Retorno
a Menfis
Por
José
Ignacio Velasco Montes
4.-
Keops
ha muerto. Tras unas horas en las que el visir, actuando como Notario
Real, certifica su muerte y el rey es velado y visitado por familiares y
amigos, su cuerpo debe ser entregado a los “Niños de Khenty-Isty”,
los “Sacerdotes de Horus”, que se ocuparán de preparar su viaje hasta
el “Más Allá”.
La
comitiva fúnebre que traslada el cuerpo al templo de Anubis, llega hasta
la puerta exterior. Ante ella ceden el sitio en las varas de las andas a
los Sacerdotes de la Muerte que les esperan y que serán los que
introduzcan el cuerpo hasta la cripta del templo.
Pero
los sacerdotes de la “Tienda de Purificación”, “La divina Sala de
Anubis”, para entrar con un extraño, aunque sea el rey, deben solicitar
permiso para hacerlo al “Supervisor de los Secretos del Lugar”. Hay un
protocolo estricto que se debe cumplir.
--Están
llegando --me indican cuando el cortejo se ha parado a la entrada del
templo.
--Id
vos –me indica Imiotep—Haceros cargo de todo desde este momento.
Me
veo obligado a dejar todo y acercarme a la puerta principal para autorizar
la entrada.
--¿Quiénes
sois y qué queréis? --pregunto.
--Somos
los Khenty Isty. Traemos el Jat del rey Keops.
--Levantad
lo que le cubre el rostro, debo comprobar que es el rey.
El
sacerdote principal del templo, levanta una zona de la gran pieza de lino
de la más alta calidad, teñido de azul, que cubre el cuerpo.
--¡Sí,
es mi Señor! –Indico y, de inmediato, añado, dirigiéndome al
fallecido--. Bienvenido, Majestad. Podéis pasar a la “Divina Sala de
Anubis”.
El
cortejo penetra. Fuera esperan los que le han transportado y varios
oficiales y secretarios del palacio. El visir me alarga un papiro sobre el
que coloco el sello de cera del templo y dibujo los signos hieráticos que
indican mi nombre y categoría. En él acepto la entrega. Después lo
devuelvo al alto funcionario. El Visir es, en este momento, la persona de
mayor poder en Kemi hasta que se corone al nuevo rey. Cientos de soldados
rodean la zona. El templo, cuyas entradas han sido cerradas y están
estrechamente vigiladas, permanecerá en absoluta incomunicación por más
de setenta días.
En
el interior, los sacerdotes se ocupan desde el primer momento de todo. El
cadáver es bañado en agua lustral del Hapy Nilo y se siguen todos los
ritos de purificación previos al embalsamamiento. En la cripta de la Casa
de la Muerte, presididos por las imágenes de Anubis y Horus, el Gran
Hierofante Anjaf va a iniciar la momificación del rey.
Retorno a Menfis 5-6
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