El
yacimiento de El Fayum, corresponde al más antiguo neolítico egipcio del que
tenemos constancia. Corresponde a la cultura Fayum A y se localiza al norte de
la depresión que ocupaba un antiguo lago. Se hallaron restos de graneros
comunales en el que se hallaron indicios de haber contenido trigo y cebada. Las
viviendas eran cabañas de esteras o de cañas. Eran pues agricultores y
posiblemente habían domesticado ovejas, cabras y bóvidos. Se ha postulado que
sus asentamientos fueran de carácter estacional.
El
yacimiento de Merimda Beni-Salamé, en el Bajo Egipto, situado en el vértice
sur del borde occidental del Delta del Nilo, sería el primer ejemplo de
asentamiento urbano permanente en Egipto de que tengamos noticia. Ha
dado nombre a la llamada cultura "merimdense". Se
han constatado en el 5 estratos arqueológicos, que se corresponden sucesivos
periodos que abarcan unos 600 años entre el sexto al quinto milenios a. de C.
En el primer estrato, la cerámica hallada muestra signos de influencias con
Palestina y oriente medio, con diseño característico en “espina de
pescado”. Se
han encontrado tazas y vasijas rojas o negras, a veces con pies humanos en su
base, y figuras de ganado en terracota.
El segundo estrato muestra una inequívoca influencia del sur del país (arpones
de hueso y hachas de piedra de inequívoca procedencia Nubia).
La cerámica de los niveles superiores es cada vez mas tosca, de barro mezclado
con paja con bordes cada vez mas elevados, pero sin asas ni decoraciones. Estas
poblaciones, estaban constituidas inicialmente por núcleos de viviendas
fabricadas con palos diseminadas en áreas extensas. Las viviendas eran ovales
redondeadas parcialmente excavadas con pavimento de barro y cubiertas de esteras
de juncos. En los estratos mas altos, vemos un aumento en la densidad de
edificación de viviendas, algunas excavadas en el suelo y con restos de adobe,
algunas tan apiñadas que se creyó en un momento que formaban auténticas
calles. Las casas eran de reducido tamaño algunas para albergar a un solo
individuo, tenían un hogar donde se cocinaba, y casi en cada casa había una
muela de piedra para moler el grano. Cada casa tenía un granero de mimbre o de
arcilla semienterrado en el suelo. Se estima que su población pudo llegar a los
16000 habitantes. Se evidencia un cierto grado de comercio tipo trueque con los
pueblos del delta central mediante la fabricación de instrumentos de piedra de
silex muy abundante en la zona. Sus muertos eran sepultados a poca profundidad,
sobre el costado y en posición fetal, fuera de los límites del poblado, aunque
el posterior crecimiento de la población hacía que los asentamientos se
superpusieran a las zonas de enterramientos quedando estos dentro del poblado.
Los muertos eran enterrados prácticamente sin objetos mortuorios que evidencien
diferencias sociales.
Superponiéndose
al final del asentamiento de Merimda, hubo un grupo de asentamientos que se
denominan El Omarí, al sudeste de El Cairo. Este asentamiento localizado era
superponible culturalmente al merimdense tardío, con vasijas rojas o negras sin
decoración, pero de cuellos mas altos. Por los hallazgos, debía existir una
intensa industria del silex con el que probablemente comerciaban. Sus muertos
eran enterrados sobre el costado izquierdo mirando al sur, como en el Alto
Egipto.
También
en el Bajo Egipto, pero de una época arqueológica más reciente, se han
encontrado en la localidad de Maadi, 10 Km al noroeste de El Omari, y en el
antiguo asentamiento de Buto, yacimientos que datan de inicios del cuarto
milenio y que finalizaron en el periodo protodinástico con el advenimiento de
la cultura del Nagada III. Esta cultura se ha venido a llamar Maadi-Buto.
En estos asentamientos, las cabañas eran de planta ovalada con fuertes postes
que sostenían muros de cañas y barro. También se han encontrado cuevas
excavadas en el suelo, a las que se accedía por escalones, con indicios de
haber sido habitadas y con vigas en el techo. Se han hallado grandes graneros
comunales similares a los de El Fayum. Los materiales hallados en Maadi,
muestran una cantidad de utensilios de cobre que progresivamente van
arrinconando a los útiles de piedra, por lo que la podemos ya englobar en el
Calcolítico (o en el Eneolítico). El cobre, que también era usado como tinte
y para uso cosmético, se extraía de la península de Sinaí. Probablemente era
importado y manufacturado en Maadi. Ello indica que Maadi fue un importante
punto de encuentro y de relaciones comerciales entre el Bajo Egipto y Oriente Próximo.
También hay indicios de comercio con el Alto Egipto, como lo indica la
presencia paletas de esquisto y de cerámica roja característica de las
culturas del sur. Los enterramientos son similares a los de Merimda, con escaso
ajuar excepto una estera que cubre a los cuerpos y en ocasiones algunas conchas
de moluscos. La mayoría de los asentamientos del Bajo Egipto han desaparecido
bajo los sedimentos del Nilo, por lo que existe un gran desconocimiento de este
periodo. En toda la zona central del delta no se han encontrado yacimientos de
este periodo, y es una zona que posteriormente fue muy habitada, lo que hace
suponer que también lo estaba en la antigüedad. Es posible suponer que
existiera una civilización floreciente similar o muy influenciada por las
avanzadas culturas de oriente próximo con las que establecería un rico
comercio, y que haría de enlace entre esas civilizaciones y los pobladores de
Alto Egipto. Parece demostrado que los habitantes del Bajo Egipto eran de una
raza diferente a los del Alto Egipto, tenían una mayor talla y mayor capacidad
craneal, estaban mas emparentado con la población indoeuropea y mediterránea
que colonizó oriente medio que con lo población de origen africano. Sin
embargo toda la tradición política y cultural que dio lugar a la cultura
Egipcia, la encontramos en el sur no en el norte.
Alto
Egipto
Paralelamente
en el Alto Egipto, durante el periodo que correspondería al 4400 a. de C. , es
decir a finales de la cultura merimdense, encontramos focos de
asentamientos en
la orilla la derecha del Nilo, en
las inmediaciones de Assiut. Allí se
encuentra el cementerio arcaico de El Badari cuyo nombre tomó la cultura neolítica
del Alto Egipto, que se ha venido a
llamar Badariense. El
área contiene también los yacimientos de, Deir
Tasa y El-Mostagedda,
en cuya área se han encontrado hallazgos y utensilios que correspondería a un
tipo de Badariense antiguo que se ha venido a llamar Tasiense. Otros
yacimientos son El-Matmar, El-Hammamiya, y El-Qaw. Aunque parece que la cultura Badariense
se localizó solo en esta área, se han encontrado restos también en Armant y
en Hierakómpolis. A pesar de haber realizado numerosas excavaciones, no se han
encontrado vestigios de asentamientos permanentes. Muy probablemente los
habitantes de ese lugar vivieron de forma semisedentaria. Las tumbas Badarienses
tenían una forma oval o rectangular poco profunda y de dimensiones suficiente
grandes para uno o mas cuerpos, muy flexionados
yaciendo sobre su costado izquierdo mirando al sur. Se cubrían con
esteras o pieles y con alimentos y ajuar funerario que constaba de joyas,
collares y amuletos hechos de cerámica, paletas de piedra para triturar
malaquita, que usaban como adorno protector alrededor de los ojos, vasos y
cucharas de marfil o de piedra. Se han encontrado restos de trigo, cebada y pan.
Usaban prendas de vestir de lino y de pieles. Los instrumentos de piedra son
toscos, pero la cerámica es muy sofisticada, y que llega a ser muy delgada y de
una gran calidad. Se hacía al fuego y era roja, marrón, o negra. La mas
característica era de color rojo con el borde y el interior negros. Hay
indicios de comercio por la presencia de algún utensilio de cobre, aunque hay
autores que piensan que por el uso que se hacía de la malaquita como cosmético,
es posible que conocieran como fundirlo y pudiera elaborar utensilios con
mineral autóctono.
Egipto
en esa época estaba dividida en dos zonas diferenciadas. En el delta, una zona
fértil y rica que permitió el asentamiento humano, con una incipiente cultura
que pronto se irá desarrollando, gracias a que la zona estará en contacto con
otras culturas, siendo la encrucijada entre Asia y África.
Mientras
tanto el sur, árido, a lo largo de dos cadenas montañosas, protegía a una
población de cazadores que se había vuelto semisedentaria y que, en espíritu
y costumbres, estaban emparentados con cazadores de épocas arcaicas.
Así
estaba la situación cuando aparece la llamada Cultura Nagada, que se considera
la más importante de las culturas prehistóricas en el sur, y es la que
finalmente colonizará todo Egipto. Con ella se da inicio al llamado Periodo
Predinástico. Se subdivide en tres fases: Nagada I o Armatiense, por la
localidad de El Amra, se extiende de forma paralela a la de Badari y de forma
progresiva la sustituye. Su foco geográfico situado en el meandro que el río
hace a la altura de la actual ciudad de Qena, en principio se fue expandiendo
hacia el norte hasta la actual Assiut, y hacia el sur, hasta más allá de la
primera catarata. Son característicos útiles cerámicos rojos pulidos, con o
sin boca negra, con decoración lineal de color crema, esculturas femeninas,
paletas de pizarra de formas romboidales, vasijas con representaciones de
barcos, y las figuras de hombres barbados usados como amuletos, bastones de
marfil de significado mágico, y cabezas de maza.
Nagada
II
o Gerzense, por la localidad de Gerza
al sur del El Cairo, representa un
salto cultural en la evolución cultural del antiguo Egipto, en ella la cerámica
de bordes negros va desapareciendo, y empieza a ser cada vez mas abundante la
cerámica hecha de paja y barro al igual que en periodos culturales anteriores,
pero con un acabado de alta calidad llamado “cerámica de marga”. Con esta técnica
aparecen vasijas pintadas de rojo oscuro o marrón sobre crema y con frecuencia
con asas perforadas. Se observa un intento de imitar los cuencos de piedra. Es
frecuente la decoración con aves y animales, y los barcos de remos. Aparecen
también paletas con formas de animales usadas para mezclar cosméticos, y otras
en forma de escudo con aves representadas. Cuchillos ceremoniales de sílex y
ornamentos corporales de todo tipo son cada vez mas abundantes y sofisticados lo
que implica una especialización artesanal, base de un intenso comercio tanto
hacia el norte y Palestina como hacia el sur y Nubia como lo evidencian los
yacimientos encontrados.
El cobre, la plata y el oro se emplean ya con frecuencia,
por lo que ya no se puede hablar de neolítico sino de Calcolítico, y la
influencia de los países de oriente próximo es tan evidente que Petrie la creyó
producto de una auténtica invasión extranjera, hecho que se ha descartado con
posterioridad. Se evidencia una explotación agrícola cada vez mas rica en las
zonas inundables del Nilo, aunque aún no exista una sistemática creación de
diques y acequias de regadío, se sentaron las bases de su creación y los
Egipcios aprendieron durante este periodo a controlar al Nilo, base de su
sustento.
Coincidiendo
con este periodo aparecen las incipientes ciudades, de una de ellas, Hierakómpolis
, donde se daba culto a Horus, esta considerada como el lugar de origen de la
cultura faraónica y las raíces de la monarquía egipcia. En ese lugar se ha
constatado la existencia de una élite social que se evidencia en la
suntuosidad, cantidad de ofrendas y tamaño de sus tumbas y en la aparición de
pequeños cementerios elitistas. Últimamente se han descubierto en esa zona
restos de palacios y templos, que son claros antecesores de los que encontramos
en el periodo protodinástico y que recuerdan a las primeras instalaciones dinásticas
para la celebración de los festivales Sed.
Por
el estudio de sus necrópolis, se puede afirmar que ya la cultura Nagada II
alcanzó el bajo Egipto poniendo fin a la cultura Maadi-Buto, sentando las bases
de una unificación que primero fue cultural y luego política.