Collar
ceremonial, ancho de cuentas o macizo, coronado en ambos lados
con sendas cabezas de halcón, llevando la cabeza de algún
dios en su arco interior y con un contrapeso en su parte
posterior. Confeccionados en diversos materiales, se han
hallado de oro y bronce, especialmente.
Un
curioso objeto con esta denominación se halla en el Museo de
Bellas Artes (Museum of Fine Arts) de Boston perteneciente a
la XXII Dinastía, con la cabeza de la diosa Isis portando la
corona roja, y con el número de registro 31195.
Collar
de oro adornado, según varios textos, de piedras preciosas y
lapislázuli aunque en su origen parece que estaba
confeccionado con nueve hilos de plantas o pequeñas flores,
con cualidades protectoras relacionado con la diosa Hathor.
Solía colocarse sobre las momias, para su protección y
aparece en gran cantidad de relieves como ofrenda destinada a
los dioses o colgado de los cuellos de toda clase de
personajes.
Los
collares que han llegado hasta nosotros están hechos de oro,
plata y piedras preciosas y semipreciosas con las que se
confeccionan las cuentas cilíndricas que componen sus hilos.
De la parte posterior cuelga un contrapeso.
Las
nueve hileras iniciales que lo componían pueden relacionarse
con la Enéada, habiéndose denominado en ocasiones como la
"Guirnalda de Atum", haciendo referencia al todo,
mientras que la identificación del todo con sus partes
individualizadas (las nueve hileras) podían recibir diversos
nombres como "la Efigie de la Enéada".
El
Capítulo 158 del Libro de los Muertos hace referencia a este
collar con la siguiente fórmula (Traducción
y notas de Federico Lara Peinado):
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Capítulo
158
-
Fórmula
para el collar de oro, colocado en el cuello del
bienaventurado.
-
-
Palabras
que debe decir el Osiris N.:
-
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"¡Padre
mío, hermano de mi madre Isis, tú que me has desvendado,
mírame!. Soy uno de los que no tiene vendas y que ven a
Geb (*1)"
-
-
(Rúbrica)
-
Palabras
que se pronunciarán sobre un collar de oro (*2)
en el que está inscrita esta fórmula, colocado en el
cuello del bienaventurado el día de (su) entierro.
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-
Notas:
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(*1)
El contenido de este capítulo no tiene nada que ver con
el título del mismo. El difunto se presenta como Horus en
la primera fase. Tal vez poseía un collar de oro cuyos
broches terminarían en sendas cabezas de halcón.
-
(*2)
Usej
Collar
egipcio de carácter ceremonial. Originariamente estaba
compuesto de varias vueltas de cuentas anudadas en cada
extremo a sendas cuentas, más resistentes, cada una de las
cuales finalizaba en un contrapeso.
Las
representaciones más tempranas de este collar, que no está
atestiguado con anterioridad a la VI Dinastía, muestran cómo
colgaban estos dos contrapesos de la parte trasera del cuello
de sus portadoras. Sin embargo, es a comienzos del Imperio
Nuevo, cuando ambos contrapesos se funden en uno solo, pero no
se olvida su origen pudiendo comprobarse en la mayoría de los
menat votivos de este período, los cuales llevan incisa una
fina ranura en el borde exterior similando ser dos
contrapesos, en lugar de uno, apoyados uno encima del otro.
El
Menat está conectado estrechamente con la diosa Hathor: sus
sacerdotisas son normalmente representadas con este emblema.
Esta diosa egipcia, Hathor, fue conocida como la "Gran
Menat": la palabra "menat" (mnAt)
tiene la misma raíz que el término "nodriza" y que
"vaca lechera" (Urkunden
IV 72, 77...; Textos de los Sarcófagos; Budge, Egyptian Magic";
Lefébure, "Le Menat et le Nom de l'Eunuque" in Proc.
Soc. Bibl. Arch., 1891, pág 333 y ss.),
lo que sería lo mismo que decir la "Gran Nodriza" o
la "Gran Vaca".
Las
representaciones del Menat son numerosas no sólo como
elemento inherente a algunas deidades o personajes, sino también
por sí mismo. Buen ejemplo de este hecho lo tenemos en
Dendera. El collar es representado en varias de las criptas
subterráneas del templo: en la cripta en la que se narra el Ciclo
de Harsumtus las hileras de cuentas están rematadas en
ambos extremos con otras dos más gruesas que acaban en sus
extremos con la cabeza de Hathor. En la base de los recogidos
hilos de cuentas del lado derecho, una barca solar. Más llama
la atención la representación de este collar como objeto
personificado: del collar salen dos brazos que agarran a un
joven con las características de tal, esto es, el dedo índice
llevándoselo a la boca y la coleta o trenza caída sobre su
hombro derecho. Es la representación del dios Ihy, hijo de
Hathor, de la "Gran Menat" y, en Dendera, fruto de
la unión de esta diosa con el dios Horus.
Una
de las primeras imágenes que nos han llegado del Menat,
aunque no se aprecie excesivamente bien, es la representación
de Nebet (Aka-Ibi-Ihy) llevando en su cuello este collar. La
escena se ha hallado en la mastaba de Meri de la VI Dinastía
en Saqqara, en la estela de falsa puerta que se encontraba en
el exterior de la misma. Nebet, esposa de Meri, tiene, entre
otros, el título de "Sacerdotisa de Het-Hert (Hathor) en
todos Sus Lugares".
De
aquí es sencillo deducir quiénes eran los que llevaban o
portaban este símbolo, normalmente colgado de su mano y, a
menudo, puesto alrededor del cuello: Siendo un símbolo de la
diosa Hathor, eran sus sacerdotisas las que eran representadas
con el collar - instrumento - amuleto, por decirlo de alguna
manera, por derecho propio, así como la misma vaca-Hathor
como animal es frecuente verla con el Menat colgando de su
cuello. Pero no era exclusivo de esta clase sacerdotal ni
propio tan sólo de las mujeres. Al igual que los sacerdotes
al servicio de Hathor, otros sacerdotes e incluso reyes eran
representados con él, estos últimos pudiendo aparecer en
escenas en las que este collar les es dado en ofrenda por la
diosa Hathor, y así lo vemos en un relieve del exterior de la
capilla dedicada a esta diosa del Templo de Hatshepsut en Deir
el-Bahari, en donde el collar es ofrecido a la propia
Hatshepsut. Sin embargo, es raro que los hombres lo llevaran.
Otras
deidades también tienen asociada a su iconografía el Menat.
Jonsu, es uno de los dioses que aparece asociado a él debido
precisamente a su concepción originaria como placenta (lo
cual parece representar uno de los estandartes divinos que
aparece ya acompañando al rey en los monumentos de los períodos
más tempranos de la Historia de Egipto y posible objeto de
culto) o "gemelo" del rey (como dios lunar gemelo
del dios sol), por tanto es lógico esta asociación con el símbolo
de la "madre" divina.
Junto
con el Sistro, el Menat se utilizaba como un instrumento que
era agitado, al igual que el primero, siendo asido de sus
contrapesos, en el culto a Hathor y estaba asociado al rey en
diversas ceremonias: Cuando las princesas hacen su aparición
en una audiencia de palacio, están provistas de estos objetos
que presentan y ofrecen al rey acompañando esta acción con
las siguientes palabras: "Que la Dorada (Hathor) dé
vida a tus narices (te haga respirar). Que la Señora
de las Estrellas se una a ti" (Frankfort,
Reyes y Dioses).
En
cuanto a su simbología, además de lo ya comentado, al ser
agitado, el sonido que producía ahuyentaba a los malos espíritus.
Utilizado en ceremonias o ritos funerarios se pretendía la
regeneración del fallecido, su renacimiento. Tiene
propiedades mágicas y, por tanto, es utilizado como amuleto,
ofreciendo a quien lo porta júbilo, poder y salud.
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Como
curiosidad podemos mencionar este contrapeso de un
Menat, datado en el reinado de Amenhotep III.
Presenta, como característica no habitual en este
período, una forma totalmente abierta en el trabajo
y parece representar a Hathor con los rasgos de la
reina Tiy.
Está
terminado con la cabeza de la diosa que porta una
diadema con el ureus y sus típicos cuernos entre
los que se encuentra el disco solar. Hathor, aparece
representada en su aspecto humano, como una elegante
reina llevando un cetro de papiro, así como en su
aspecto animal, en la parte inferior, dotada de los
mismos elementos que la caracterizan y en un pantano
de papiros.
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Contrapeso
de Menat. Bronce. 17.2 cm. Finales de la XVIII
Dinastía. Metropolitan Museum 51.57.2
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Más
información e imágenes sobre el Menat:
Cyril
Aldred: Jewels of the Pharaohs: Egyptian Jewelery of the
Dynastic Period, New York, 1971, pág. 227-228, Lám. 114
y 115:
Galvin,
Marianne: The Priestesses of Hathor in the Old Kingdom and
the 1st Intermediate Period, pág. 228-231.
Saleh,
Mohamed: Tomb of Ihy no. 186, Three Old-Kingdom Tombs at
Thebes, c. 1977.
Teresa
Soria Trastoy
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