Conocido como "Mastabet el-Faraun" representa
el complejo funerario del faraón Shepseskaf, último faraón
de la IV dinastía, que reinó entre el 2472 y 2467 a.C.
Shepseskaf, hijo de Menkaura, abandonó la necrópolis de Gizeh
y decidió construir su pirámide en la otra gran necrópolis
del Reino Antiguo, en Saqqara.
Se trata de una estructura parecida a un enorme sarcófago,
de planta rectangular, de 100 x 72 metros (originalmente 105 x 78 ), orientada
de este a oeste compuesta de 2 cuerpos, con 5 hileras de bloque de caliza
cada uno, con una altura de 18 metros. El nombre de la tumba incluye el
jeroglífico empleado para designar las pirámides, aunque
realmente es una especie de mastaba gigante. El único caso parecido
se encuentra en Gizeh y es la tumba de Jenthaus, madre de los primeros
faraones de la V dinastía.
Queda por descubrir el motivo de Shepseskaf de renunciar a la construcción
de un recinto piramidal. Se han hecho especulaciones en torno a la posibilidad
de que el faraón desease reducir el poder del clero heliopolitano
y su culto solar ( recordemos que la ideología solar está implícita
en las pirámides).