PERIODO
PROTODINÁSTICO
Relieve
de caliza de la I ó II dinastía, reutilizado en una tumba-pozo de la III
dinastía en Saqqara
-
British Museum EA 67153 -
El Período Protodinástico, se
correspondería políticamente al Período Tinita (Dinastías I y II), y
culturalmente
se le superpone con el Nagada III, Guerzeense B, o Semainiense
(de la localidad de Es Semaina).
Apareció entre 3.150 - 3.100 a. C.,
(SD 63 a 80, de la clasificación de
Petrie), finalizando hacia el 2.700 a.C. Evolucionó
sin rupturas desde la Nagada II y se extendió rápidamente englobado la
totalidad del Valle del Nilo. También Nubia absorbió la pujante cultura que le
venía del norte pero algo mas tardíamente. Prueba de ello son las características
necrópolis de la élite encontradas en Sayala y Qustul cerca de la 2ª
catarata.
Durante
este periodo se produjo la unidad política desde el Delta hasta la primera
catarata. Se
ha postulado que la unificación no fue el resultado de una campaña militar
continuada entre los distintos protoestados, (posiblemente origen de los nomos),
sino que probablemente existieron, en una primera etapa, relaciones más o menos
pacíficas entre ellos que acabaron formando reunificaciones cada vez mayores
dando lugar a dos grandes reinos: el Alto y el Bajo Egipto.
El reino del norte tenía su capital en Buto, y la
representación de su soberanía era la Corona Roja, mientras que en el sur, en
el Alto Egipto, la capital estaba en Hierakómpolis y el rey llevaba la Corona
Blanca. Dos deidades tutelares eran las patronas de ambos reinos. La cobra,
Uadyet, protegía el Bajo Egipto, mientras que la diosa buitre, Nejbet, era la
patrona del Alto Egipto. Es tema de debate la cronología de los hechos que
durante el periodo de dos siglos se fraguó la unificación. Las fuentes
egipcias y los descubrimientos arqueológicos muestran claramente un triunfo del
sur sobre el norte, mientras que el análisis de las estructuras sociales
muestran una clara influencia del norte, es decir del vencido, sobre el sur. Es
posible que a finales del IV milenio a.C. Egipto estuviera dividido en dos
reinos. El del norte consiguió dominar al del sur en un momento no preciso.
Luego Egipto se escindió nuevamente y más tarde, el sur controló y conquistó
definitivamente al norte hacia el 3.100 a.C.
Durante este periodo aparecen las necrópolis de la élite, es
decir, zonas de enterramientos de
príncipes y reyes, situadas en dos únicos lugares: Hierakómpolis y Abidos. En
la segunda además existe una continuidad clara de enterramientos de jefes
locales desde los periodos del Nagada I, hasta los enterramientos de las
primeras dinastías, lo que indica que la unidad política del Valle del Nilo la
forjaron élites de esta zona del Alto Egipto.
Los textos narran los relatos orales, transmitidos entre los
sacerdotes y que se refieren a los primeros reyes de Egipto como los propios
dioses. Después reinaron los semi-dioses, hijos de los anteriores. Tras las
dinastías divinas y las semi-divinas, se contabilizaban por los sacerdotes una
serie de reyes no determinados, a los que seguían treinta reyes menfitas y
después de ellos, los diez reyes tinitas.
El
documento que recoge los anales reales más antiguos que conocemos, el
Papiro de Turín varía ligeramente esta descripción. Para los egipcios, el
conjunto de los semi-dioses, y los hombres que reinaron antes de la dinastía I
formaron el conjunto de los llamados ‘seguidores de Horus’. El único
documento preciso que se refiere al final del periodo legendario, la llamada ‘Piedra
de Palermo’, representa a una serie de personajes que llevan la Corona
Roja del Bajo Egipto de los que nos facilita los nombres Seka, Jaau, Tiu, Tchesh,
Neheb, Uadyined, Mehe. Las interpretaciones de los signos grabados en los
colosos de Coptos que representan al dios Min y en la Paleta de Tehenu han
conducido a pensar que durante este periodo existió una línea de 15
gobernantes (ver Dinastía 00).
Se
han reconocido en la llamada "Dinastía 0", que llevó a la unificación
perdurable de las Dos Tierras, los reinados de Ni-Hor, Hat-Hor, Iri-Hor, Iri-Ru
Escorpión y Ka.
Son los reyes
pretinitas pertenecientes al área de Hierakómpolis.
Los
aspectos de este periodo están marcados por el incremento y desarrollo de un
creciente urbanismo, a este periodo pertenecen
las primeras ciudades que pueden ser denominadas como tales. Conocemos las
de Tinis en Abidos, Nubet en Ombos, Nejeb
en el-Kab, Nejen en Hierakómpolis y otras, como Hermonthis, Edfu o Elefantina.
Aparece también una consolidación de las instituciones sociales, religiosas y
de la administración, y la evolución de la escritura como expresión de una
organización social y económica bien definida. Aparecen los marbetes hechos
por incisión o escritos con tinta en los etiquetados de recipientes conteniendo
ofrendas funerarias de los sepulcros reales, que indican su contenido
procedencia y periodo de manufacturación.
También
se corresponde con este periodo la aparición de los serej que mostraban
al halcón Horus sobre una estilización de la fachada de un palacio con el
nombre del rey en su interior, y que sustituían a la roseta como símbolo
divino y real.
En cuanto a los objetos, destacan al principio del periodo las
paletas para cosméticos, los mangos de cuchillos de marfil, como el de Guebel
el-Arak, los peines ricamente decorados y las cabezas de maza. Estos objetos
muestran simbologías con ensalzamiento del rey, y sobre la guerra y la caza,
que han aportado mucha información sobre aquel periodo. Ejemplos de las misma
entre otras son la Paletas de las ciudades, la de Narmer, la del campo de
batalla. Las cabezas de maza del rey Escorpión y de Narmer. También de esta época
son los restos de como mínimo tres estatuas del dios Min, que debieron medir
unos 4 metros de altura y que se localizaron en el templo de Coptos, y un
mandril atribuido al reinado de Narmer.
También son típicos
de este periodo los vasos de piedra y los cuencos a veces con asas y pitorros de
cobre, también los cuencos y platos de metal. La carpintería alcanzó altas
cotas y se fabricaba abundante mobiliario y hay constancia de estatuas de madera
de tamaño natural desde el reinado de Dyer. Las joyas eran de turquesa, oro y
lapislázuli. Se utilizaban láminas de oro para decorar objetos armas y paredes
interiores de tumbas. No han llegado estatuas de cobre pero se sabe de la
existencia de una estatua de Jasejemuy (Khasekhemuy en inglés) de ese metal.
Nos han llegado figuras humanas talladas en caliza y granito pertenecientes a la
Dinastía II, y que representan
funcionarios sentados o arrodillados. También dos estatuillas una de esquisto y
otra de caliza de Jasejem (Khasekhem).
La Dinastía I (3203-2980 a.C.) se inicia con Menes que se ha
identificado con Narmer aunque hay autores que lo identifican con Aha. Menes es
más un prototipo ideal de faraón que una figura con consistencia histórica.
NARMER es el primer rey considerado tinita. Reino hacia el 3200 a.C. y fue el
primer unificador de las dos tierras del que hay constancia documental. Se
desposó con Neithotep princesa del Delta. Aparte de la paleta y la maza ya
mencionadas, hay constancia de su serej en un cilindro de marfil que muestra una
victoria sobre gentes de Libia, en varias vasijas, en las rocas de Uadi el Gash
en una estatua de un mandril y en los colosos de Coptos. Fue posiblemente
iniciador de la creación de Menfis. Su tumba o cenotafio puede ser la B17/18 de
Abidos, cerca de la de Aha. Su tumba o cenotafio pudo estar no obstante también
en Sakkara (Saqqara), o posiblemente en la necrópolis de Tarjan.
Posiblemente le sucedió TETI de reinado muy breve, según se
menciona en la Lista Real de Abidos y en el Papiro de Turín. Aunque
posiblemente actuaba como regente NEITHOTEP esposa de Narmer.
AHA
posiblemente
hijo de Narmer y Neithotep fue el artífice de la cohesión interna del estado
mediante la restauración de los cultos locales y la integración como una parte
más del estado. Finalizó la construcción de la ciudad de Tiku-Ptah ("La
Casa de Ptah"), que sería conocida como la ciudad del Muro Blanco, Aneb-Hechet,
o Menfe, Men-Nefer, Menfis en griego. Se le atribuyen campañas victoriosas en
Nubia y Libia. Enterrado en Abidos, se le atribuye también un cenotafio en
Saqqara.
Posible
cabeza del rey Narmer - Museo Petrie UC 15989 -
Le
sucedió su hijo DYER que se casó con Meryt-Neith. Le sucedió su hijo UADYI o
DYET del que nos ha llegado la conocida Estela del Rey Serpiente encontrada en
su tumba de Abidos. Le sucede el Rey DEN y a este su hijo ADYIB. Tras un golpe
de estado le sucede SEMERJET, y a éste otro usurpador, QAA. Ambos fueron
enterrados en Abidos, y con ellos finaliza la Dinastía I.
La
Dinastía II Se inicia con HOTEPSEJEMUY “Los dos poderosos (Horus y Set) están
en paz” (2.980-2.720). Los nuevos monarcas dejan de enterrarse en Abidos,
trasladando su tumba a Saqqara, lo que ha hecho suponer que la capital se
estableció en Menfis. Adquiere un papel relevante el dios solar Ra. Su sucesor
fue NEBRA y el siguiente NINETER que reorganizó el país con censos bianuales.
Existe una estatuilla de alabastro donde aparece con la corona blanca. Su
sucesor UNEG posiblemente reinó coetaneamente con SENEDY en una repartición
temporal de las dos tierras. Ambos fueron enterrados en Saqqara. Sin embargo, a
partir del sexto faraón, PERIBSEN, se recupera la costumbre de enterrarse en
Abidos, donde se han encontrado dos estelas y un serej coronado por el dios Set.
Subió al trono con el nombre de Sejemib, "De corazón poderoso", pero
al parecer durante su reinado la agitación interna alcanzó un punto crítico
entre las gentes del norte y del sur. El conflicto fue de tipo político-religioso,
legitimado por la lucha entre Set y Horus Al parecer, Peribsen reunificó las
Dos Tierras conquistando el Delta e imponiendo el culto del dios Set. De los
escasos datos se puede colegir que las relaciones entre los dos antiguos reinos
se deterioran hasta el punto de romper la unidad, que sería recuperada por su
sucesor JASEJEM (el Poderoso Horus está coronado) que desplazó a Peribsen por
las armas. Este rey no aparece en las listas reales ni la lista de Manetón,
pero su actividad guerrera contra Nubios, Libios y Peribsen aparecen en
fragmentos de estela, zócalos de sus estatuas y vasos de piedra en Hierakómpolis
y Saqqara. Su tumba no ha aparecido, y se cree que en realidad sería la misma
persona que el siguiente faraón JASEJEMUY “Los dos poderosos están
coronados”, que adoptó este nombre tras la victoria sobre Peribsen,
coincidiendo con su nombre nebty, Hetepnebuiimiuief (los Dos Poderosos se han
reconciliado en él). En las bases de dos estatuas de Jasejemuy, se representan
los cuerpos contorsionados de los atacantes del norte, cuyo número de bajas fue
de 47.209 como se menciona en ella. El periodo de paz que sigue,
le permite emprender las tareas constructivas que hacen de su reinado un
momento decisivo en la conformación de la ideología faraónica. A su muerte
parece que no se produce alteración sucesoria, murió alrededor del 2.686 a.C.
Su tumba se halla en Abidos, es trapezoidal, tiene 70 metros de longitud y su
anchura varía entre 10 y 17 metros. Fue saqueada por ladrones, aunque se ha
encontrado su cetro real de oro y sardónice y varios pequeños recipientes de
piedra con tapas adornadas con láminas de oro. El reinado de Jasejemuy abre
paso a la tercera dinastía. El rey se casó con una princesa del norte para
consolidar la relaciones entre norte y sur. Su nombre, Hepenmaat, y su título,
"Madre engendradora de Reyes", van asociados a los dos primeros reyes
de la nueva dinastía: Sanajt (Nebka)
y Dyeser (Zoser).
La época tinita, con la aparición del estado unificado,
supone una ruptura con los procesos productivos y de organización política
precedentes. La capital política se desplaza hacia el norte y se establece en Ineb-hed
"La Muralla Blanca" situada
más en el centro del nuevo Egipto unificado.
Según Herodoto fundada por Menes que llevó a cabo la construcción de diques
para protegerla de las crecidas del Nilo, y continuada y embellecida por Aha.
Inicialmente fue una residencia fortificada. En el Imperio Medio aparece la
denominación Anj-tauy "La vida de las Dos Tierras" haciendo
referencia a su localización (la de la ciudad civil donde se situaba el Palacio
Real, no la de la necrópolis) estratégica entre el Alto y Bajo Egipto, y en el
Imperio Nuevo adoptó nombre de la Pirámide de Pepi II Men-nefer (Menfis,
haciendo referencia a toda la zona, incluyendo necrópolis).
El
poder se centraliza y se convierte en un elemento de recaudación y redistribución
de bienes, de manera que el faraón es el responsable de la producción y del
bienestar de los súbditos. El rey toma la propiedad de las Dos Tierras durante
la coronación, de manos de los dioses, y las administra y mantiene unidas,
siguiendo las normas que mantienen el equilibrio de todas las fuerzas del
universo. El faraón adoptaba pues el estatus de Horus reencarnado (excepto
Peribsen que adoptó a Set).
La
estructura del poder real se va volviendo más compleja y el rey se vale de cada
vez más numerosos consejeros, la mayoría familiares suyos, que atiendan a la
creciente complejidad de la estructura del estado. De esa época son los títulos
de “controlador de Ambos Tronos”, “Aquél que está situado a la
cabecera del rey”, o “El Jefe de los secretos de los Decretos”.
El primer canciller conocido del Bajo Egipto es Hemaka bajo el reinado de Den,
mientras que el primer canciller del Alto Egipto aparece bajo Peribsen. Estos
funcionarios son los encargados del catastro, censo y organización de la
irrigación, bases del sistema de recaudación de impuestos.
El
monarca debía satisfacer los fundamentos ideológicos de su poder, mediante la
reiteración de los festivales sed, mediante los cuales se renueva su coronación.
Se sabe que se enterraba una estatua, personificación del faraón envejecido, y
posteriormente se entronizaba al monarca rejuvenecido, que había adquirido su
vitalidad en una carrera ritual ante los dioses y las representaciones simbólicas
de los nomos. Algunos autores consideran que esta fiesta es el residuo de un
antiguo ritual en el que se sacrificaba al rey incapaz de revalidar su poder
superando las pruebas de renovación o en el que podía morir a causa de la
peligrosidad de las pruebas a superar (entre ellas, posiblemente la caza de
hipopótamos). La estabilidad del reino podía peligrar si la fortaleza física
del faraón flaqueaba.
En el cementerio real de Abidos, las tumbas reales
están personalizadas a través de las estelas con el nombre de Horus del
monarca enterrado, y adoptan una estructura que parece una réplica de la
arquitectura palaciega en este periodo aumentando progresivamente su amplitud y
el número de compartimentos funerarios. También existía la costumbre durante
la I Dinastía, de enterrar a la servidumbre
en tumbas subsidiarias alrededor de la tumba real. El análisis de los
restos muestran que fueron sacrificados durante para el entierro real. Las
estructuras funerarias estaban probablemente cubiertas de arena y de un muro de
ladrillo. Habían estelas identificativas del rey con descripción de los
sirvientes. En la tumba del rey Den, a mediados de la I Dinastía, a esta
estructura se suma una escalera tras una trampilla de piedra orientada hacia el
sudoeste y que daba acceso a una capilla anexa a la cámara sepulcral, y por la
que supuestamente se podía acceder para hablar con el rey, o para salir éste
al exterior. Las tumbas reales fueron alcanzando mayor complejidad y poseen,
además, un segundo elemento, un edificio separado, justo en el límite de las
tierras de cultivo. Ese edificio se va desarrollando y el que mejor conocemos
corresponde al del último monarca de la II dinastía, Jasejemuy. Se trata del Shunet
es-Sebib, un recinto de más de ciento veinte metros de longitud por sesenta
y cinco de anchura, cerrado por una doble muralla. El edificio no tiene las
paredes lisas, sino formando nichos al exterior, que se conoce como fachada
palacial que aparece representada en las estelas. En el interior existe espacio
para reproducir el festival sed.
En
la necrópolis de Saqqara, aparecen dispuestas mastabas, algunas de grandes
proporciones, y con nichos subsidiarios formando fachadas que descansan sobre zócalos,
donde aparecen con frecuencia cabezas de bueyes. Desde el descubrimiento de las
grandes mastabas con nichos de la necrópolis de Saqqara, se postula si fueron
éstas las verdaderas tumbas reales y las de Abidos simples cenotafios. La
disposición escalonada del exterior de las grandes mastabas son premonitorias
de la pirámide escalonada.
En
cuanto a la relaciones exteriores se sabe poco de este periodo. Las más
documentadas se refieren a Nubia, y la consolidación de la 1ª catarata como
frontera sur. Existe una escena esculpida que proclama la victoria sobre unas
aldeas nubias situadas en la zona de Uadi Halfa. El asentamiento más antiguo
egipcio situado en la Baja Nubia se halla en Buhen cerca de la 2ª catarata y
probablemente se estableció a principios de la Dinastía II.
Nubiola
Calonge, Pere
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