Obeliscos,
Grandes Agujas del Faraón
Por
Betty Rudas
nebty@nebty.net
Obelisco
de Hatshepsut, Gran Templo de Amón, Karnak
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El
obelisco fue la forma simbólica arquitectónica más antigua
de Egipto, consiste de una columna alargada cuadrangular
montada sobre una pequeña base ligeramente mayor que la dimensión
de la columna, cuyos lados se van reduciendo hasta llegar al
tope, terminando en una punta piramidal llamada piramidión.
Generalmente los lados eran tallados con inscripciones jeroglíficas
que indicaban el nombre y los títulos del rey que había
ordenado la fabricación del obelisco, la divinidad a la que había
sido dedicado y la narración del acontecimiento político o
histórico en cuya conmemoración había sido erigido. El
piramidión estaba recubierto de oro, bronce o de una aleación
de metales,
de manera que resplandeciera cuando la luz solar incidía sobre
él, o también, podía
llevar inscripciones en la cual el faraón rinde culto al dios
Ra, Amón-Ra, o cualquier forma de éste ofreciéndole incienso
o vino.
Desde
un punto de vista escultórico, los obeliscos egipcios eran
considerados como una forma de menhir y se construían
principalmente de granito, basalto gris o cuarcita. Sus
dimensiones eran variables, los más pequeños de menos de 1
metro llegando algunos a alcanzar más de 28 metros de altura y
más de 350 toneladas de peso. Aunque no es una regla, la altura
corresponde a normalmente 9-10 veces el diámetro de la base de
la columna .
La
palabra común para el monumento que los antiguos egipcios
llamaban “tejen” es obelisco, que es derivada del
griego “ơβєλίσкоѕ
= obeliskos”, que significa asador, daga, lanza, punta de
espada, etc. Los obeliscos, son también conocidos como
“grandes agujas del faraón”, a través de la traducción de
la palabra árabe “misallatî Fir̀ûn”, denominación
hecha por el físico árabe Abd al-Latîf en el siglo XII.
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Reconstrucción
del Templo del Sol de Niuserre, Abu Gurob. Al centro del
mismo se levanta un obelisco como símbolo solar
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Origen
Los
obeliscos más antiguos se remontan a la Dinastía V
(2.494-2.345 AC), época en la que al faraón se le llamaba
Hijo del dios Sol, título que se añadió a partir de ese
momento a la titulatura del faraón. En los comienzos de esta
dinastía se había afianzado la leyenda de que el nacimiento
del faraón era consecuencia de la unión del dios sol y la
reina que le había dado a luz. Al final de la dinastía surge
el culto rival de Osiris, un dios que había sufrido
muerte y resurrección. En este sentido, de acuerdo a la religión
de Osiris, el faraón se asimilaba a Osiris al morir, y el
heredero real, el Horus encarnado , era identificado con Horus,
hijo de Osiris.
La
influencia del culto al Sol dejó su marca en la arquitectura.
El dios Sol era reverenciado en templos en los cuales se
encontraba su emblema en un patio a cielo abierto, la piedra Ben-Ben,
una piedra cónica levantada sobre un pilar formando un
obelisco, estructura que a su vez descansaba sobre una base de
forma de pirámide truncada. El conjunto, de líneas no tan
esbeltas como las de los monumentos posteriores constituye el
origen de las agujas de piedra. Se cree
que el primero de este tipo de templo fue el templo de Ra en
Heliópolis. Aunque este templo ha desaparecido, seis faraones
de la dinastía V , construyeron copias de él como anexos
en sus monumentos funerarios. Dos de estos monumentos han sido
excavados, aunque sólo el templo del sol de Niuserre, en Abu
Gurab, cerca de Abu Sir, da suficientes datos para tener una
verdadera idea de su plano y detalles.
La
construcción de obeliscos proliferó a lo largo de Egipto,
especialmente durante el Imperio Nuevo en el cual estas
estructuras eran erigidas frecuentemente en los templos
delante del primer pilono, aunque también podían encontrarse
en forma individual en el interior del tempo a lo largo de su
eje central.
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Significado
La
columna del obelisco puede ser considerada como ofrenda en honor
al dios sol, y el piramidión como el símbolo de los rayos de
sol esparciéndose cuando descienden sobre la tierra. Además de
su simbolismo solar, algunas veces fueron dedicados a
manifestaciones del amanecer y del atardecer del dios sol Ra,
aunque también pudieron estar relacionados en cierta extensión
como una forma de la dos montañas del horizonte sobre las
cuales los pilonos de los templos fueron modelados. Como Ra era
eterno, el obelisco simbolizaba estabilidad y permanencia, y
todos los poderes de renacimiento, virilidad, fertilidad y
fuerza creativa que dicho dios poseía.
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Obelisco
inacabado, cantera de granito, Asuán. En la sección centro
izquierda, se destaca la grieta ppor el cual la construcción
del obelisco fue abandonada
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Extracción,
transporte y levantamiento
Hoy
en día no deja de causarnos desconcierto la técnica
utilizada por los antiguos egipcios para la preparación y
levantamiento
de los obeliscos. Hasta la fecha no se han encontrado documentos
que expliquen el proceso; solamente se encuentran disponibles
algunos grabados en los que se detallan partes del mismo:
El
famoso obelisco inacabado que encontramos en las canteras al
sureste de Asuán, ha servido como fuente de información de las
técnicas utilizadas por los antiguos egipcios para la extracción
de grandes bloques de piedra. Aunque su datación es
desconocida, se ha asumido que corresponde al período
thutmosida y que fue encargado por la faraona Hatshepsut. De
41,75 metros de largo y con peso de 1.168 ton, hubiera sido el más
grande de todos de los obeliscos si hubiera sido completado. Su
extracción fue descontinuada cuando la aparición de grietas
convencieron a los ingenieros de que la calidad del granito no
era la adecuada y que el mismo no hubiera podido ser extraído
sin quebrarse.
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Maqueta
de trabajadores nivelando un bloque de piedra, Museo Egipcio de
El Cairo. Foto cortesía de Juan de la Torre Suárez.
Diagrama
que muestra un corte transversal del bloque de granito en la
cantera previo a su extracción de la roca madre
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Extracción
Una
vez que se había seleccionado la pieza de granito, su corte se
realizaba trabajando la piedra dura con bolas de dolorita
de 12 a 55 cm de diámetro con un peso promedio de 6 kilos. Su
golpeteo sobre la dura superficie de granito la desgastaba poco
a poco. De este modo iban formando alrededor del bloque unos
pasillos que tenían más o menos la anchura de un hombre. Estos
pasillos eran divididos en secciones de trabajo de 60 cm de
largo, el espacio mínimo para trabajo de un hombre en cuclillas
o arrodillado. La última cara en ser desprendida era la
inferior, para esto, utilizando el mismo procedimiento, se
excavaba en la roca una especie de túnel a ambos lados del
bloque, a excepción de la parte central, cuyo desprendimiento
era realizado con la ayuda de palancas desde la parte superior
de la zanja. Debido a que en ciertos casos
hubiera sido muy difícil levantar el bloque de la zanja, una
apertura al frente de la misma era abierta de manera que el
bloque pudiera ser empujado más fácilmente o rodado sobre uno
de sus lados a la rampa de transporte. En la excavación del
obelisco inacabado, en cada uno de sus lados, cerca de 50
trabajadores podían trabajar simultáneamente. Estos hombres no
necesitaban un entrenamiento especial, lo más probable es que
fueran prisioneros de guerra o personas condenadas por castigos
severos.
Por
años los egiptólogos han postulado
que cuñas de
madera de sicómoro fueron
utilizadas en
la extracción de piedras de granito. La madera de este árbol
con gran capacidad para absorber agua, era insertada en pequeñas
hendiduras realizadas en la superficie del granito, su expansión
después de ser humedecidas y expuestas al sol agrietaba el
granito facilitando su extracción. Este procedimiento ha tenido
sus detractores, sin embargo, ha podido ser demostrado mediante
experimentación moderna.
Una
vez que el bloque de piedra era extraído, se continuaba en la
propia cantera con el procedimiento de darle la forma
correspondiente mediante la utilización del cincel y la maza de
madera para el caso de cuarcita o por golpeteo con rocas de dolorita
en el caso de granito. El alisamiento de la superficie para su
posterior decoración, era realizado con trozos de dolerita de
diferentes tamaños y la utilización de arena o finos de rocas
como abrasivo para facilitar el pulimento.
Estos
procedimientos, aunque efectivos eran bastantes rudimentarios,
podían originar diferencias o imperfecciones tanto en la
dimensión como en la forma y en la sección transversal a lo
largo de la estructura, la
cual muchas veces
no terminaba siendo
completamente cuadrangular.
Las
imperfecciones en algunos casos llegan a ser sorprendentes. Por
ejemplo, el obelisco de la Plaza La Concordia en París, es 2,4
metros más corto que su pareja del Templo de
Luxor. Para disimular esta diferencia, originalmente se modificó
en parte la altura del pedestal, y el mismo fue colocado de
forma adelantada con respecto a la distancia del otro obelisco,
luciendo alturas similares cuando era divisado desde cierta
distancia.
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Transporte
de una estatua colosal desde la cantera de Hatnub. Tumba de
Dehutihotep en el-Bersha. Dinastía XII
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Transporte
El
traslado del obelisco de la cantera a su emplazamiento final,
era una ardua labor, la estructura era colocada sobre
trineos de madera y arrastrados con el uso de cuerdas sobre
pistas de desplazamiento y rampas especiales. El relieve de la
tumba de Djehutihotep en el-Bersha (Dinastía XII) muestra como
una estatua colosal de dicho nomarca es transportada por 172
hombres desde la cantera en Hatnub mediante trineos, mientras
que un hombre que está de pie en la base de la estatua, va
echando agua sobre la pista de deslizamiento conteniendo lodo
del Nilo de manera de reducir la fricción entre las guías del
trineo y la base. Considerando que el peso del coloso de
Djehutihotep es de 58 toneladas, se requería un tercio de
tonelada por hombre para su traslado, relación que concuerda
con cálculos realizados en los que se ha estimado la relación
de 0,5 a 1 tonelada por hombre para mover dichos
monumentos megalíticos. Al llegar al Nilo, el obelisco era
traslado a una embarcación especial para su transporte a su
localización definitiva, en ésta era donde finalmente se
aplicaba el pulimento y el tallado
en relieve.
Plinio reporta cómo un obelisco para Ptolomeo II Filadelfo,
fue transportado desde la ubicación del barco en el río Nilo
donde yacía el obelisco hasta
Alejandría con la utilización de un canal dragado. El barco
era inicialmente cargado con bloques de piedra con peso similar
al del monolito, los cuales eran removidos paulatinamente en la
medida que la carga iba siendo introducida en el barco.
Una
inscripción en la base del obelisco de Hatshepsut indica que la
extracción y el traslado de la pareja de obeliscos de 30 m en
frente del V pilono de Karnak, tomó solamente 7 meses., lo cual
luce relativamente poco dada la extensión del trabajo
requerido.
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Diagrama
que muestra una de las posibles técnicas para la erección de
un obelisco
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Levantamiento
El
izamiento de obeliscos constituía un gran reto Tanto
en el período
faraónico, como posteriormente desde la época romana hasta el
siglo XIX en el cual, fueron trasladados y erigidos
obeliscos en Roma, Estambul, París, Londres y Nueva York.
Actualmente se desconoce la técnica empleada por los antiguos
egipcios, salvo algunas pocas pistas como lo son,
la utilización de muescas o guías en la base del zócalo del
obelisco, las cuales
parecen constituir un elemento clave evidenciadas en la
existencia de éstas en las bases de obeliscos yacentes en Tanis
(región en el delta del Nilo), así como también el
empleo de cuerdas para halar el monolito, según se indica en la
representación simbólica de la erección de dos obeliscos por
Ptolomeo XII Neos Dionisio.
Las
descripciones escritas en papiros, relieves o narradas por
antiguos historiadores son escasas, y las pocas existentes o
bien contienen pocos detalles o han sido cuestionadas por su
aplicabilidad. El historiador Plinio indica que el rey
“Rhamsesis” (probablemente Ramsés II) levantó un obelisco
de 120 cúbitos (medida de
longitud equivalente a 52,5 centímetros)
de alto mediante el uso de “máquinas” (machinae), pero no
da detalles de cómo fueron utilizadas. El hecho de que el mismo
texto mencione que “Rhamsesis” tenía a un hijo atado
al tope del obelisco, sugiere que la descripción de Plino no
era más que una simple leyenda. Sin embargo no es
descartable que tales “máquinas” se refirieran
a poleas, las cuales modificaban el punto de aplicación de la
fuerza. Tal vez, éstas en
combinación con el uso de cierto tipo de andamiaje y cuerdas,
hubieran facilitado la erección de obeliscos.
De
acuerdo a la teoría clásica del izamiento, los obeliscos eran
arrastrados cerca del punto de erección haciéndolos descender
a través de una rampa deslizándolos paulatinamente hasta que
coincidiera el borde inferior del obelisco con la muesca de la
base del pedestal, luego, con el uso de cuerdas se continuaba
halándolo desde andamiajes o plataformas hasta su completo
descenso sobre la base. La gran duda surge en cómo se les hacía
descender por la rampa. Algunos egiptólogos han propuesto el
uso de grandes caja llenas de arena, la cual era removida
paulatinamente desde el fondo permitiendo un lento descenso, sin
embargo, esta teoría es objetada debido a que por una parte la
arena escondería la muesca del pedestal para un perfecto
acoplamiento y por otra parte, aunque podría funcionar
para obeliscos a ser emplazados en grandes áreas abiertas,
hubiera sido muy difícil su erección por ejemplo en templos
como el de Karnak, donde el obelisco de Hatshepsut, con más de
28 metros de alto y un peso de 323 toneladas, solamente disponía
de un espacio de trabajo de 10 a 12 metros.
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Redescubriendo
las antiguas técnicas
En
1996, un grupo
formado por egiptólogos,
mamposteros e ingenieros,
se desplazaron a Asuán
para comprobar diferentes teorías de cómo los
antiguos egipcios construyeron y levantaron obeliscos
utilizando las herramientas
disponibles en la antigüedad.
Para esto utilizaron desde
obeliscos pequeños tipo maquetas hasta uno de 12 metros de
longitud con un peso de 40 toneladas. El
proceso fue documentado
en un programa de televisión para la
BBC TV. El
mismo incluye:
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El
proceso de extracción del bloque de granito de la roca
madre mediante el uso de bloques de dolorita
-
El
traslado del monolito en un trineo de madera sobre troncos
de madera
-
La
técnica de alisado y pulido del granito mediante fricción
con piedras de diferentes y tamaños utilizando arena y agua
como abrasivos
-
El
proceso de tallado de relieves en las caras del obelisco
utilizando piedras de diferentes formas y dimensiones
-
El
proceso de erección del obelisco mediante halado con
cuerdas (obelisco de 2 metros de longitud), utilización de
un lecho de arena (obelisco de 3 metros de longitud) y
palancas de madera combinada con un marco de madera en forma
de A (obelisco de 12 metros de longitud)
El
video revela la ardua labor requerida bajo las
condiciones climáticas inclementes del suelo egipcio, y
muestra las diferentes etapas del proceso desde
el momento de selección de la roca hasta
el izamiento del obelisco. Sin embargo, deja
en el aire una serie de preguntas tales como: La necesidad de técnicas
y herramientas necesarias para la extracción, traslado e
izamiento de obeliscos de cientos de toneladas de peso, la
técnica utilizada para la carga y descarga del barco que
lo transportaba por el Nilo, las dimensiones de estos barcos, el
tiempo requerido para todo el proceso y la técnica utilizada
para erigir con alta precisión una pareja de obeliscos en los
templos dado el poco espacio existente entre los monolitos
y el resto de los elementos de construcción. Estas
interrogantes requerirán de nuevos descubrimientos que nos
ayuden a comprender el trabajo de esos magníficos ingenieros
del mundo antiguo.
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Monumento
a Washington, Washington DC.
Construido
en etapas entre 1848-1885. Exterior de mármol blanco, interior
de granito, cubierta del piramidión: aluminio. 169,23 m de
alto, y 82.421 toneladas métricas, 36.491 bloques. Costo total
1,2 millones de dólares
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Obeliscos
existentes
Desde
los tiempos romanos, los obeliscos fueron trasladados a las
grandes ciudades del mundo para adornarlas, o bien como trofeos
de una tierra conquistada. Arsubanipal, rey asirio, trasladó
dos a Nínive, los emperadores romanos movieron varios a Roma y
Constantinopla. En la época moderna, esta movilización continuó,
como el de Luxor, regalado por el virrey Mehemet Alí al rey
Luis Felipe de Francia. Es por esto que a pesar de que los
obeliscos estaban diseminados por
todo el
territorio egipcio, y a que no había ningún templo de una
capital que no
tuviera uno, hoy en día, de los 27 antiguos obeliscos egipcios
que se encuentran erguidos,
solo quedan 6
en Egipto: el de Heliópolis, los tres de Karnak, el de Luxor y
el de El Cairo. El resto se
encuentran esparcidos en cada continente.
Los
obeliscos continúan siendo elementos arquitectónicos que
adornan plazas y parques en cada rincón del mundo. Muy pocos
conocen el significado y el esfuerzo requerido para su
construcción, sin embargo siguen evocando una sensación de
estabilidad, permanencia y majestuosidad como lo fue para el
antiguo pueblo del río Nilo.
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