Templo de Seti I en Abidos
Primer y Segundo Patio del Templo con
los pilares del Pórtico de entrada a la primera sala hipóstila, al
fondo
Este
templo es el mayor de todos los que se levantaron en Abidos. Fue mandado
construir por Seti I, rey de la Dinastía XIX, aunque parte del templo fue
terminado por su hijo Ramsés II, en concreto los patios y la primera sala
hipóstila. El Memmonio de Estrabón, cuenta con elementos inusuales al
igual que con una estructura igualmente inusual, caracterizado por tener
siete santuarios o capillas en lugar de uno o tres y la disposición en
forma de "L" del ala sur. Junto
al templo estaban situados los edificios auxiliares tales como almacenes y
una sala de audiencias, rodeado todo ello por un muro.
El
edificio está construido con piedra caliza y arenisca, aunque en el
Osireion se utilizó también el granito. Se encuentra distribuido en dos
patios, dos salas hipóstilas, una de ellas con siete capillas a través
de una de las cuales se accede a un santuario cuya estructura comprende
dos pequeñas salas hipóstilas con tres capillas en cada una de ellas y
una cripta. Del ala sur destaca el vestíbulo con otras dos capillas y el
corredor o pasadizo a través de que se accede a la "sala de las
barcas" y posteriormente a una serie de cámaras auxiliares y
almacenes. Una de las puertas del pasadizo conduce al exterior llevando al
Osireion que se distribuye en una sala
central, vestíbulo, antecámara,
Corredor de entrada y cámara del sarcófago.
La
importancia de este templo radica fundamentalmente en las escenas que en
él se representan y que recogen parte de la vida de Seti I y Ramsés II,
de gran importancia histórica al igual que la llamada "Tabla de
Abidos".
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Primer
Patio del Templo y restos del segundo Pilono y primer Pórtico. |
La
entrada del Templo era un pilono (núm.
1, en el plano) que separaba el
exterior del primer patio (núm.
2, en el plano). Este primer patio,
se encuentra en la actualidad en muy malas condiciones, pero todavía
pueden verse dos pozos de agua (núm.
3, en el plano) que
utilizaban los sacerdotes en sus abluciones, uno de ellos de tamaño más
considerable que el anterior, y buenas muestras de la decoración que Ramsés
II eligió para esta parte del templo entre las que destacan las de su
muro este: bajorrelieves con escenas de lucha, representaciones de pueblos
extranjeros conquistados etc. Una de las escenas que llaman la atención
es aquella en la que la pierna de un hombre es atrapada por la rueda de un
carro, gozando de un realismo tal que incluso la sangre que emana de la
herida en el momento del suceso ha sido también recogida en la escena.
Todavía pueden verse restos de estatuas osiríacas del rey. En estos
muros se nombra a tres reyes con sus correspondientes cartuchos: Ramses
II, Merenptah y Ramses III.
En
la zona este, a la izquierda del templo y fuera de su recinto, todavía
pueden verse ladrillos de adobe que constituyen los restos de los
edificios auxiliares y una sala de audiencias.
Una
rampa escalonada (núm. 4, en el
plano) nos permite acceder al
primer pórtico (núm. 5, en
el plano) adyacente al segundo
pilono, del que hoy día tan sólo quedan en pie parte de sus muros y
tras los que se encuentra al segundo patio (núm.
6, en el plano) terminado y
decorado también por Ramsés II. Los muros del pórtico contienen
hornacinas decoradas con escenas que muestran a varios de los hijos del
rey y que son distribuidos en función del sexo: los hijos, a la izquierda
y las hijas, a la derecha. Todas ellas conservan gran parte de su policromía
original. Es en esta zona en donde Ramsés II es representado adorando a
la tríada principal del templo: Osiris, Isis y Seti I.
El segundo
patio, más elevado que el anterior, tiene una puerta en su lado
suroeste (izquierda) que da paso a las dependencias administrativas que
antes hemos mencionado. En esta parte del templo está ubicada una estela
de ofrenda a Ptah por parte de Ramsés II, además de la estatua de un
rey, algo desfigurada por la erosión, dentro de una pequeña capilla.
De
nuevo, una rampa escalonada es la que permite el paso a la siguiente
estancia del templo: el segundo pórtico (núm.
7, en el plano) . La pared del pórtico
comunica con la primera sala hipóstila; originalmente tenía siete
soportales la mayoría de los cuales fueron tapiados por Ramsés II cuando
añadió al templo las secciones exteriores. Los doce pilares y los muros
del pórtico contienen escenas de Ramsés II. El muro comienza con una
representación de Ramsés II ofreciendo una estatua de Maat a la triada
Osiris, Seti I e Isis, describiendo, a continuación, a lo largo de
noventa y cinco líneas, los actos realizados por aquél en honor a su
padre, su viaje a Abidos en el que comprueba el estado de deterioro del
templo y su posterior restauración. A excepción de la decoración de la
parte oeste, el resto se encuentra en bastante buen estado de conservación.
Traspasando
el pórtico se accede a la primera sala hipóstila (núm.
8, en el plano) del templo.
Dividida en siete tramos, su techo es sostenido por 24 columnas
papiriformes cerradas, a excepción de la última fila de columnas en las
que el fuste termina en un ábaco sin signo alguno de capitel. Las
columnas, algo "achaparradas" , estilo típico de algunos de los
monumentos de la Dinastía XIX, muestran a Seti I ante cada uno de los
dioses a los que están consagradas las siete capillas en que finaliza la
segunda sala hipóstila. La decoración de esta sala fue llevada a cabo
por padre e hijo respectivamente, resultando de una calidad y técnica
excepcional los de Seti I, lo que no desmerece grandiosidad a los
realizados tras su muerte por Ramsés II. Junto al muro de la entrada se
conservan tres cabezas del rey representado con la corona del Alto Egipto
y una estela bastante deteriorada.
Entrando
en esta sala, a mano izquierda, uno de los arquitrabes contiene la famosa
inscripción de lo que algunos "iluminados" han venido en llamar
"el helicóptero de Abidos". "In situ" es el momento
de poder leer la inscripción completa del dintel y ratificarse en lo
absurdo de estas teorías. (Ver
el artículo "Inscripción en Abidos").
Siete
puertas dan paso a la segunda sala hipóstila (núm.
9, en el plano) que hace de vestíbulo
a las siete capillas que se encuentran al fondo de ésta. La sala con
treinta y seis columnas, tiene la misma estructura que la anterior, salvo
que las columnas, distribuidas en los siete tramos, se encuentran en
grupos de seis y no de cuatro como en las primera sala hipóstila. La
decoración se ejecutó en tiempos de Seti I, mostrando los relieves a
este rey en posición oferente ante diversas divinidades realizando
ofrendas y llevando a cabo distintos rituales.
Los
pasillos, que cada tramo de columnas habilita en las dos salas hipóstilas,
permiten el acceso a las puertas de las siete capillas (núms.
10-16, en el plano) situadas en un
plano más elevado que la segunda sala hipóstila. Los muros de separación
entre cada capilla gozan de una decoración excepcional y una policromía
en excelente estado de conservación.
Las
capillas están dedicadas a Horus (núm.
10), Isis (núm.
11), Osiris (núm.
12), Amón-Ra (núm.
13), Ra-Horajti (núm.
14), Ptah (núm.
15) y Seti I deificado (núm.
16).
En
cuanto a su estructura y decoración, cada capilla, excepto la de Seti I,
se encuentra dividida horizontalmente por dos pilastras a cada lado. Su
techo es abovedado. Probablemente, las barcas de cada dios se contenían
en estas capillas. La decoración de los muros interiores, con policromía
en los relieves de las capillas de Amón-Ra y Osiris, muestra las
distintos rituales y festividades relacionados con el dios
correspondiente, salvo la consagrada a Seti I, en la, además de
celebrarse diferentes ceremonias por el rey, también se encuentra una
escena en la que el mismo está siendo coronado
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Capilla de Ptah
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Seis
de las siete capillas tienen al fondo puertas falsas, sólo la de Osiris (núm.
12) tiene una puerta verdadera a
través de la que se accede a un conjunto de dependencias que constituyen
un santuario consagrado a este dios. La primera dependencia a la
que se accede es una sala hipóstila (núm.
17, en el plano) con diez columnas
y en cuya decoración está representado el rey realizando ofrendas ante
Osiris. Consta de tres capillas (núms.
18-20, en el plano) en su lado
norte, dedicadas a Horus, Seti I e Isis-Hathor. Tras ellas se halla una
cripta (núm. 21, en el plano).
Por la zona sur de esa sala hipóstila se accede a una más pequeña también
hipóstila (núms. 22, en el plano),
con cuatro columnas, hornacinas en sus muros y otras tres capillas, hoy día
en mal estado de conservación.
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Primera sala hipóstila del Santuario de Osiris
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Capillas
(norte) dedicadas a Osiris, Seti I e Isis-Hathor |
Una
de las puertas del muro sur (izquierda) al fondo de la segunda sala hipóstila
y adyacente a la capilla de de Seti I, da paso a un vestíbulo (núm.
23, en el plano), con tres
columnas, que alberga las capillas de culto consagradas a los dioses
Ptah-Sokar-Osiris y Nefertum. Las capillas carecen de policromía,
constituyendo una interesante escena la recogida en la de
Ptah-Sokar-Osiris en donde Isis, en su forma de ave, es fecundada por
Osiris. Entre otras también puede verse al dios Sokar representado con
cabeza de halcón y a Nefertum con cabeza de león.
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Capillas de Ptah-Sokar-Osiris y Nefertum
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La
segunda puerta del muro sur de la segunda sala hipóstila da paso a un corredor
(núm. 24, en el plano) en
cuyos muros se encuentra grabada la llamada "Tabla de Abidos".
Seti I muestra a su hijo Ramsés II, que porta la coleta típica de la
infancia, le precedieron. Ramsés II lee el papiro que sostiene entre sus
manos. La lista onomástica, con setenta y siete reyes, comprende desde el
reinado de Menes (Dinastía I) hasta el propio Seti I, aunque no todos los
gobernantes se encuentran recogidos en ella, como ocurre con Hatshepsut y
aquellos de la época Amarna.
En
este mismo corredor hay un magnífico relieve de Seti y su hijo cogiendo
un toro con un lazo.
Avanzando
por el corredor, a mitad de camino hay una entrada que conduce a un
pasillo a través del cual se sale al exterior, justo enfrente del
Osireion. La decoración de este pasillo data del reinado de Ramsés II,
mostrando a éste junto con su hijo, el joven príncipe Amenhirjopshef,
cazando aves salvajes, atando un toro o arrastrando la barca de Sokar.
Un
poco más hacia el sur, se encuentra la sala de las barcas (núm.
25, en el plano). Esta sala, de
seis columnas, contenía una serie de bancos en donde eran depositados las
barcas de los diversos dioses del templo. Las escenas versan,
fundamentalmente, sobre este motivo.
Tras
esta sala y ya al final del pasillo , se accede a la llamada "sala
de los carniceros" que cuenta con varias cámaras y almacenes. En
el fondo sur, una puerta da paso a las dependencias administrativas.
(núm. 26, en el plano).
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Pasadizo y Tabla de Abidos
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Sala de las Barcas
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Una
vez en el exterior del templo, saliendo por el pasillo que comunica con el
corredor que nace de la segunda sala hipóstila, a pocos metros, se
encuentra el Osireion o cenotafio de Seti I.
Este
edificio, para el que se utilizó la piedra caliza, arenisca y granito
rosa, está construido a modo de tumba de la Dinastía XIX. Tanto la
estructura como la decoración de muros y techos e incluso su posición
respecto al templo principal muestran ese carácter. La decoración se
debe principalmente a Merneptah, nieto de Seti I.
La
estructura consiste en un largo corredor de techo abovedado con, orientación
noreste suroeste, que da un giro de noventa grados para llegar a la antecámara.
El corredor fue decorado con escenas del Libro de las Puertas. La antecámara
y la última cámara (núms. 27 y
29, en el plano) en que termina el
interior del recinto, están dispuestas transversalmente al eje principal
(que lo es también del templo de Seti I) y separadas de la "cámara
de sarcófago", la primera por un pequeño corredor y la segunda, por
una de las 17 pequeñas cámaras o nichos que rodean la central, mediante
un pequeño pasillo de acceso. Ambas están decoradas en sus muros con
escenas de textos funerarios y techos con representaciones astronómicas
entre las que destaca la típica imagen de Nut, al igual que en los techos
de las tumbas de la época.
La
cámara central o "cámara del sarcófago" (núm.
28, en el plano), además de los
nichos mencionados que la rodean, está rodeado por un canal inundado por
la acción de las aguas freáticas. A cada lado, una escalera conduce al
sarcófago y al cofre canopo respectivamente. El sarcófago se encuentra
en el centro de la cámara. Esta sala central está cargada de un alto
contenido simbólico. Efectivamente, aun con disposición de tumba se
trata de un cenotafio, es decir, una falsa tumba en la nunca nadie fue
enterrado, la tumba del dios Osiris. La estancia evoca el momento de la
Creación: el canal simboliza las aguas primigenias de las que surge la
colina primordial representada por el túmulo sobre el que se deposita el
sarcófago.
Muchos
de los elementos y parte de la estructura de este complejo recuerdan el
estilo constructivo del Imperio Antiguo. En la actualidad parece no
existir duda alguna de que todo el edificio fue construido durante el
Imperio Nuevo con un intento de los constructores por evocar antiguas
edificaciones para reforzar su carácter simbólico. Apoya esta teoría la
situación del Osireion con respecto al templo principal, semejante a la
posición de la tumba en respecto de los templos funerarios.
Hoy
día resulta imposible acceder al interior del Osireion a no ser que se
vaya dotado de un buen equipo de agua o algo similar ya que el nivel freático
ha inundado todas las estancias llegando aproximadamente a un nivel de un
metro.
Otros
Templos en las zonas circundantes:
-
Templo "portal" de Ramsés II.
-
Templo de Tutmosis III.
-
Templo de Sesostris III.
-
Templo de Ahmosis (Ahmés I).
Bibliografía:
Libros prestados a la Biblioteca
de la ASADE (Asociación Andaluza de Egiptología) por Juan de la
Torre Suárez y Teresa Soria Trastoy.
Fotografías:
© Todas las fotografías son propiedad de la autora de este artículo a
excepción del gráfico. Queda prohibida su reproducción total o
parcial en cualquier medio.
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