La
función de los canopos, ya sean vasos o cofres, era la de
guardar las vísceras extraídas de los cuerpos durante la
momificación, para preservar el buen estado de conservación
de estos últimos, evitando la putrefacción. Las vísceras
eran vendadas y se introducían en ellos.
El
nombre tiene su origen en un error cometido por los escritores
clásicos, quienes creyeron que el héroe griego Kanopos fue
adorado en Canopo en forma de vaso, dado que hallaron varios
de ellos con tapas en forma de cabeza humana. Posteriormente,
los primeros Egiptólogos vieron que estos vasos de Canopo y
los que se hallaban en las tumbas conteniendo vísceras era
muy semejante, por lo que empezaron a llamarlos "canópicos"
y así ha permanecido el uso de este término aplicado a todo
aquél recipiente que contuviese los órganos de la persona
momificada.
Los
primeros ejemplos de canopos no los encontramos en forma de
vasos, sino como cofres o simples nichos en las paredes de las
tumbas, en donde los órganos eran depositados una vez
vendados. Posiblemente los nichos hallados en las tumbas de la
II Dinastía fueran utilizados a tal efecto. Los primeros
cofres canópicos serían de madera; estos cofres constan de
cuatro compartimentos. En el Imperio Antiguo tenemos buena
muestra de uno de estos cofres hallado en uno de los nichos de
la tumba de Hetepheres I, en el cementerio oriental de Giza.
La estructura era idéntica a la descrita sólo que en lugar
de madera estaba hecho de alabastro con una tapa del mismo
material.
Durante
la IV Dinastía se encuentran los primeros ejemplos de vasos
canópicos, en concreto en la tumba de Meresanj III en Giza.
En la VI Dinastía se han hallado fragmentos de ejemplares de
granito en tumbas reales, colocados dentro de agujeros
practicados en el suelo al sureste de los pies del sarcófago,
y no como era habitual, es decir, en nichos practicados en los
muros o agujeros en el suelo adyacentes a estas mismas
paredes.
Estos
primeros vasos y cofres canópicos carecían de decoración
alguna. Llegado el Primer Período Intermedio, el diseño
sufre alteraciones tanto en su estructura como en su decorado.
En cuanto a la primera, los vasos tienen tapa en forma de
cabeza humana, mientras que alrededor de ellos, en su parte
superior, se inscriben hileras de textos en lugar de limitarse
al nombre y título del finado. De la misma forma, los
vendajes de las vísceras eran acompañados en muchas
ocasiones por máscaras funerarias de rasgos humanos. Se
aprecia así una similitud entre los vasos canópicos y los
sarcófagos.
Hacia
finales del Imperio Medio, la forma vuelve a ser modificada:
ahora encontramos un cofre externo hecho de piedra y que
asimila con el sarcófago y un cofre interior de madera,
asimilado al ataúd, dividido en cuatro secciones. Cada sección
contenía su correspondiente vaso canópico (aunque en
ocasiones no se utilizaban los propios vasos sino
representaciones de ellos) y en su interior los órganos. Los
cuatro vasos son identificados con los cuatro hijos de Horus
(a partir de la Dinastía XVIII queda representados en las
tapas de los mismos), cada uno de ellos protegido por una
deidad y se colocaba en un determinado punto cardinal.
Hijo
de Horus |
Iconografía |
Posición |
Órgano
protegido |
Deidad
protectora |
Amset
|
Cabeza
humana
|
Sur
|
Hígado
|
Isis |
Hapi
|
Cabeza
Babuino
|
Norte
|
Pulmones
|
Neftis |
Duamutef
|
Cabeza
de Chacal
|
Este
|
Estómago |
Neit
|
Kebehsenuf
|
Cabeza
de Halcón
|
Oeste
|
Intestinos |
Selkis
|
Avanzado
el Imperio Nuevo, las tapas de los vasos canópicos, podían
tomar la forma de otros animales e incluso de pájaros. Sin
embargo, fue ya a partir de la Dinastía XXI cuando los vasos
canópicos dejaron de tener una función práctica, dado que
los órganos volvieron a introducirse en el cuerpo momificado
una vez tratados y, de esta forma los vasos quedaban vacíos.
Con la Dinastía XXII se transforman, es decir, en esta época
los vasos son macizos, sin cavidad interna y lo que queda es
su simbolismo.
Teresa
Soria Trastoy
|