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"RADHOTEP"

 

CONCURSO DE EGIPTOLOGÍA

- RELATOS CORTOS ASADE sobre el Antiguo Egipto -

I Edición - Año 2007

 

Aquel lunes, muy temprano, Jacques Atelier, becario del  Departamento de Antigüedades Egipcias del Museo del Louvre, salía de su apartamento situado en una pequeña calle próxima de la place Saint Michel, camino de la Universidad,  con el único pensamiento puesto en la necesidad de hacer una buena defensa de la tesis doctoral. Había amanecido un día frío y lluvioso de otoño. El silencio de la mañana sólo se vio alterado por un ligero pitido de un claxon, provocado por un conductor que vio cómo Jacques cruzaba precipitadamente el asfalto mojado estando el semáforo en rojo.

Jacques parecía demasiado absorto en sus preocupaciones. El profesor Gilbert Gautier, director de su tesis, ya hacía un mes que le había puesto fecha para la presentación del trabajo final, si quería optar al puesto de ayudante de investigación, agregado al Departamento de Antigüedades Egipcias, pues el grado de doctor era una de las condiciones imprescindibles para optar al puesto y había otros candidatos.

Le intranquilizaba dar a conocer un trabajo que pudiera ser considerado como carente de rigor científico. Su aspiración al puesto de ayudante le pesaba como una losa. No podía fracasar en su primer trabajo, que le podía abrir o cerrar otras puertas para desarrollar su vocación de egiptólogo.

El doctor Gautier le había encargado una investigación centrada en la clasificación y estudio de los documentos almacenados en las cajas DXVIII-6 y DXVIII-7, que contenían material variado y depositado en el almacén del museo del Louvre. Estos materiales procedían de diversas colecciones adquiridas por el museo a lo largo de la última centuria, pero que habían pasado desapercibidos o quizás no habían centrado la atención de los investigadores encargados de su primera clasificación.

El material reprográfico de los documentos que utilizó para su estudio se había obtenido a partir de lo que parecían copias en papiro que un escriba había realizado sobre otros originales. Por el momento no estaba claro si el depósito de los originales estuvo en los archivos de Menfis, la capital administrativa del Imperio Nuevo, o en Ajetatón, la capital política y sede de la corte de Ajenatón, conocido entre los aficionados a la egiptología como el rey hereje.

Lo ideal hubiese sido disponer de más tiempo para contrastar las primeras conclusiones con el estudio de otros documentos depositados principalmente  en los museos de Berlín, Londres y Oxford y en colecciones privadas, algo reacias a prestar su material.

Tras la primera labor de ordenación del material de cada una de las cajas, llegó a la conclusión de que había que diferenciar dos conjuntos que estaban mezclados. En el primer grupo, los documentos tenían una estructura y contenido de tipo narrativo, en algún caso con enfoque intimista, pero en otros parecía que tenían la intención de formar parte de los anales del reinado de Ajenatón, a modo de crónicas o cartas, pues en alguno se hacía mención a un encargo. En el segundo grupo, los papiros originales parecía que habían formado parte de un documento enrollado alrededor de una varilla, y por ello mantenía la hipótesis que debía haber formado parte de los archivos de la administración real.

Le había llamado la atención de algunos borrados intencionados o raspaduras aparecidas en algunas líneas. Se preguntaba si eran intencionadas y realizadas por un autor desconocido en época coetánea al personaje real, o bien se había practicado la damnatio memoriae en estos documentos tras la muerte del rey Ajenatón. En este caso ¿quién y con qué finalidad había mantenido la integridad del resto del contenido de los documentos sin llegar a su destrucción total, como posteriormente se había realizado en templos, tumbas y otros monumentos realizados por el rey hereje?

Jacques había llegado a la conclusión de que todo el conjunto documental, por el tipo de redacción, por sus caracteres y errores gramaticales, parecía corresponder al mismo autor. Por otra parte, los hechos narrados y los personajes  se referían a una época concreta que se podría enmarcar entre el quinto año y el decimotercero del reinado de Ajenatón, uno de los reyes más polémicos de la XVIII dinastía del Imperio Nuevo.

Curiosamente había identificado que el autor de la mayor parte de los documentos era un escriba, que firmaba intencionadamente Radhotep. Pero, Jacques sospechaba que este nombre también podía responder a otra identidad que utilizaba aquel nombre como pseudónimo. Los hechos y las narraciones eran ciertamente comprometidos. Por otra parte, el autor no era un escriba reconocido por los historiadores más especializados en la época de la dinastía XVIII. Posiblemente, tampoco podía pertenecer a una clase baja, pues demostraba cierta inteligencia y alto nivel de formación. Quizás podría pertenecer a una casta especial, pues por la información recogida, aun en caso de ser de ficción, reflejaba datos  y hechos que nunca podrían haber sido narrados por escribas de segundo nivel.

Parecía que Radhotep había redactado los papiros utilizando un cálamo de bambú, trazando rasgos muy finos, delicadas características que habían contribuido a un fácil deterioro por el paso del tiempo. Además, se vieron alterados por los continuos cambios de temperatura y por las malas condiciones de conservación en su tránsito desde Egipto a Europa. El escriba, en sus transcripciones de los originales a papiro había utilizado tinta roja para los títulos de los documentos y tinta de carbón vegetal, con una ligera solución de cola, para el cuerpo del texto. Al redactarlos había intentado registrar ciertos acontecimientos que consideraba clave para un mejor conocimiento de las relaciones internas de la corte y de ésta con los países aliados y amigos.

Jacques pensaba que se encontraba ante unos de los escasos documentos conservados de carácter historiográfico, coetáneos del rey Ajenatón. Quizás correspondía a un intento de elaborar unos Anales oficiales, pero al mismo tiempo otros documentos eran de carácter más personal e íntimo ¿Su autor era una especie de cronista del reino? o ¿acaso la redacción de los textos tenían una intencionalidad, con el fin de dejar rastros sobre ciertas confabulaciones en la corte? Vistos desde la óptica de un investigador de hoy, la mayoría de los documentos, utilizados como fuente historiográfica subjetiva, dejaba constancia de ciertos acontecimientos que debían ser contrastados con otras fuentes.

            Sin duda, Jacques había dado con un buen fondo, de gran interés histórico. El conjunto de papiros, tras su clasificación y ubicación en los archivos del museo, no habían sido estudiados hasta entonces. La diversidad de contenidos y su deterioro posiblemente fueron los motivos que retrajeron en un primer momento a los responsables de custodiar los fondos para abordar su estudio. Las copias que había utilizado para su investigación debieron pasar en una primera fase por una reconstrucción del texto y una difícil transliteración, pues además de dañados o quizás manipulados habían estado demasiado tiempo en el museo pendientes de estudio. Sin embargo, era muy feliz al tener la posibilidad de descubrir un sistema de relaciones dentro de la corte del rey Ajenatón no detectado hasta el momento.

El reto de poder establecer nuevas tesis sobre una crucial etapa del Imperio Nuevo le atraía de forma especial, ya que hasta el momento esa época había generado muchos estudios sobre los aspectos religiosos y el cisma que provocó el rey hereje, pero pocos sobre las relaciones políticas internas y externas, salvo los relativos a las famosas cartas de El Amarna, el famoso depósito hallado casualmente en 1887 en las ruinas de la antigua capital Ajenatón, conocido hoy el lugar por Tell el Amarna, y que ponían de relieve las complejas relaciones de la corte de Amenofis III y la de su hijo Ajenatón con sus aliados y amigos en el próximo oriente.

- Sra. Presidenta del Tribunal, señores vocales, señoras y señores, amigas y amigos, la tesis  que aquí se presenta bien pudiera para muchos contener tintes de fantasía, pero créanme mi talento no es tan fértil. Lo que a continuación sigue es fruto de tres años de trabajo en el despacho del Departamento de Antigüedades Egipcias del Museo del Louvre, gentilmente cedido por el director del mismo. Allí he trabajado durante más de tres años, encerrado entre diccionarios, gramáticas, textos y unos cuantos libros de historia e informes de investigación de los más prestigiosos especialistas del imperio nuevo egipcio y más concretamente de la época amarniense, que se han prestado gentilmente a proporcionarme información aún no publicada sobre sus trabajos.

Quizás fue la casualidad la que trajo a mis manos una colección de papiros, de diferente naturaleza y estado de conservación, sorprendentemente inéditos, y a los que me acerqué por encargo de mi director de tesis y director del Departamento. Con su petición de estudio supongo que quería poner a prueba la solidez de mi vocación, pues el entusiasmo mostrado en la primera entrevista con él ya hace cinco años, supongo que debí dar en él la impresión de cierta ingenuidad de principiante en las tareas investigadoras.

Cuando tuve acceso por primera vez a la colección, enseguida me di cuenta de que algunos documentos tenían una clave que les identificaba como documentos de carácter administrativo y se correspondían con originales transcripciones de tablillas de arcilla, utilizadas de manera corriente en las relaciones internacionales en la época del rey Ajenatón. Pero otros documentos, supuestamente relacionados con ellos, parecían tener un contenido más literario.

Fruto del trabajo personal y colectivo de los que me han ayudado en la transliteración y traducción de los documentos es lo que aquí se presenta. El que unos estuviesen redactados en lengua acádica, la empleada como corriente en la diplomacia de la época del rey Ajenatón, dificultaba el trabajo, pues no sólo eran copias de las tablillas originales de barro, lo que suponía ya un posible margen de errores en la copia, sino que requería de un trabajo más especializado en el conocimiento de esa lengua, por lo que tuve que requerir colaboración de otros especialistas.

En mi exposición voy a llamar la atención sobre ciertos documentos; unos confirman las sospechas de algunos estudiosos de la  dinastía XVIII, y otros, yo creo, abren nuevas perspectivas para conocer más a fondo el mundo interno y externo del Estado egipcio en la época de Ajenatón.

DXVIII-6.1. Documento nombrado “Comentarios de Radhotep”. Primera parte.

Mi nombre es Radhotep, pertenezco a la casa de (…), Gran Vidente de Atum-Ra, y soy uno de los escribas ayudantes, encargado de inscribir, clasificar y copiar los documentos que llegan a la corte procedentes del extranjero. Recuerdo que ya mientras estudiaba en la Kap del Templo de Amón, en mi interior iba naciendo una vocación literaria que no ha sido desplazada hasta el momento por el trabajo meramente administrativo.

Mi primer contacto con Nefer durante las celebraciones del festival Sed de año 4 del reinado de rey Ajenatón, Aquel que es eficaz en nombre del Atón, fue casual. Furtivas miradas primero. Sin embargo, el color de los ojos bien silueteados por gruesos trazos de khol fue lo que más llamó mi atención. Las transparencias de una elegante túnica de seda,  color turquesa, le favorecían el contorno de un cuerpo no demasiado esbelto. En la Casa de Millones de Años, instalada especialmente para la fiesta, entre el tumulto del gentío y a pesar de la rigidez del protocolo tuvo lugar el primer contacto entre nosotros; poco después le siguieron encuentros furtivos, para no volver a vivir sin su compañía.

Nefer ha sido mi confidente y cómplice, debido a la posición de sirvienta dedicada a las tareas de cuidados de los vestidos y material de maquillaje que desempeñaba en el Palacio del Norte, muy próxima a la Segunda Esposa Kiya, la muy amada, sacerdotisa del Maru-Atón, y favorita de Ajenatón.

Recuerdo sus insistencias. 

 - Radhotep, no me está permitido el contacto con las personas fuera del harén. Mi vida está dedicada exclusivamente a la casa de mi señora. Oír y callar ¿acaso es justo romper la regla de Maat?

No podía transmitir abiertamente mis inquietudes a Nefer. Los comentarios oídos en el entorno de Kiya, esposa grandemente amada del Rey del Alto y Bajo Egipto, que vive en Maat,  que ingenuamente me hacía en los breves encuentros, me inquietaban por la trascendencia que podían tener en la corte.

Yo le insistía.

 - La voluntad de tu señora es buena y generosa con el rey, pero está demasiado vigilada por la Gran Esposa Real, está desplazada, y también despreciada.

Sin embargo, por lo que me decía, yo podía percibir que Kiya preferiría que el Rey atendiese más directamente los asuntos de Estado. Estaba demasiado centrado en la construcción del Gran Templo y de otros edificios en la ciudad, Horizonte del Atón.

¡Cuánto de conspiración había ya entonces en el entorno de la familia real!

Año 13, III mes de Akhet, día 2, bajo la majestad del rey Neferjeperure Uanre Ajenatón.

            Jacques Atelier continuaba su exposición ante la importante concurrencia de asistentes al acto. Además de los invitados personales, familiares y estudiantes vinculados al Departamento, habían acudido un nutrido grupo de expertos de otros centros europeos de investigación. Quizás el anuncio de esta tesis había levantado demasiadas expectativas.

            - Llamo la atención de ustedes, miembros del tribunal, sobre la primera hipótesis y es que posiblemente, por el contenido de este documento y de otros que más adelante comentaré, nos parece que el escriba que se autodenomina Radhotep tenía alguna vinculación o dependencia de la casa de Ay, personaje que, como ustedes ya conocen,  ocupaba el puesto de primer ministro en la corte de Ajenatón, además de ser el padre de la esposa favorita Kiya, que desempeñó un importante papel durante gran parte del reinado de Ajenatón, si bien es poco conocido.

Para Jacques descubrir la vinculación con el entorno de Ay era más importante que el mero puesto de escriba que supuestamente Radhotep tenía en la corte. Los documentos narrativos le podían aportar valiosa información que complementaría hechos y sucesos de unos momentos históricos sobre los que aún había muchas incógnitas que descubrir.

- El raspado que aparece en los escritos no sabemos si es obra del mismo escriba, ante el temor de ser descubierto, según el tono pesimista de los últimos documentos, o de un supervisor de los archivos, que ejecutó algún tipo de censura sobre los mismos. Sostenemos la tesis de que hubo alguien interesado en dar a conocer los hechos pero no en identificar a ciertos personajes. Por otra parte, no todos los nombres han sido borrados, como van a comprobar.

En primer lugar, conocemos que Ay mantuvo un puesto importante en la corte de la capital de Ajetatón, pero que después, en su corto reinado tras los breves periodos del rey Smenkhare y del rey Tuthankamón, desempeñó en muy pocos años – se estima en unos tres o cuatro - una labor de impulso del retorno a las antiguas costumbres  y al culto de Amón, así como de destrucción de todo signo que recordase la época de Ajenatón. ¿Nos encontramos ante un cambio de postura de Ay en muy corto tiempo? o ¿durante el reinado de Ajenatón, su primer ministro pudo ocultar una calculada animadversión, haciendo un doble juego?

En segundo lugar, ¿la favorita Kiya, a pesar de su adoración al rey, su amado, pero por rencor hacia la Esposa Real, Nefernefruatón Nefertiti, pudo conocer y consentir, aunque no favorecer, las intrigas que se ponen de manifiesto en los documentos que aquí se presentan? ¿Cuál fue el grado de fidelidad hacia el Rey y el de corresponsabilidad con su padre en las supuestas intrigas que se estaban generando en la corte y que el primer documento mencionado apunta?

La presentación de la investigación, a medida que Jacques Atelier iba haciendo la exposición de sus argumentos iba dando un perfil más preciso de los personajes de la época y mantenía en tensión la exposición de los miembros del tribunal y de los asistentes.

DXVIII-6.2. Carta de Radhotep a (…)

Estuve en casa de Mutnajmat, hermana de la Gran Esposa Real, el día que se conmemoraba el segundo aniversario de la fundación de Ajetatón. Como te decía hace unos días, las personas de la corte que más respeto me producen son Bentu, el médico, por su demostrada inquebrantable lealtad hacia el Rey, y Tutu el mayordomo real. Ambos parecen ser además de consejeros y ayudantes de cámara, confidentes personales del Rey. Sin embargo, el Rey Neferjeperure Uanre ha elegido como pilar en la conducción del Estado a Ay. Me pregunto si éste es merecedor de esa confianza. El sirviente (borrado) de la casa de Mutnajmat habló francamente conmigo y me comentó que ya son varias las noches en las que, como pretexto de la celebración de las fiestas de aniversario de la fundación de Ajetatón, ha habido tal derroche de cerveza que ha ayudado a soltar la lengua del ministro y del general Horemheb y de otros invitados que no me ha querido identificar.

Me contó que (…) citaba que El Rey Nebmaatra Amenofis III, Señor de la Verdad, padre de nuestro  Rey Ajenatón, Hermosa es la forma de Ra, la Única de Ra, quería un país potente, con una estructura sólida centrada en dos capitales, Tebas y Menfis, que contrapesaran su poder y así mantener un cierto equilibrio entre los dos países. La primera tendría un carácter más religioso y la segunda uno más administrativo. A los centros religiosos de Tebas les dotó de gran poder, pero no infinito, sino limitado, y para ello con la prudencia que le caracterizaba fue introduciendo pequeños cambios con el fortalecimiento del culto a Atón, que estaba bien asumido por el pueblo y que no provocaba el recelo entre los sacerdotes de Amón. Su hijo Ajenatón fue deliberadamente  apartado de las sesiones del consejo que mantenía frecuentemente el Rey. Ajenatón, al ver que su hermano mayor, Tutmosis, fue afianzando su futuro en el entorno de la capital Menfis, fue propiciando de manera libre una desviación del enfoque que su padre deseaba en el culto a Atón, intentando imponer la tradición del culto solar heliopolitano, desde que fue nombrado Gran Sacerdote de Ra en Heliópolis.

Algunas expresiones hechas no han dejado de mantenerme en estado inquieto de alerta.

 – La herejía no fue fruto de la libre interpretación del rey Ajenatón, sino el resultado de una operación calculada a otros niveles superiores. No obstante, la propensión temprana del Rey, cuando era niño, a las cuestiones teológicas ha debido también contribuir a tener una actitud personal y no especialmente conducida. No debemos olvidar que él, directamente, fue el propulsor de las obras en el templo de Karnak, en honor de Atón, hechos que ya generaron la desconfianza de los sacerdotes de Amón hacia el rey.

- Por otra parte, no debemos olvidar que la primera actitud que ha manifestado el rey es la de distanciarse de la política de su padre, el Gran Amenofis III. Así, como bien demanda el rey Tushratta de Mitanni, se debe trasladar a la reina madre Tiye la conveniencia de que el Rey intervenga más directamente en los asuntos de Estado, pues algunos consejeros no trasladan la realidad de la situación al Rey ¿por respeto a las prioridades del Rey, centrado en los asuntos internos del Estado, intentando paliar las tensiones con los señores de Tebas?

- Los reinos amigos, especialmente Mitanni, merecen un tratamiento de favor, por respeto a la tradición de la política del Imperio, además de que pueden ser de gran ayuda en caso de que sea necesario contener militarmente al rey de Hatti en sus planes expansionistas que empiezan a transmitir nuestros observadores en el extranjero.

Año 6, I mes de Peret, día 5, bajo la majestad del rey Neferjeperure Uanre Ajenatón, Espíritu eficaz de Atón.

Jacques observa que Radhotep tiene conocimiento de que ciertos personajes aceptan los cambios que el rey ha provocado, pero mantienen una postura crítica. Y al mismo tiempo exculpa al Rey del proceso revolucionario y lo entronca con maniobras externas. La existencia de espacios borrados en éste como en otros documentos también se da en los originales.

Hace hincapié en la constatación de que las intrigas están envenenando internamente a la Administración, especialmente en Menfis, que queda muy alejada de la corte de Ajetatón, y es más fácil de manejar por quien ostenta el poder desde la proximidad del rey Ajenatón.

- Señores y señoras, la ya sabida ascendencia que, al menos su madre, la reina Tiye tenía sobre Ajenatón antes y durante su reinado ya es conocida. Pero pudo haber otras influencias menos conocidas hasta el momento. Conocemos que reyes y señores de los territorios del próximo oriente, amigos, aliados y súbditos del Rey de Egipto reconocen la autoridad soberana de Amenofis III y de la reina Tiye, pero no menos cierto que esos territorios durante el siglo XIV pasa por convulsiones demográficas y económicas que propician la inestabilidad política y por ello la necesidad de variar permanentemente el sistema de pactos, como así nos lo desvela el siguiente documento.

DXVIII-6.3. Mensaje de Radhotep a Nefer.

- Como te dije hace unos días, sigo preocupado por el ambiente que se está produciendo en ciertos círculos de la corte y que puede influir en la felicidad de nuestro pueblo y en la nuestra propia. Quiero que me tengas al corriente de cualquier movimiento anómalo que observes en la casa de tu señora. Vives más cercana que yo de los comentarios que de forma natural se producen entre los visitantes e invitados. Puedes pasar más desapercibida. Siento que yo no poseo tanta capacidad de distinguir lo que es intención de desacato de lo que responde a una dirección oficial. Parece que el Rey desea tomar el mando en ciertas cuestiones de Estado. Ha estado demasiado tiempo apartado de las mismas, entretenido en la dirección de las obras, a pesar de que el arquitecto no se ha alejado en ningún momento de su lado. Sabes que el Rey no ha querido delegar estas funciones. Es muy celoso y está preocupado por que Ajetatón sea un centro propulsor de la energía solar.

En la elaboración de la última estela fronteriza ha querido plasmar su mensaje y dejar constancia de que el nuevo orden debe ser respetado por todos y que no se permitirá ninguna desviación ideológica.

Año 8, III mes de Akhet, día 2, bajo la majestad de Neferjeperure Uanre Ajenatón, Aquel que es eficaz en nombre del Atón.

Jacques haciendo un inciso, recuerda que los investigadores consideran que en la redacción del texto de la Estela fronteriza S, situada en el sudeste de la ciudad de Ajetatón, a la que parece que está haciendo referencia la carta de Radhotep a Nefer, ha participado directamente el Rey y por eso le da cierta relevancia al mensaje que se desea transmitir. A pesar de que la citada estela está bien conservada, hay zonas que están dañadas y su texto propuesto es aún fruto de discusiones entre los egiptólogos.

- Llamo la atención de ustedes sobre el valor de la carta personal citada que confirmaría, de estar relacionada con la Estela S, que en torno al año 8 del reinado de Ajenatón, el rey quiso dar un giro en su política, dando a entender que no consentiría ningún conato de rebeldía o alejamiento del nuevo orden. No obstante, todavía no queda claro si hubo actos manifiestos de rebeldía – cosa que creemos improbable pues nos habría llegado alguna mención de ello por escritos coetáneos o posteriores – o se trataba más bien de una llamada de atención o de radicalización de la ortodoxia atoniana. Probablemente, como se demuestra en los restos arqueológicos de algunas poblaciones, el culto a Amón y a otras deidades no había desaparecido y creemos que incluso los sacerdotes de Amón en Tebas mantenían una poderosa influencia en parte del territorio, además de seguidores y cómplices dentro de la estructura política del Estado.

Algunos documentos que han centrado mi tesis, como pueden ver, no dejan de confirmar muchos de los aspectos conocidos por las aportaciones de la arqueología, pero otros dan nueva información, aunque incompleta, que consideramos ciertamente valiosa porque completan alguna disponible en documentos y restos arqueológicos..

Para la mitad del período del reinado disponemos de otros documentos también muy interesantes. Éstos  nos indican que el rey, detectando que el clero de Amón estaba actuando sobre el pueblo, ejerciendo labores de proselitismo y de mantenimiento de las antiguas tradiciones, en beneficio siempre propio, trató de sofocar la rebeldía imponiendo de nuevo el orden de Atón, censurando todo tipo de imágenes que se opusiesen al culto oficial atoniano

DXVIII-6.4. Radhotep a (…).

Lo que oí, yo te cuento.

 Me cuesta sostener el cálamo entre mis dedos, al tener que narrarte lo que sigue. Hace unos días, en los jardines del Palacio, Hat, fiel ayudante en el carro de combate del Rey, y Najt mantenían una conversación mientras paseaban en el hermoso jardín del Gran Palacio, entre las acacias y granados.

- El mensajero de la corte en Menfis ha traído una carta del señor de Amka, en la que pide colaboración del Rey, amado de Atón, para contener las continuas incursiones del rey de Hatti, que tratan de disminuir las reservas de provisiones de su pueblo. En la carta se indica que los acechos permanentes no sólo provocan la desconfianza de los mercaderes de Amka y los nuestros que hacen el camino de Horas, cada vez más inseguro, sino que posiblemente se deba a una estrategia de Shuppiluliuma, rey de Hatti, hermano, que desea debilitar el ánimo de las poblaciones de la zona y conducirlas a su esfera de poder.

- Las peticiones de ayuda al Rey no han llegado directamente a la corte de Ajetatón, Horizonte del Sol, aún  estando establecido por Ajenatón que los mensajes de sus hermanos reyes de Hatti, y Mitanni le lleguen directamente a él, sino que han sido desviados a Menfis. Alguien que dispone de un control de las comunicaciones ha maniobrado de manera calculada para manipular la información.

-Te digo que las noticias que llegan es que el caos se apodera de Asia, y la influencia de Shuppiluliuma va en constante aumento. El país de Amurru se suma a la rebelión, así como Babilonia, Biblos y Palestina; todos nuestros vasallos van cayendo uno tras otro. Puede decirse que el Imperio está en una auténtica crisis internacional y al final el pueblo exigirá responsabilidades. La situación es auténticamente insostenible.

Estaré atento a cuanto acontece en Palacio. Mi señor se queda algunos documentos que no me ordena copiar y registrar para los archivos reales.

 

Año 10, II mes de Shemú, día 11, bajo la majestad del rey Neferjeperure Uanre Ajenatón, Perfectas son la transformaciones de Ra.

A juicio de Jacques, el documento ilustraba algunos aspectos ya conocidos por algunas Cartas de El Amarna. Sin embargo, por su enfoque diplomático, éstas no aportan los matices que los documentos de Radhotep narraban. Así, en su exposición ante los cada vez más sorprendidos asistentes a la exposición de la tesis, insistía

- Lo manifestado en esta carta personal dirigida por Radhotep a un desconocido, nos lleva a esbozar una hipótesis hasta ahora no mencionada con claridad en las publicaciones científicas.  Pudieron existir dentro de la corte de Ajenatón, al menos, dos líneas de actuación dentro del Estado. Por una parte, hubo altos cargos propensos a mantener una línea permanente de contactos diplomáticos con los aliados, a los efectos de que no se rompiese el equilibrio y a mantener las alianzas y el reparto de influencias sobre la zona. Otra línea estaría representada por los más próximos al Rey y que la podríamos caracterizar por un cierto ensimismamiento interno y de pérdida del contacto con la realidad política externa. En este supuesto contexto apuntamos antes ustedes la tesis de que el Rey Ajenatón bien pudo estar manejado por determinados consejeros y cortesanos. Unos, los de la primera línea, inclinados a mantener un línea de influencia en el exterior que les podría dar cierta fuerza y apoyo en caso de tener que actuar en el interior, por lo que estarían interesados en mantener al Rey ajeno a la acción política directa y por tanto les venía muy bien que estuviese entretenido en el desarrollo del culto a Atón. Y para los de la segunda línea, creídos en la innata fortaleza de la institución, mediante la adulación y el fomento de la nueva cultura atoniana, menospreciaban cualquier atisbo de rebeldía de los súbditos extranjeros. La creencia común era que la institución de la monarquía debía permanecer intacta y por ello las dos fuerzas iban midiendo sus progresos en la escalada del poder al margen de la familia real. No obstante, una de las incógnitas que no se revelan en los documentos analizados es el papel que jugó la reina Nefertiti en la segunda fase del reinado de Ajenatón.

Jacques pudo encontrar un breve fragmento que seguramente se relacionaba con la carta anterior y que era una supuesta contestación del destinatario. Sin permitir que el tribunal y los asistentes pudieran distraerse y hacer comentarios entre si, que distrajesen el efecto que quería provocar en su paulatina exposición y revelación de descubrimientos clave, leyó el documento.

DXVIII-6.5. (…) a Radhotep.

- En mi opinión, la voluntad del Rey es no alterar el orden de las cosas, y que Menfis cumpla con las tareas de la Administración de los dos países, Alto y Bajo Egipto, y de las relaciones con los países extranjeros. Según, he creído entender, tu señor  contesta a los peticionarios de ayuda a espaldas del Rey ¿insinúas que hay un caso de traición? O ¿acaso me indicas que está tan ajeno al alcance de los acontecimientos que tiene nublada la vista?

 

Año 10, IV mes de Shemú, día 20, bajo la majestad del rey Neferjeperure Uanre Ajenatón, Perfectas son la transformaciones de Ra.

 A Jacques este documento le indicaba que posiblemente Ay estaba fortaleciendo una trama de alianzas. Su obsesión por llegar al trono era extrema. El primer ministro veía una oportunidad para sustituir a los candidatos a herederos masculinos, que no eran de línea directa. La memoria del denostado reinado de Hatshepsut era demasiado reciente y quería aprovechar la ocasión, a fin de que las hijas del rey no fuesen las sucesoras.  

DXVIII- 6.6. Radhotep a (…)

            Hoy quiero decir que en la casa de Ay, en reunión a la que asistieron varios comandantes con el general Horemheb se ha comentado.

- La línea más oficial es la mantenida por el ejército y la policía capitaneada por el fiel Mahu, que da permanentemente protección al Rey, hijo de Ra, que vive de Maat y a  Nefertiti, Gran Esposa Real, que viva por siempre y eternamente.

- El jefe de la policía ejerce un férreo blindaje en torno a la familia real, no sólo en sus desfiles diarios por la Vía Real de Ajetatón, y en sus apariciones públicas en la Ventana de la Apariciones del Palacio, sino también en los momentos que el Rey convoca al consejo del reino. Toda la vigilancia es poca. El Rey conoce los intentos, pero  no les da importancia.

- El ejército desde los tiempos del rey Tutmosis III ha tenido como principal misión proteger las fronteras de Asia y dar estabilidad a las posesiones del país de Kush, pero hoy se siente insatisfecho. Hay demasiado ruido en los acuartelamientos por la escasez de recursos, que se achaca a que el Rey los desvía a las obras de la capital y a la construcción de costosos monumentos.

En casa de mi señor, pude escuchar una conversación en la que él preguntaba a su invitado.

- Ante los últimos acontecimientos ¿debemos prestar un servicio al pueblo, actuando, o esperar a que la regla de Maat se restablezca sin nuestra intervención?”

- Debemos tener presente que la influencia de los sacerdotes de Amón todavía pervive, pues en muchas de las estructuras administrativas del Estado permanecen muchos adeptos al Templo de Karnak, por no decir que el culto aún está muy enraizado en el pueblo.

Año 11, IV mes de Shemú, día 5, bajo la majestad del rey Neferjeperure Uanre Ajenatón, el único Ra.

            Con la revelación de este documento, se afianzaba la tesis de la conspiración. Para algunos, este punto de vista pudiera parecer que se confirmaba que había algún intento de rebeldía, pero precisamente los asistentes mencionados sólo lo hacían constar y su duda ante una pertinente intervención podría también ser interpretada como de blindaje y protección del monarca.

Para disminuir la tensión narrativa, Jacques cambió el registro y quiso cruzar la exposición con los documentos más narrativos, continuando con los de índole intimista.

DXVIII-6.1. Documento nombrado “Comentarios de Radhotep. Segunda parte.

Desde el balcón de la habitación, sentado en el suelo con las piernas cruzadas, diviso el primer plano de los jardines de la Gran Casa, que dan al río. Tengo una hermosa vista ante mí. Observo que en la ribera todo es vida y algazara. La gente vive ignorante de los sucesos de la corte.

Mi pensamiento me lleva a la memoria de Amenhotep, hijo de Apu, Príncipe y Escriba real,
primer amigo entre los amigos del Rey, quien alcanzó un puesto preeminente en la corte de Amenofis III quien le tenía en alta estima, por su extraordinaria valía. Su honesto trabajo le llevó a la admiración del propio Rey quien le otorgó un privilegio excepcional, reservado únicamente a los príncipes y reyes, como fue el derecho a construirse en Medinet Habu un templo funerario junto al suyo. Sin embargo, Amenhotep no llego a comprender la falta de sintonía con la teología atoniana, o con la reina madre Tiye. El Rey fortaleció el culto a Atón y su hijo lo que ha hecho ha sido desarrollarlo de manera personal.

Los hechos que voy descubriendo tienen una trascendencia importante para la paz de este pueblo. Las ambiciones de unos y las traiciones de los más próximos vuelven a alterar el orden.

Bek, el escultor jefe de la Casa Real, está desarrollando una línea artística inspirada en los deseos de Ajenatón, por lo que su propósito es ensalzar la figura del Rey y de la familia real, y así expresar el carácter sagrado y el poder creador de Ajenatón. Por ello, se espera que en la próxima estación se den a conocer los próximos bocetos de las imágenes de Atón, el Rey y la Reina que deben presidir las capillas domésticas de las viviendas de Ajetatón ¿Estas iniciativas podrán fortalecer los vínculos entre monarquía y pueblo? 

Año 13, IV mes de Akhet, día 9, bajo la majestad del rey Neferjeperure Uanre Ajenatón.

Jacques admitía que los documentos en sí mismos tenían un valor inapreciable para el profano. Sin embargo, para los estudiosos de la época, les debía parecer como un descubrimiento excepcional, pues la narración contenía textos de diálogos, y también narraciones en forma de crónica, aparentemente coetánea, muy poco frecuentes.

DXVIII-6.1. Documento nombrado “Comentarios de Radhotep. Tercera parte.

            Hoy desde la terraza de casa he visto al Rey junto a la Gran Esposa Nefertiti, desfilando por la Vía Real, procedente del Palacio del Norte, en dirección al Gran Templo de Atón, donde ha habido las ofrendas habituales de comida y flores de los sacerdotes oferentes en los altares del Atón. Los actos como siempre estaban presididos por los sacerdotes  Panhesy y Pawah. Después la comitiva ha desfilado como hace frecuentemente, encabezada por la pareja real, hacia una exposición ante el pueblo. En esta ocasión, iban acompañados por sus hijas subidas en el mismo  carro, uncidos por bueyes, adornados con cuernos dorados y con  flores de variados colores. Los reyes iban sentados en sendos bancos, nivelados a la misma altura. Como en otras ocasiones, en esta exposición ante el pueblo de Ajetatón, el Rey ha pretendido dar la impresión de que ambos, la pareja real, son Uno, amados de Atón.

El Rey con el torso desnudo, untado en aceite, llevaba la doble corona del Alto y Bajo Egipto, en el cuello lucía un sencillo collar con cuentas de piedra dura de inspiración floreal, del que colgaba un pectoral de oro con taraceas de cornalina, lapislázuli y turquesa, y en el que se representa al Rey y la Reina sentados uno frente al otro, recibiendo los rayos vivificadores del Atón. Él vestía un corto y angosto faldellín con pequeño delantal trapezoidal, por debajo de la barriga, sostenido por un bello cinturón, y calzaba unas sencillas sandalias tachonadas por botones de oro y unos anchos brazaletes en los tobillos, hechos de perlas de pasta de vidrio.

La Reina, además de su clásica corona, lucia unos pendientes con forma de hermosos anillos de perfil de hongo, dejando a la vista la cabeza decorada con oro y pasta de vidrio. También, calzaba sencilla sandalias y en sus tobillos unos brazaletes con hilos que portaban pequeñas margaritas de turquesa, cornalina y gránulos de lapislázuli. Asimismo, portaba un llamativo ancho  collar de cuentas de fayenza, que resaltaba sobre su túnica tubular, ceñida, de lino  de color crudo.

Al carro real le seguía el de la Reina Tiye, madre del Rey, y especial invitada a los actos que se iban a desarrollar en la intimidad de la corte. Lucía en la cabeza su clásico tocado-khat con la doble pluma de Hathor y con un disco en forma de cuernos. Su ancha túnica de lino blanco era ancha, y enriquecida por fruncidos y flecos. Portaba un collar de perlas de amatista, alternados por broches de oro que le regaló recientemente su hijo.

            La organización del desfile, en un día muy soleado, ha tenido el objetivo de trasladar a los habitantes de Ajetatón la idea de solemnidad de la triada sagrada de Atón, que todo lo ilumina, sobre Ajenatón y Nefertiti, rodeados de un ambiente especialmente preparado.

            La muchedumbre a ambos lados de la Vía aclamaba a la comitiva, y arrojaba pétalos de flores a la pareja real y daba vítores acompañados con sistros y otros instrumentos musicales.

            El desfile finalizó ante la puerta del Gran Palacio, pues estaba prevista la aparición de los reyes en la ventana, ya que el Rey había decidido otorgar públicamente unos collares de oro y otros obsequios a algunos miembros de la casa real, destacados por su fidelidad en el fortalecimiento del nuevo culto.

Año 13, IV mes de Akhet, día 15, bajo la majestad del rey Neferjeperure Uanre Ajenatón.

            Pero, sin duda, el documento que mencionaba la celebración del año 12 del reinado de Ajenatón, por otra parte suficientemente registrada, llamó la atención del tribunal, pues aportaba más información que la ya conocida 

DXVIII-7.1. Sin título. 

Por encargo del administrador de los archivos, mi deber ha sido registrar la Gran Celebración.

En la recepción de embajadores, lo que vi y oí.

En la gran explanada de los altares del norte de la ciudad, durante la entrega de los presentes y credenciales de los embajadores y representantes diplomáticos de los países que habían acudido a rendir pleitesía al rey del Alto y Bajo Egipto Neferjeperure Ajenatón, que vive de Maat, el señor de las Dos Coronas, hijo de Ra, de gran duración de vida, y la Gran Esposa Real, su amada Neferneferuatón, Nefertiti, su Majestad apareció en el trono de su padre, Atón, mientras que los jefes de cada país extranjero, desfilando majestuosamente uno a uno y tras postrar su cabeza en el suelo por siete veces, aportaban sus tributos y le pedían respetuosamente el estado de paz, a fin de respirar el aliento de vida. Ajenatón y Nefertiti, aparecieron bajo un gran dosel de oro fino con objeto de recibir tributo de los países de Kharu y de Kush, del Occidente y del Oriente. Incluso las islas de en medio del mar aportaron tributos al rey, sentado en el gran trono de Ajetatón para recibir la contribución de cada país. Estaba toda la familia real con sus hijas.

Los soberanos, familiares y altos dignatarios estaban situados en una elevada plataforma acordonada por la guardia kushita, que estaba dirigida por un comandante que dependía directamente del General Horemheb. Una rampa escalonada permitía el acceso de los embajadores.

El Rey, sentado en un trono de madera de sicómoro, con respaldo dorado y con patas de león, presentaba un aspecto de gran majestad, con su vientre y pechos prominentes, anchas caderas, y manos y pies delicadamente largos y finos. Su rostro, untado de aceite hidratante llamaba la atención por las mejillas ligeramente hundidas; sus labios gruesos y sus ojos en forma de almendra, muy separados, desprendían gran luminosidad. La frente inclinada hacia atrás se mantenía erguida por su largo cuello. A su derecha, Maya, el Portador del abanico en la mano derecha del Rey y a su izquierda, Tiay, Inspector de los caballo y carros del Rey, y en lugar preeminente, Meryre, Gran Sacerdote de Atón en la casa de Ra. En una segunda fila detrás del Rey, se encontraba Huya, Supervisor del Doble Tesoro del rey y Mayordomo en la casa de la Reina Tiye. Ajenatón observaba sentado cómo Ay, hermano de la Reina Madre Tiye y padre de la Gran Esposa Real Nefertiti, se presentó ante los reyes y tras inclinar la cabeza ante ellos, se dirigió mirando a mediodía y ante el silencio de todos los presente, la corte en pleno, representantes y muchedumbre del pueblo, levantando las manos en señal de oración elevó ante los presentes el himno a Atón.

 "¡Espléndido te alzas en el horizonte, Oh Atón viviente, creador de vida! Cuando amaneces en el horizonte oriental, llenas todas las tierras con tu belleza. Eres bello, grande, deslumbrante, elevado sobre todas las tierras; tus rayos abrazan las tierras, hasta el límite de todo lo que has creado, porque siendo Ra, alcanzas sus límites, y los has doblegado para tu amado hijo; aunque estás lejos, tus rayos brillan sobre la tierra, aunque cualquiera sienta tu presencia, tus rayos son invisibles. Cuando te pones en el horizonte occidental, la tierra queda en tinieblas, como en la muerte...

Ay con el himno, considerado como oración y ritual necesario, previo a los desfiles y entrega de los presentes, pretendía trasladar algunas indicaciones a los presentes.

… No hay nadie que te conozca, excepto tu hijo, Neferjeperura, el Único de Ra, a quien has mostrado tus sendas y tu poder. Todos aquéllos en la tierra salen de tus manos cuando los creas, cuando amaneces ellos viven, cuando te pones ellos mueren. Tú eres el tiempo vital en todos tus miembros, todos viven gracias a ti. Todos los ojos están puestos en tu belleza hasta que te acuestas, Todas las labores cesan cuando descansas en occidente; cuando te levantas haces que todos se apresuren por el Rey. Todas las piernas están en movimiento desde que fundaste la tierra. Tú los alzas para tu hijo quien proviene de tu cuerpo, el Rey que vive en Maat, el Señor de las Dos Tierras, Neferjeperura, el Único de Ra, El Hijo de Ra, quien vive en Maat, Señor de las coronas, Ajenatón, grande durante su vida;  la gran Reina a quien él ama, la señora de las Dos Tierras, Nefernefruaton Nefertiti, que viva eternamente".

Tras un breve silencio la muchedumbre levantando sus manos y palmas rompieron a aclamar al Rey. Ajenatón hizo una breve señal inclinado la cabeza al Mayordomo, quien con un gesto se dirigió al General Horemheb. El General a su ayudante de campo le dio unas instrucciones al oído y tras unos instantes empezaron a sonar timbales y tambores. El desfile iba a empezar, haciéndolo en la explanada de los altares del norte de Ajetatón y pasando ante el faraón y la reina y el resto de la corte.

El desfile lo encabezaron los correspondientes comandantes y portadores de estandartes. Se inició con dos compañías de infantes, la Amada de Atón y la Fuerte en Armas, de 250 soldados cada una, organizadas en secciones de 50, integradas por arqueros y soldados procedentes de las levas obligatorias y del reclutamiento de mercenarios de Asia y Libia. Los arqueros, cubiertos con casco de cuero brillante, portaban arcos triangulares y arcos de curvatura simple y doble, que eran acompañados de sus carcajes correspondientes. Los infantes eran de dos categorías; vestidos con faldellines de cuero y sandalias y cotas de malla siria sobre los hombros, unos portaban espada, puñal y daga en el fajín, y otros iban armados con jabalina de pequeño tamaño. Como armas defensivas tenían escudos, unos redondos y otros rectangulares de cuero tachonados con clavos. Se distinguían entre ellos por las armaduras de cuero decoradas con los emblemas de la compañía y la división. Algunos comandantes, e incluso soldados, eran portadores de condecoraciones en forma de collar de oro, la mosca del valor, que les había sido concedida por el propio Rey, como muestra de los éxitos obtenidos en las incursiones de Nubia.

A los infantes les siguieron, comandados por  el Jefe de las huestes de carros de combate, dos escuadrones de 50 carros de guerra cada uno, con conductor y guerrero, armado con látigo, espada, arco y jabalina. Los carros de grandes ruedas de seis radios, deslumbrantes bajo el brillo del sol, llamaban la atención por la protección de los ejes y bordes con grueso cuero de color rojo, y su armazón recubierto de cobre y electro, estampados con las insignias de la corte. Los esbeltos caballos de cuello arqueado y orejas echadas hacia atrás, con bridas, anteojeras y riendas bien ajustadas tenían sus lomos y flancos protegidos por lustrosas cubiertas de cuero y su presencia tenía un toque de arrogancia por los arneses engalanados con cintas de color azul y amarillo, y por las plumas y penachos de colores que llevaban en un soporte en la cabeza.

Fue una feliz jornada, así consta en los escarabeos conmemorativos de esteatita azul que se repartieron a los representantes diplomáticos y de forma selectiva a los nobles y personalidades de la corte. Tras los actos en el ambiente, se respiraba la sensación de que los reyes salieron fortalecidos y parecía consolidado el Imperio, a pesar de las ocultas maniobras que algunos estaban llevando a cabo. En Ajetatón se vivía un ambiente especialmente festivo. Por parte del pueblo hubo respuesta en forma de vítores y cánticos que daban ante el pequeño desfile que los reyes, al finalizar los actos, realizaron y aquellos fueron devueltos por los cortesanos regalando al gentío tubos de khol de fayenza junto con otros regalos muy apreciados.

Año 12, II mes de Peret, día 8, bajo el Rey Neferjeperura Ajenatón, Gran realeza en el Horizonte del Sol.

A Jacques le llamaban sobre todo la atención unos comentarios, en forma de informe, que Radhotep había enviado a un destinatario desconocido, en el que resumía la situación y daba pistas sobre las medidas que habría que adoptar para aliviar ciertas tensiones en el campo diplomático.

DXVIII-7.2. Comentarios de Radhotep sobre las Cartas del Rey Burnaburiash de Babilonia al Rey Neferjeperura Ajenatón.

            Hoy he copiado para mi señor (…) el informe sobre los últimos mensajes del Rey de Babilonia. Se reseña que los mismos denotan que hay un cierto declive en las relaciones entre los dos países. Las cartas tienen un tono exigente en las que se dice por parte del Rey Burnaburiash, señor de Babilonia lo que sigue.

-  A mi hermano, Rey de Egipto, mi hermano, le envío este mensaje para hacerle saber que nuestra amistad sigue en pie y que de acuerdo con el tratado que existe entre los dos países desde época de nuestros padres, solicita ayuda para restablecer el orden que está últimamente alterado en nuestra tierra por los asaltos que se suceden sobre las caravanas de nuestros mercaderes por parte de Ahutabu, señor de Canaán. Nos consta que  los pueblos de esa tierra se sienten protegidos por Egipto y le deben obediencia, y por ello reclamamos se imponga la autoridad, el arbitraje por parte de nuestro hermano Neferjeperura y se compensen nuestras pérdidas. Las rutas comerciales ya no tienen la seguridad que las caracterizaba y ello perjudicará, si no vuelve el orden, a la paz y a nuestras relaciones. Es nuestro deseo aprovechar la ocasión para solicitar más ayuda en oro para poder acabar las obras iniciadas en la construcción del templo, al tiempo que se envía cuatro minas de lapislázuli, cuatro equipos de caballos y la promesa de que cualquier necesidad que tengas de esta tierra te será enviada como presente. También, te hago saber que de mi país tendrás siempre fidelidad, algo que no se puede asegurar que otros, como los asirios, mantengan pues a nosotros se han dirigido en solicitud de alianza para ir contra nuestro hermano, el Rey de Egipto.

            Me complace saber que aún existe cierta fidelidad por parte de reyes amigos del Imperio. Sin embargo, me preocupa que no haya respuestas por parte del consejo real. Hay algunosaltos dignatarios que se aprovechan de ello y, probablemente, esperan que el ambiente se deteriore aún más. Percibo que son operaciones calculadas, en espera de algunas oportunidades no bien conocidas.

Año (…), III mes de Akhet, día 18, bajo el Rey Neferjeperura Ajenatón, Toro Poderoso amado de Atón.

            La situación de las relaciones  del Imperio con sus aliados, bien reflejadas en las conocidas Cartas de El Amarna, también se veían reflejadas con el informe DXVIII-7.3.

DXVIII-7.3. Informe de Radhotep a su señor (…), Gran Vidente de Atum-Ra sobre los acontecimientos que transmiten los mensajeros de los países de Asia.

Por su parte, el rey asirio Assuruballit ofrece fidelidad y demanda oro para el embellecimiento de su palacio, al tiempo que reclama protección ante la inestabilidad de las rutas comerciales. Reclama justicia ante el asesinato de sus embajadores, provocada por nómadas protegidos de Egipto. La inquietud continua como hace varias estaciones.

Los señores de Tiro, Sidón y Biblos, manifiestan nuestros observadores, que se mantienen obedientes al Rey, pero los señores de Babilonia, Asiria, Mitanni, Hatti, Tarhunta-radu de Arzawa y Alashiya vienen ejerciendo cierta presión sobre el Rey, sabiendo que de ellos depende la estabilidad de la zona y la permanencia del papel predominante de nuestro Estado.

Especialmente, Abdu Heba de Jerusalén denuncia que los hapiru están provocando a nuestros aliados y que necesita ayuda militar y que se mantiene fiel al Rey, a pesar de ser denunciado por otros que tienen otros objetivos.

El señor Biridiya de Meggido solicita la ayuda de cien mercenarios egipcios para la protección de la fortaleza, ya que Labayu de Sikem, incitado por el rey de Hatti está instigando a nuestro pueblo y planificando nuestra destrucción o llevarnos hacia el sometimiento del rey Shuppiluliuma de Hatti.Sin embargo, el señor de Sikem escribió y negó la traición, mostrando su disposición a la obediencia hacia nuestro Rey e indicando que las denuncias eran unas maniobras de quienes las habían hecho.

El caso más alarmante, es el de Rib-Addi gobernador de Biblos, nuestro más fiel vasallo, que se ha visto obligado a refugiarse junto a Hammuniri en Beirut; desde allí ha pedido ayuda hace vairas estaciones a nuestro Rey, sin recibir contestación. Si no se interviene con prontitud enviando ayuda militar corre peligro de se apresado.

Año (1…), II mes de Akhet, día 15, bajo el Rey Ajenatón, Toro Poderoso amado de Atón. 

El tono del último documento, con el que finalizó la primera parte de la exposición, recordaba la literatura propia del Imperio Medio. Así, quería dejar constancia de que no se había conseguido en esa breve etapa histórica del reinado de Ajenatón un cambio en la mentalidad de la clase social más ilustrada.

DXVIII-6.1. Documento nombrado “Comentarios de Radhotep. Cuarta parte.

El tiempo pasa muy rápido. Me siento cansado. El trabajo de estos años ha sido muy intenso y la presión a la que me he visto sometido ha conseguido paralizar mi lengua, pero aún quedan mis sentimientos.

Hoy quiero decir que percibo grandes incertidumbres para la paz de nuestro Imperio.

Las nuevas creencias no han conseguido apartar de mí las que practicaron mis padres y mis antepasados. Sin embargo, el pasado ya no volverá. No se puede regresar, aunque cada día haya un renacer de la vida.

Mi trabajo ha consistido en registrar los acontecimientos oficiales de la corte, sólo los que se me han permitido conocer. Pero yo he sabido de otros, mis sentidos han estado permanentemente pendientes de lo que sucedía a mi alrededor.

El registro y la copia de lo oficial no han apartado de mí lo íntimo, que vale tanto como lo oficial. Sin embargo, tengo dudas ¿he sabido hacer mi trabajo? ¿Me he dejado llevar por falsas interpretaciones de lo observado? ¿Acaso he visto intrigas donde sólo había celo? No he querido ser sólo un redactor de documentos, sino un cronista de la realidad. Muchas veces he sentido miedo.

Recuerdo cuando el visir Amenofis, uno de los más poderosos del Imperio, empezó a sentirse desplazado desde las más altas personalidades de la corte, desconociendo cuál podía ser la causa y los protagonistas de una supuesta persecución. Intentaba atraerse a los más próximos del Rey para tener acceso a una entrevista con él, pero Mahu, fiel guardián controlaba los accesos y nunca lo permitió.

Tal era la situación de miedo y hermetismo, de control y desconfianza en la corte.

Corren rumores  sobre cambios profundos en el gobierno. No se sabe el alcance de los mismos, si sólo se quedará en nuevas responsabilidades en el poder o si también afectarán a nuevas direcciones para fortalecer el culto. El temor está llegando a todos los rincones del pueblo, que siente como el Rey vive encerrado, e ignora el empobrecimiento a que está llegando el Imperio. Los recursos escasean, pues ya nada llega del exterior. Los aliados están en rebeldía y la corrupción se está apoderando de las estructuras de la administración, pues todos los impuestos no acaban en el Tesoro.

Estoy cansado y quiero retirarme a la aldea de mis padres, para morir cerca de su tumba.

Desde Ajetatón, horizonte de Atón, luz y sol infinito, horizonte sin fin. Aquí culmina y empieza todo un universo que es propio del rey, espíritu eficaz de Atón que así lo quiso.

Año 13, IV mes de Akhet, día 22, bajo la majestad del rey Neferjeperure Uanre Ajenatón.

            Jacques seguía haciendo la exposición de la tesis, centrándose en aspectos metodológicos y en las fuentes utilizadas pero, mientras desgranaba las características técnicas de los documentos, el pensamiento paralelamente le llevaba a preguntarse si los papiros debían haber sido tratados como meros fragmentos literarios y no como valiosas fuentes históricas, a las que consideró desde el principio que estaban redactadas intencionadamente a modo de crónica local por un escriba que firmaba los documentos como Radhotep.

            Identificar el valor de los documentos, como meramente narrativo de ficción o histórico, era fácil. Los cuentos literarios de la época nunca hubieran mencionado a personajes identificados como reales y vivos. Por otra parte, había conseguido traducir otros fragmentos de documentos administrativos que tenían fácil conexión con lo narrado en el conjunto que podía ser considerado como el diario de un escriba de la corte, identificado como Radhotep.

            No obstante, la pregunta que Jacques se hacía mientras avanzaba en su trabajo es si lo narrado en las cartas por Radhotep gozaba de cierta protección o, por el contrario, hubiera tenido consentimiento oficial de su señor en caso de ser descubierto.

Descubrir este hecho es lo que le podía dar crédito de importante fuente historiográfica, ya que le podía conducir a un hilo de conspiración política.

            Todas las noches, momento en el que aprovechaba para escribir, en la soledad de su estudio, se hacía las mismas preguntas.

- ¿estoy ante una obra de ficción o ante una conspiración registrada deliberadamente? Y en el caso de ser una conspiración  ¿tuvo realmente un desenlace final? Sabía que la respuesta sólo se obtendría cuando se descubriese la momia del rey Ajenatón y se constatase que había sido asesinado y no había muerto por causa de la peste bubónica que asoló Egipto durante el final de su reinado. Al menos, en caso de haber sido asesinado, él poseía indicios de quienes podían haber sido los causantes. Sólo, en el supuesto de que la muerte del rey hubiera sido por enfermedad, su investigación quedaba como una hipótesis conspirativa frustrada, pero que ayudaba a definir mejor el sistema de relaciones en la corte y explicaba los móviles y los autores principales que llevaron la damnatio memoriae años después de la desaparición del rey.

             Jacques mantenía la hipótesis de que Radhotep trabajaba con comodidad, pues Ay sabía mantener una postura ambigua ante el rey Ajenatón, predominantemente aduladora y, si no internamente crítica al comportamiento real, sí distante. Además, la posición Ay como padre de la Gran Esposa Real Nefertiti le permitía cierto margen de maniobra. Por otra parte, cada documento analizado le llevaba a la conjetura de que la posible filiación del primer ministro de Ajenatón con confusos o quizás ocultos orígenes extranjeros, le habían llevado a mantener una proximidad con algunos gobernadores y reyes de pueblos asiáticos con el fin de asegurarse un futuro en el poder.

            Pero también se preguntaba, si lo escrito por Radhotep había sido conocido en su época.

Así concluía Jacques Atelier, con los agradecimientos pertinentes, la presentación de una tesis que sin saberlo iba a cambiar muchos de los enfoques que en las distintas investigaciones sobre el reinado del rey Anjeperure Uaenre Ajenatón estaban hasta entonces sólidamente anclados.

 

Autor: Jaime  Álvarez Rodríguez