…)
Hoy quiero decir que en la casa de Ay, en reunión a la
que asistieron varios comandantes con el general
Horemheb se ha comentado.
- La
línea más oficial es la mantenida por el ejército y la
policía capitaneada por el fiel Mahu, que da
permanentemente protección al Rey, hijo de Ra, que vive
de Maat y a Nefertiti, Gran Esposa Real, que viva por
siempre y eternamente.
- El
jefe de la policía ejerce un férreo blindaje en torno a
la familia real, no sólo en sus desfiles diarios por la
Vía Real de Ajetatón, y en sus apariciones públicas en
la Ventana de la Apariciones del Palacio, sino también
en los momentos que el Rey convoca al consejo del reino.
Toda la vigilancia es poca. El Rey conoce los intentos,
pero no les da importancia.
- El
ejército desde los tiempos del rey Tutmosis III ha
tenido como principal misión proteger las fronteras de
Asia y dar estabilidad a las posesiones del país de Kush,
pero hoy se siente insatisfecho. Hay demasiado ruido en
los acuartelamientos por la escasez de recursos, que se
achaca a que el Rey los desvía a las obras de la capital
y a la construcción de costosos monumentos.
En
casa de mi señor, pude escuchar una conversación en la
que él preguntaba a su invitado.
-
Ante los últimos acontecimientos ¿debemos prestar un
servicio al pueblo, actuando, o esperar a que la regla
de Maat se restablezca sin nuestra intervención?”
-
Debemos tener presente que la influencia de los
sacerdotes de Amón todavía pervive, pues en muchas de
las estructuras administrativas del Estado permanecen
muchos adeptos al Templo de Karnak, por no decir que el
culto aún está muy enraizado en el pueblo.
Año 11, IV mes de Shemú, día 5, bajo la majestad del rey
Neferjeperure Uanre Ajenatón, el único Ra.
Con la revelación de este documento, se
afianzaba la tesis de la conspiración. Para algunos,
este punto de vista pudiera parecer que se confirmaba
que había algún intento de rebeldía, pero precisamente
los asistentes mencionados sólo lo hacían constar y su
duda ante una pertinente intervención podría también ser
interpretada como de blindaje y protección del monarca.
Para disminuir la tensión narrativa, Jacques cambió el
registro y quiso cruzar la exposición con los documentos
más narrativos, continuando con los de índole intimista.
DXVIII-6.1. Documento nombrado “Comentarios de Radhotep.
Segunda parte.
Desde el balcón de la habitación, sentado en el suelo
con las piernas cruzadas, diviso el primer plano de los
jardines de la Gran Casa, que dan al río. Tengo una
hermosa vista ante mí. Observo que en la ribera todo es
vida y algazara. La gente vive ignorante de los sucesos
de la corte.
Mi pensamiento me lleva a la memoria de Amenhotep, hijo
de Apu, Príncipe y Escriba real,
primer amigo entre los amigos del Rey, quien alcanzó un
puesto preeminente en la corte de Amenofis III quien le
tenía en alta estima, por su extraordinaria valía. Su
honesto trabajo le llevó a la admiración del propio Rey
quien le otorgó un privilegio excepcional, reservado
únicamente a los príncipes y reyes, como fue el derecho
a construirse en Medinet Habu un templo funerario junto
al suyo. Sin embargo, Amenhotep no llego a comprender la
falta de sintonía con la teología atoniana, o con la
reina madre Tiye. El Rey fortaleció el culto a Atón y su
hijo lo que ha hecho ha sido desarrollarlo de manera
personal.
Los
hechos que voy descubriendo tienen una trascendencia
importante para la paz de este pueblo. Las ambiciones de
unos y las traiciones de los más próximos vuelven a
alterar el orden.
Bek, el escultor jefe de la Casa Real, está
desarrollando una línea artística inspirada en los
deseos de Ajenatón, por lo que su propósito es ensalzar
la figura del Rey y de la familia real, y así expresar
el carácter sagrado y el poder creador de Ajenatón. Por
ello, se espera que en la próxima estación se den a
conocer los próximos bocetos de las imágenes de Atón, el
Rey y la Reina que deben presidir las capillas
domésticas de las viviendas de Ajetatón ¿Estas
iniciativas podrán fortalecer los vínculos entre
monarquía y pueblo?
Año
13, IV mes de Akhet, día 9, bajo la majestad del rey
Neferjeperure Uanre Ajenatón.
Jacques
admitía que los documentos en sí mismos tenían un valor
inapreciable para el profano. Sin embargo, para los
estudiosos de la época, les debía parecer como un
descubrimiento excepcional, pues la narración contenía
textos de diálogos, y también narraciones en forma de
crónica, aparentemente coetánea, muy poco frecuentes.
DXVIII-6.1. Documento nombrado “Comentarios de Radhotep.
Tercera parte.
Hoy desde la terraza de casa he visto al Rey
junto a la Gran Esposa Nefertiti, desfilando por la Vía
Real, procedente del Palacio del Norte, en dirección al
Gran Templo de Atón, donde ha habido las ofrendas
habituales de comida y flores de los sacerdotes
oferentes en los altares del Atón. Los actos como
siempre estaban presididos por los sacerdotes Panhesy
y Pawah. Después la comitiva ha desfilado como
hace frecuentemente, encabezada por la pareja real,
hacia una exposición ante el pueblo. En esta ocasión,
iban acompañados por sus hijas subidas en el mismo
carro, uncidos por bueyes, adornados con cuernos
dorados y con flores de variados colores. Los reyes
iban sentados en sendos bancos, nivelados a la misma
altura. Como en otras ocasiones, en esta exposición ante
el pueblo de Ajetatón, el Rey ha pretendido dar la
impresión de que ambos, la pareja real, son Uno, amados
de Atón.
El
Rey con el torso desnudo, untado en aceite, llevaba la
doble corona del Alto y Bajo Egipto, en el cuello lucía
un sencillo collar con cuentas de piedra dura de
inspiración floreal, del que colgaba un pectoral de oro
con taraceas de cornalina, lapislázuli y turquesa, y en
el que se representa al Rey y la Reina sentados uno
frente al otro, recibiendo los rayos vivificadores del
Atón. Él vestía un corto y angosto faldellín con pequeño
delantal trapezoidal, por debajo de la barriga,
sostenido por un bello cinturón, y calzaba unas
sencillas sandalias tachonadas por botones de oro y unos
anchos brazaletes en los tobillos, hechos de perlas de
pasta de vidrio.
La
Reina, además de su clásica corona, lucia unos
pendientes con forma de hermosos anillos de perfil de
hongo, dejando a la vista la cabeza decorada con oro y
pasta de vidrio. También, calzaba sencilla sandalias y
en sus tobillos unos brazaletes con hilos que portaban
pequeñas margaritas de turquesa, cornalina y gránulos de
lapislázuli. Asimismo, portaba un llamativo ancho
collar de cuentas de fayenza, que resaltaba sobre su
túnica tubular, ceñida, de lino de color crudo.
Al
carro real le seguía el de la Reina Tiye, madre del Rey,
y especial invitada a los actos que se iban a
desarrollar en la intimidad de la corte. Lucía en la
cabeza su clásico tocado-khat con la doble pluma de
Hathor y con un disco en forma de cuernos. Su ancha
túnica de lino blanco era ancha, y enriquecida por
fruncidos y flecos. Portaba un collar de perlas de
amatista, alternados por broches de oro que le regaló
recientemente su hijo.
La organización del desfile, en un día muy
soleado, ha tenido el objetivo de trasladar a los
habitantes de Ajetatón la idea de solemnidad de la
triada sagrada de Atón, que todo lo ilumina, sobre
Ajenatón y Nefertiti, rodeados de un ambiente
especialmente preparado.
La muchedumbre a ambos lados de la Vía
aclamaba a la comitiva, y arrojaba pétalos de flores a
la pareja real y daba vítores acompañados con sistros y
otros instrumentos musicales.
El desfile finalizó ante la puerta del Gran
Palacio, pues estaba prevista la aparición de los reyes
en la ventana, ya que el Rey había decidido otorgar
públicamente unos collares de oro y otros obsequios a
algunos miembros de la casa real, destacados por su
fidelidad en el fortalecimiento del nuevo culto.
Año
13, IV mes de Akhet, día 15, bajo la majestad del rey
Neferjeperure Uanre Ajenatón.
Pero, sin duda, el documento que mencionaba
la celebración del año 12 del reinado de Ajenatón, por
otra parte suficientemente registrada, llamó la atención
del tribunal, pues aportaba más información que la ya
conocida
DXVIII-7.1. Sin título.
Por
encargo del administrador de los archivos, mi deber ha
sido registrar la Gran Celebración.
En
la recepción de embajadores, lo que vi y oí.
En
la gran explanada de los altares del norte de la ciudad,
durante la entrega de los presentes y credenciales de
los embajadores y representantes diplomáticos de los
países que habían acudido a rendir pleitesía al rey del
Alto y Bajo Egipto Neferjeperure Ajenatón, que vive de
Maat, el señor de las Dos Coronas, hijo de Ra, de gran
duración de vida, y la Gran Esposa Real, su amada
Neferneferuatón, Nefertiti, su Majestad apareció en el
trono de su padre, Atón, mientras que los jefes de cada
país extranjero, desfilando majestuosamente uno a uno y
tras postrar su cabeza en el suelo por siete veces,
aportaban sus tributos y le pedían respetuosamente el
estado de paz, a fin de respirar el aliento de vida.
Ajenatón y Nefertiti, aparecieron bajo un gran dosel de
oro fino con objeto de recibir tributo de los países de
Kharu y de Kush, del Occidente y del Oriente. Incluso
las islas de en medio del mar aportaron tributos al rey,
sentado en el gran trono de Ajetatón para recibir la
contribución de cada país. Estaba toda la familia real
con sus hijas.
Los
soberanos, familiares y altos dignatarios estaban
situados en una elevada plataforma acordonada por la
guardia kushita, que estaba dirigida por un comandante
que dependía directamente del General Horemheb. Una
rampa escalonada permitía el acceso de los embajadores.
El
Rey, sentado en un trono de madera de sicómoro, con
respaldo dorado y con patas de león, presentaba un
aspecto de gran majestad, con su vientre y pechos
prominentes, anchas caderas, y manos y pies
delicadamente largos y finos. Su rostro, untado de
aceite hidratante llamaba la atención por las mejillas
ligeramente hundidas; sus labios gruesos y sus ojos en
forma de almendra, muy separados, desprendían gran
luminosidad. La frente inclinada hacia atrás se mantenía
erguida por su largo cuello. A su derecha, Maya,
el Portador del abanico en la mano derecha del Rey y a
su izquierda, Tiay, Inspector de los caballo y carros
del Rey, y en lugar preeminente, Meryre, Gran
Sacerdote de Atón en la casa de Ra. En una segunda fila
detrás del Rey, se encontraba Huya, Supervisor del Doble
Tesoro del rey y Mayordomo en la casa de la Reina Tiye.
Ajenatón observaba sentado cómo Ay, hermano de la Reina
Madre Tiye y padre de la Gran Esposa Real Nefertiti, se
presentó ante los reyes y tras inclinar la cabeza ante
ellos, se dirigió mirando a mediodía y ante el silencio
de todos los presente, la corte en pleno, representantes
y muchedumbre del pueblo, levantando las manos en señal
de oración elevó ante los presentes el himno a Atón.
"¡Espléndido te alzas en el horizonte, Oh Atón
viviente, creador de vida! Cuando amaneces en el
horizonte oriental, llenas todas las tierras con tu
belleza. Eres bello, grande, deslumbrante, elevado sobre
todas las tierras; tus rayos abrazan las tierras, hasta
el límite de todo lo que has creado, porque siendo Ra,
alcanzas sus límites, y los has doblegado para tu amado
hijo; aunque estás lejos, tus rayos brillan sobre la
tierra, aunque cualquiera sienta tu presencia, tus rayos
son invisibles. Cuando te pones en el horizonte
occidental, la tierra queda en tinieblas, como en la
muerte...
Ay
con el himno, considerado como oración y ritual
necesario, previo a los desfiles y entrega de los
presentes, pretendía trasladar algunas indicaciones a
los presentes.
… No
hay nadie que te conozca, excepto tu hijo, Neferjeperura,
el Único de Ra,
a quien has mostrado tus sendas y tu
poder. Todos aquéllos en la tierra salen de tus manos
cuando los creas, cuando amaneces ellos viven, cuando te
pones ellos mueren. Tú eres el tiempo vital en todos tus
miembros, todos viven gracias a ti. Todos los ojos están
puestos en tu belleza hasta que te acuestas, Todas las
labores cesan cuando descansas en occidente; cuando te
levantas haces que todos se apresuren por el Rey. Todas
las piernas están en movimiento desde que fundaste la
tierra. Tú los alzas para tu hijo quien proviene de tu
cuerpo, el Rey que vive en Maat, el Señor de las Dos
Tierras, Neferjeperura, el Único de Ra, El Hijo de Ra,
quien vive en Maat, Señor de las coronas, Ajenatón,
grande durante su vida; la gran Reina a quien él ama,
la señora de las Dos Tierras, Nefernefruaton Nefertiti,
que viva eternamente".
Tras
un breve silencio la muchedumbre levantando sus manos y
palmas rompieron a aclamar al Rey. Ajenatón hizo una
breve señal inclinado la cabeza al Mayordomo, quien con
un gesto se dirigió al General Horemheb. El General a su
ayudante de campo le dio unas instrucciones al oído y
tras unos instantes empezaron a sonar timbales y
tambores. El desfile iba a empezar, haciéndolo en la
explanada de los altares del norte de Ajetatón y pasando
ante el faraón y la reina y el resto de la corte.
El
desfile lo encabezaron los correspondientes comandantes
y portadores de estandartes. Se inició con dos compañías
de infantes, la Amada de Atón y la Fuerte en Armas, de
250 soldados cada una, organizadas en secciones de 50,
integradas por arqueros y soldados procedentes de las
levas obligatorias y del reclutamiento de mercenarios de
Asia y Libia. Los arqueros, cubiertos con casco de cuero
brillante, portaban arcos triangulares y arcos de
curvatura simple y doble, que eran acompañados de sus
carcajes correspondientes. Los infantes eran de dos
categorías; vestidos con faldellines de cuero y
sandalias y cotas de malla siria sobre los hombros, unos
portaban espada, puñal y daga en el fajín, y otros iban
armados con jabalina de pequeño tamaño. Como armas
defensivas tenían escudos, unos redondos y otros
rectangulares de cuero tachonados con clavos. Se
distinguían entre ellos por las armaduras de cuero
decoradas con los emblemas de la compañía y la división.
Algunos comandantes, e incluso soldados, eran portadores
de condecoraciones en forma de collar de oro, la mosca
del valor, que les había sido concedida por el propio
Rey, como muestra de los éxitos obtenidos en las
incursiones de Nubia.
A
los infantes les siguieron, comandados por
el
Jefe de las huestes de carros de combate,
dos escuadrones de 50 carros de guerra cada uno, con
conductor y guerrero, armado con látigo, espada, arco y
jabalina. Los carros de grandes ruedas de seis radios,
deslumbrantes bajo el brillo del sol, llamaban la
atención por la protección de los ejes y bordes con
grueso cuero de color rojo, y su armazón recubierto de
cobre y electro, estampados con las insignias de la
corte. Los esbeltos caballos de cuello arqueado y orejas
echadas hacia atrás, con bridas, anteojeras y riendas
bien ajustadas tenían sus lomos y flancos protegidos por
lustrosas cubiertas de cuero y su presencia tenía un
toque de arrogancia por los arneses engalanados con
cintas de color azul y amarillo, y por las plumas y
penachos de colores que llevaban en un soporte en la
cabeza.
Fue
una feliz jornada, así consta en los escarabeos
conmemorativos de esteatita azul que se repartieron a
los representantes diplomáticos y de forma selectiva a
los nobles y personalidades de la corte. Tras los actos
en el ambiente, se respiraba la sensación de que los
reyes salieron fortalecidos y parecía consolidado el
Imperio, a pesar de las ocultas maniobras que algunos
estaban llevando a cabo. En Ajetatón se vivía un
ambiente especialmente festivo. Por parte del pueblo
hubo respuesta en forma de vítores y cánticos que daban
ante el pequeño desfile que los reyes, al finalizar los
actos, realizaron y aquellos fueron devueltos por los
cortesanos regalando al gentío tubos de khol de fayenza
junto con otros regalos muy apreciados.
Año 12, II mes de Peret, día 8, bajo el Rey
Neferjeperura Ajenatón, Gran realeza en el Horizonte del
Sol.
A Jacques le llamaban sobre todo la atención unos
comentarios, en forma de informe, que Radhotep había
enviado a un destinatario desconocido, en el que resumía
la situación y daba pistas sobre las medidas que habría
que adoptar para aliviar ciertas tensiones en el campo
diplomático.
DXVIII-7.2. Comentarios de Radhotep sobre las Cartas del
Rey Burnaburiash de Babilonia al Rey Neferjeperura
Ajenatón.
Hoy he copiado para mi señor (…) el informe
sobre los últimos mensajes del Rey de Babilonia. Se
reseña que los mismos denotan que hay un cierto declive
en las relaciones entre los dos países. Las cartas
tienen un tono exigente en las que se dice por parte del
Rey Burnaburiash, señor de Babilonia lo que sigue.
- A mi hermano, Rey de Egipto, mi hermano, le envío
este mensaje para hacerle saber que nuestra amistad
sigue en pie y que de acuerdo con el tratado que existe
entre los dos países desde época de nuestros padres,
solicita ayuda para restablecer el orden que está
últimamente alterado en nuestra tierra por los asaltos
que se suceden sobre las caravanas de nuestros
mercaderes por parte de Ahutabu, señor de Canaán. Nos
consta que los pueblos de esa tierra se sienten
protegidos por Egipto y le deben obediencia, y por ello
reclamamos se imponga la autoridad, el arbitraje por
parte de nuestro hermano Neferjeperura y se compensen
nuestras pérdidas. Las rutas comerciales ya no tienen la
seguridad que las caracterizaba y ello perjudicará, si
no vuelve el orden, a la paz y a nuestras relaciones. Es
nuestro deseo aprovechar la ocasión para solicitar más
ayuda en oro para poder acabar las obras iniciadas en la
construcción del templo, al tiempo que se envía cuatro
minas de lapislázuli, cuatro equipos de caballos y la
promesa de que cualquier necesidad que tengas de esta
tierra te será enviada como presente. También, te hago
saber que de mi país tendrás siempre fidelidad, algo que
no se puede asegurar que otros, como los asirios,
mantengan pues a nosotros se han dirigido en solicitud
de alianza para ir contra nuestro hermano, el Rey de
Egipto.
Me complace saber que aún existe cierta
fidelidad por parte de reyes amigos del Imperio. Sin
embargo, me preocupa que no haya respuestas por parte
del consejo real. Hay algunosaltos dignatarios que se
aprovechan de ello y, probablemente, esperan que el
ambiente se deteriore aún más. Percibo que son
operaciones calculadas, en espera de algunas
oportunidades no bien conocidas.
Año (…), III mes de Akhet, día 18, bajo el Rey
Neferjeperura Ajenatón, Toro Poderoso amado de Atón.
La situación de las relaciones del Imperio
con sus aliados, bien reflejadas en las conocidas Cartas
de El Amarna, también se veían reflejadas con el informe
DXVIII-7.3.
DXVIII-7.3. Informe de Radhotep a su señor (…), Gran
Vidente de Atum-Ra sobre los acontecimientos que
transmiten los mensajeros de los países de Asia.
Por
su parte, el rey asirio Assuruballit ofrece fidelidad y
demanda oro para el embellecimiento de su palacio, al
tiempo que reclama protección ante la inestabilidad de
las rutas comerciales. Reclama justicia ante el
asesinato de sus embajadores, provocada por nómadas
protegidos de Egipto. La inquietud continua como hace
varias estaciones.
Los
señores de Tiro, Sidón y Biblos, manifiestan nuestros
observadores, que se mantienen obedientes al Rey, pero
los señores de Babilonia, Asiria, Mitanni, Hatti,
Tarhunta-radu de Arzawa y Alashiya vienen
ejerciendo cierta presión sobre el Rey, sabiendo que de
ellos depende la estabilidad de la zona y la permanencia
del papel predominante de nuestro Estado.
Especialmente, Abdu Heba de Jerusalén denuncia que los
hapiru están provocando a nuestros aliados y que
necesita ayuda militar y que se mantiene fiel al Rey, a
pesar de ser denunciado por otros que tienen otros
objetivos.
El
señor Biridiya de Meggido solicita la ayuda de cien
mercenarios egipcios para la protección de la fortaleza,
ya que Labayu de Sikem, incitado por el rey de Hatti
está instigando a nuestro pueblo y planificando nuestra
destrucción o llevarnos hacia el sometimiento del rey
Shuppiluliuma de Hatti.Sin embargo, el señor de Sikem
escribió y negó la traición, mostrando su disposición a
la obediencia hacia nuestro Rey e indicando que las
denuncias eran unas maniobras de quienes las habían
hecho.
El
caso más alarmante, es el de Rib-Addi gobernador de
Biblos, nuestro más fiel vasallo, que se ha visto
obligado a refugiarse junto a Hammuniri en Beirut; desde
allí ha pedido ayuda hace vairas estaciones a nuestro
Rey, sin recibir contestación. Si no se interviene con
prontitud enviando ayuda militar corre peligro de se
apresado.
Año (1…), II mes de Akhet, día 15, bajo el Rey Ajenatón,
Toro Poderoso amado de Atón.
El tono
del último documento, con el que finalizó la primera
parte de la exposición, recordaba la literatura propia
del Imperio Medio. Así, quería dejar constancia de que
no se había conseguido en esa breve etapa histórica del
reinado de Ajenatón un cambio en la mentalidad de la
clase social más ilustrada.
DXVIII-6.1. Documento nombrado “Comentarios de Radhotep.
Cuarta parte.
El
tiempo pasa muy rápido. Me siento cansado. El trabajo de
estos años ha sido muy intenso y la presión a la que me
he visto sometido ha conseguido paralizar mi lengua,
pero aún quedan mis sentimientos.
Hoy
quiero decir que percibo grandes incertidumbres para la
paz de nuestro Imperio.
Las
nuevas creencias no han conseguido apartar de mí las que
practicaron mis padres y mis antepasados. Sin embargo,
el pasado ya no volverá. No se puede regresar, aunque
cada día haya un renacer de la vida.
Mi
trabajo ha consistido en registrar los acontecimientos
oficiales de la corte, sólo los que se me han permitido
conocer. Pero yo he sabido de otros, mis sentidos han
estado permanentemente pendientes de lo que sucedía a mi
alrededor.
El
registro y la copia de lo oficial no han apartado de mí
lo íntimo, que vale tanto como lo oficial. Sin embargo,
tengo dudas ¿he sabido hacer mi trabajo? ¿Me he dejado
llevar por falsas interpretaciones de lo observado?
¿Acaso he visto intrigas donde sólo había celo? No he
querido ser sólo un redactor de documentos, sino un
cronista de la realidad. Muchas veces he sentido miedo.
Recuerdo cuando el visir Amenofis, uno de los más
poderosos del Imperio, empezó a sentirse desplazado
desde las más altas personalidades de la corte,
desconociendo cuál podía ser la causa y los
protagonistas de una supuesta persecución. Intentaba
atraerse a los más próximos del Rey para tener acceso a
una entrevista con él, pero Mahu, fiel guardián
controlaba los accesos y nunca lo permitió.
Tal
era la situación de miedo y hermetismo, de control y
desconfianza en la corte.
Corren rumores sobre cambios profundos en el gobierno.
No se sabe el alcance de los mismos, si sólo se quedará
en nuevas responsabilidades en el poder o si también
afectarán a nuevas direcciones para fortalecer el culto.
El temor está llegando a todos los rincones del pueblo,
que siente como el Rey vive encerrado, e ignora el
empobrecimiento a que está llegando el Imperio. Los
recursos escasean, pues ya nada llega del exterior. Los
aliados están en rebeldía y la corrupción se está
apoderando de las estructuras de la administración, pues
todos los impuestos no acaban en el Tesoro.
Estoy cansado y quiero retirarme a la aldea de mis
padres, para morir cerca de su tumba.
Desde Ajetatón, horizonte de Atón, luz y sol infinito,
horizonte sin fin. Aquí culmina y empieza todo un
universo que es propio del rey, espíritu eficaz de Atón
que así lo quiso.
Año
13, IV mes de Akhet, día 22, bajo la majestad del rey
Neferjeperure Uanre Ajenatón.
Jacques seguía haciendo la exposición de la
tesis, centrándose en aspectos metodológicos y en las
fuentes utilizadas pero, mientras desgranaba las
características técnicas de los documentos, el
pensamiento paralelamente le llevaba a preguntarse si
los papiros debían haber sido tratados como meros
fragmentos literarios y no como valiosas fuentes
históricas, a las que consideró desde el principio que
estaban redactadas intencionadamente a modo de crónica
local por un escriba que firmaba los documentos como
Radhotep.
Identificar el valor de los documentos, como
meramente narrativo de ficción o histórico, era fácil.
Los cuentos literarios de la época nunca hubieran
mencionado a personajes identificados como reales y
vivos. Por otra parte, había conseguido traducir otros
fragmentos de documentos administrativos que tenían
fácil conexión con lo narrado en el conjunto que podía
ser considerado como el diario de un escriba de la
corte, identificado como Radhotep.
No obstante, la pregunta que Jacques se
hacía mientras avanzaba en su trabajo es si lo narrado
en las cartas por Radhotep gozaba de cierta protección
o, por el contrario, hubiera tenido consentimiento
oficial de su señor en caso de ser descubierto.
Descubrir este hecho es lo que le podía dar crédito de
importante fuente historiográfica, ya que le podía
conducir a un hilo de conspiración política.
Todas las noches, momento en el que
aprovechaba para escribir, en la soledad de su estudio,
se hacía las mismas preguntas.
-
¿estoy ante una obra de ficción o ante una conspiración
registrada deliberadamente? Y en el caso de ser una
conspiración ¿tuvo realmente un desenlace final? Sabía
que la respuesta sólo se obtendría cuando se descubriese
la momia del rey Ajenatón y se constatase que había sido
asesinado y no había muerto por causa de la peste
bubónica que asoló Egipto durante el final de su
reinado. Al menos, en caso de haber sido asesinado, él
poseía indicios de quienes podían haber sido los
causantes. Sólo, en el supuesto de que la muerte del rey
hubiera sido por enfermedad, su investigación quedaba
como una hipótesis conspirativa frustrada, pero que
ayudaba a definir mejor el sistema de relaciones en la
corte y explicaba los móviles y los autores principales
que llevaron la damnatio memoriae años después de la
desaparición del rey.
Jacques mantenía la hipótesis de que Radhotep trabajaba
con comodidad, pues Ay sabía mantener una postura
ambigua ante el rey Ajenatón, predominantemente
aduladora y, si no internamente crítica al
comportamiento real, sí distante. Además, la posición Ay
como padre de la Gran Esposa Real Nefertiti le permitía
cierto margen de maniobra. Por otra parte, cada
documento analizado le llevaba a la conjetura de que la
posible filiación del primer ministro de Ajenatón con
confusos o quizás ocultos orígenes extranjeros, le
habían llevado a mantener una proximidad con algunos
gobernadores y reyes de pueblos asiáticos con el fin de
asegurarse un futuro en el poder.
Pero también se preguntaba, si lo escrito
por Radhotep había sido conocido en su época.
Así concluía Jacques Atelier, con los agradecimientos
pertinentes, la presentación de una tesis que sin
saberlo iba a cambiar muchos de los enfoques que en las
distintas investigaciones sobre el reinado del rey
Anjeperure Uaenre Ajenatón estaban hasta entonces
sólidamente anclados.
Autor:
Jaime Álvarez Rodríguez |