Técnicas de momificación y rituales
La
mayor fuente de información que ha llegado hasta nuestras manos se
trata, sin duda, de la recogida por el pseudo historiador griego Heródoto
y la complementación realizada por Diodoro de Alejandría que nos
describe también el proceso añadiendo algunos datos.
Heródoto
narra el proceso de la siguiente manera:
“Por
lo que respeta al duelo y la sepultura, es costumbre que al morir algún
sujeto de importancia, las mujeres de la familia se empasten de barro
la cara y la cabeza. Así desfiguradas y desceñidas, y con los pechos
descubiertos, dejando en casa al difunto, van girando por la ciudad
con grandes lloros y golpes en el pecho, acompañadas en comitiva por
toda la parentela. Los hombres de la misma familia, quitándose el cíngulo,
forman también su coro plañendo y llorando al difunto. Concluidos
los clamores, llevan el cadáver al taller del embalsamador.
Allí
tienen oficiales especialmente destinados a ejercer el arte de
embalsamar, los cuales, al llevarles en cadáver, presentan a los
conductores unas figurillas de madera, modelos de su arte, las cuales,
con sus colores, muestran al vivo un cadáver embalsamado. La más
meticulosa, dicen ellos mismos, es la del sujeto el nombre del cual no
me atrevo ni considero lícito publicar.
Enseñan después otra figura inferior en mérito y menos costosa, y
por fin una tercera más barata y ordinaria, preguntando de qué
manera, y según qué método, desean que se trate el muerto; y después
de entrar en tratos y cerrado el contrato, se retiran los conductores.
Entonces, quedando a solas los artesanos en su oficina, ejecutan de la
siguiente manera el tratamiento de primera clase. Empiezan
introduciendo por la nariz del muerto unos hierros encorvados, y después
de extraerle el cerebro, introducen sus drogas e ingredientes.
Abren después la zona abdominal con una piedra de Etiopía aguda y
cortante, sacan por allí los
intestinos,
purgando el vientre, lo lavan con vino de palma y
después con aromas molidos, llenándolo después de finísima mirra,
de casia, y de variedad de aromas, de los cuales exceptúan el
incienso, y cosen por último la abertura.
Después de estos preparativos adoban secretamente el cadáver con
natrón durante setenta días, único plazo que se concede para
mantenerlo oculto, después se faja, bien lavado, con ciertas vendas
cortadas de una pieza de finísimo lino, untándolo al mismo tiempo
con aquella goma de la que se sirven comúnmente los egipcios en vez
de cola. Vuelven entonces los parientes del muerto, toman la momia, y
la encierran en un nicho o caja de madera, la parte externa de la cual
tiene la apariencia de un ser humano, y así guardada la depositan
dentro de una habitación, colocándola de pie y acercándola a la
pared. Este es el método más exquisito para embalsamar los muertos.
Otra
es la forma con la que preparaban el cadáver los que, contentos con
la medianía, no les gustaba tanto lujo y meticulosidad en este punto.
Sin abrirle el vientre ni extraerle el intestino, mediante unos
clísteres
llenos de aceite de cedro, se lo introducen por el orificio del ano,
hasta llenar el vientre con este licor, teniendo cuidado de que no se
derrame y vuelva a salir. Lo dejan durante los días acostumbrados, y
el último día extraen del vientre el aceite, la fuerza del cual es
tan grande que arrastra a su paso las tripas, intestinos y entrañas,
ya líquidas y deshechas. Consumida la carne por el producto sólo
queda del cadáver la piel y los huesos; sin preocuparse de nada más
se restituye la momia a los parientes.
En
el tercer método de adobamiento, que suele ser utilizado por los que
tienen menos recursos, se limpian las tripas del muerto a fuerza de
lavativas de syrmaia,
se adoba el cadáver durante los setenta días preestablecidos,
devolviéndose después al que lo llevó para que lo regrese a su
casa.
Por
lo que respecta a las madres de los nobles y a las mujeres bellas, se
toma la precaución de no entregarlas en seguida para embalsamarlas,
sino que se difiere hasta el tercer o cuarto día después de su
muerte. El motivo de esta dilación no es otro que impedir que los
embalsamadores abusen criminalmente de la belleza de las difuntas,
como sucedió, por lo que cuentan, con uno de estos inhumanos, al que
se le llevó una de las recién muertas, según se supo por la
declaración de un compañero.”
Diódoro
nos describe así la momificación:
"Cada
vez que muere alguien sus parientes se ungen la cabeza de barro,
deambulan por la ciudad entre lamentos, hasta que el cuerpo recibe
sepultura. No sólo eso, durante este tiempo no se bañan, no beben
vino, no comen
y no se visten con ropa de colores vivos. Existen tres clases de
entierros, el más caro, el mediano y el más humilde. Si se opta por
el primero, dicen que el precio es de un talento de plata, el segundo,
veinte minas, y si se escoge el tercero dicen que el precio es muy
bajo. Los hombres que se ocupan de los cuerpos son hábiles artesanos
que reciben todos sus conocimientos profesionales de sus antepasados,
ya que es una tradición familiar; estos exponen a los parientes del
difunto una lista de precios de cada producto utilizado para el
entierro i les preguntan de qué manera desean que se trate el cuerpo.
Cuando llegan a un acuerdo para cada uno de los detalles, se quedan
con el cadáver y lo confinan a unos hombres designados para tal
servicio, especialistas en la materia. El primero es el escriba, como
se denomina a la persona que, una vez el cuerpo es depositado en el
suelo, señala la longitud que ha de tener la incisión en el lado
izquierdo; después otro, llamado el parascytes (cortador), practica
la incisión, como la ley ordena, con una piedra etíope y en seguida,
echa a correr, y todo los presentes lo persiguen y le lanzan piedras,
le insultan, tratando de castigar la profanación que acaba de
cometer, puesto que a sus ojos, todo aquel que se comporta
violentamente o hiere a otro de la misma tribu merece el odio general.
Por contra, los hombres llamados tariqueutas (embalsamadores) son
tratados con la mayor consideración y reciben muchos honores,
similares a los que reciben los sacerdotes, e, incluso, entran y salen
de los templos sin problemas, como si estuviesen libres de toda
sospecha. Después de que el cuerpo haya sido abierto, uno de ellos
introduce su mano a través de la abertura del cadáver y le extrae
todo excepto los riñones
y el corazón, y otro limpia las vísceras
una a una, lavándolas con vino de palma y especias. Generalmente
aplican con cuidado al cadáver durante treinta días aceite de cedro
y otras preparaciones, después mirra, canela y otras especias que
tienen la facultad no solamente de preservar el cuerpo durante mucho
tiempo sino también de conferirle un olor agradable. Después de
tratar el cuerpo lo retornan a los parientes.”
Ninguno de los dos hace referencia a la destinación de las vísceras.
Estas se introducían en los llamados vasos cánopes (en honor al dios
Cánopo) y estaban protegidos por los cuatro hijos de Horus, que
estaban esculpidos la mayoría de veces en sus tapas. El estómago y
el intestino grueso se guardaban en el vaso de cabeza antropomórfica
correspondiente a Amset y sus inscripciones pedían la protección de
la diosa Isis, además se relacionaba con el punto cardinal del sur;
el intestino delgado en el vaso cinocéfalo,
protegido por el dios Hapi invocaba a la diosa Neftis y se asociaba al
norte; en el tercero, de tapa en forma de cabeza de chacal, se
introducían el corazón y los pulmones y lo vigilaba Duamutef, lo
protegía la diosa Neith y se identificaba con el este; el último
vaso, con cabeza en forma de halcón, estaba custodiado por Qebehsenuf
y contenía la vesícula biliar y el hígado, estaba protegido por
Selkis y se asociaba al oeste. En realidad este intento de asociar un
órgano a un vaso no se cumplía siempre y encontramos una gran
diversidad de combinaciones, según el autor al cual recurramos. Los
vasos, a su vez, podían estar guardados dentro de un cofre que tenía
la función de protegerlos e incluso en el interior de nichos
construidos para tal efecto. El vendaje es otra de las cosas que
quedan un poco en el aire. Al retirarse el cuerpo de su cobertura de
natrón se lavaba y rodeaba de multitud de finísimas vendas
impregnadas en goma arábiga. El encargado de ejecutar esta tarea era
el coacytes. Entre ellas se
introducían una serie de amuletos destinados a proteger el difunto,
hecho que provocó, a lo largo de muchos años, la violación de
tumbas por los busca-tesoros, que destruían las momias en busca de
los amuletos y las joyas que llevaban entre el vendaje. El proceso de
aplicación de vendas finalizaba con un recubrimiento hecho con vendas
de tela más gruesa.
Los oficiantes tenían carácter sacerdotal y recibían el
nombre de sacerdotes-ut junto a ellos trabajaba un sacerdote lector, que era el encargado
de recitar los pasajes del ritual, como se dice que hizo Isis por vez
primera. Entre estos rituales destaca el de la apertura de la boca que
consistía en devolver al ser el uso de la boca y otorgarle las
facultades por las cuales la vida se manifiesta. En los funerales este
rito se efectuaba primero en la sala de embalsamamiento y otra vez
antes de sepultar al difunto. Lo dirigían el sacerdote sem,
que representaba Horus. Este tocaba el rostro del difunto con una
azuela y después con un
cincel para devolverle el uso de la boca y los ojos, con lo que podía
volver a hablar, ver y comer. Todo esto se acompañaba de la quema de
sustancias olorosas (sahumerios),
purificaciones rituales, sacrificios y diversos actos que podían
variar. Les oraciones recitadas están recogidas en el Libro
de los Muertos:
Sortilegio
21
Para
retornar a un difunto los poderes de su boca.
¡Salve,
oh Príncipe de la Luz, tu que iluminas la Mansión de las Tinieblas,
mira! ¡Ante ti llego santificado y purificado! Pero, ¿qué veo? ¡Tus
brazos dirigidos hacia atrás repelen todo lo que llega de tus
Antepasados! ¡Concede a mi boca los poderes de la palabra, con el
objetivo de que a la hora
en la que reinen la Noche y la Niebla, pueda dirigir mi Corazón!
Sortilegio
22
Para
retornar a un difunto los poderes de su boca.
He
aquí que subo al Cielo del universo misterioso, semejante al Huevo Cósmico
rodeado de sus rayos… ¡Qué el poder de mi boca me sea restituido,
qué pueda pronunciar ante el Señor del Más Allá las Palabras de
Potencia! ¡Qué la súplica de mis dos brazos extendidos con fervor
no sea rechazada por las Jerarquías divinas, pues, en realidad, soy
Osiris, Señor del Re-stau! Pueda, entonces, compartir la suerte de
los que se encuentran en la cima de la Escala celeste. Venido aquí
por voluntad de mi corazón; he atravesado el Lago del Fuego, y mi
presencia ha apagado sus llamas.
Sortilegio
23
Apertura
de la boca del difunto.
¡Ojalá pueda Ptah abrir mi boca! ¡Ojalá pueda el Dios de mi
ciudad desatar las vendas que cubren mi rostro! ¡Ojalá Toth armado
de las palabras de Potencia quite estas nefastas venditas, herencia de
Seth! ¡Ojalá pueda Tum lanzarlas a la cara de los enemigos que
quieran, con la ayuda de estas venditas, volverme impotente para
siempre! ¡Ojalá Shu pueda abrir mi boca con el arma de hierro que
abre la boca de los dioses! Porque yo soy la diosa Sekhmet que habita
en la región de los Grandes Vientos del Cielo… Yo soy el Genio de
la Constelación Sahú en medio de los Espíritus divinos de Heliópolis.
¡Ojalá todos los hechizos dirigidos en mi contra dejen indiferentes
y seguros a los dioses y a los Espíritus que los oigan!.
Utilizaban amuletos que creían
estaban dotados de poderes mágicos. Encontramos una gran variedad,
dependiendo de la época y el status
social del individuo. Entre los más significativos destacan los
siguientes:
·
Dyed de oro: Símbolo egipcio representado por una columna
vertebral con base y capitel. Representaba la estabilidad y la
resurrección de Osiris como gobernante.
·
Hebilla de
cornalina: Estaba asociada a la
diosa Isis. Se colocaba en el cuello del difunto después de haber
recitado las palabras adecuadas del Libro
de los Muertos mientras permanecía sumergido en agua de flores.
·
Halcón de oro
·
Collar de oro: Se colocaba rodeando el cuello del difunto y tenía
que ayudarlo a librarse del vendaje al resurgir.
·
Udyat de esmeralda o lapislázuli: Ojo de Horus. Se colocaba en
cualquier parte del finito e invocaba la protección del dios y la
buena salud. Fue uno de los más populares a lo largo de la historia
egipcia.
·
Anj: Cruz con asas que simboliza la vida, lo bueno y la belleza.
·
El escarabajo: Se colocaba en el lugar del corazón para evitar
que este pudiera declarar en el Más Allá en contra del difunto. Podía
tener escritos capítulos del Libro de los Muertos que habían de proteger al finito. Simboliza el
ciclo solar y la resurrección así como al dios Khepra. Estaba
asociado a la fuerza de la creación y al ciclo solar.
·
El tet o nudo de Isis: Representa el arbusto tamarisco del mito osiríaco.
Las fórmulas de su hechizo se tenían que recitar manteniéndolo
sumergido en agua de flores. Tenía la propiedad de reconstruir el
cuerpo en el Más Allá.
·
Emblemas reales y divinos como el ureo
o el tocado de Hathor.
·
Estuches de metal que contenían papiros con fórmulas mágicas.
Cásia: Tipo de especia aromática utilizada hoy en día especialmente en cocina.
Se obtiene de la corteza de un árbol de la familia del laurel, Cinnamomun
cassia. Es muy similar a la canela, pero más
dulce y aromática. Puede usarse molida o enrollada y pelada.
Las especias se utilizaban como repelente de insectos y, en
muchos casos, como bactericidas. Otro de los posibles motivos por los
que, se cree, las usaban, es por el agradable olor que desprenden,
que, en los cadáveres, se agradecería.
Lino:
Nombre común de las plantas de la familia de las linacias que
pertenece al género Linum.
De las fibras se obtienen los hilos y tejidos de lino y, de la
semilla, aceite. Es propio de las regiones temperadas y crece bajo una
amplia gama de condiciones y humedades. Los mejores suelos para
cultivarlo son las tierras francas limosas o las arcillosas
moderadamente fértiles.
Lo utilizaban en la fabricación de las vendas que servirían
para aislar el cuerpo del exterior.
Natró:
Na2CO3 + NaHCO3 + NaSO4
encontramos diversas fórmulas según las fuentes consultadas,
pues se trata de una mezcla de composición imprecisa), tipo de sal
que, juntamente con otras se encuentra en las fuentes de agua que, al
acumularse en lagos sin desguace y en los cuales se produce una gran
evaporación, dan lugar a canteras. Los yacimientos más antiguos
conocidos son los de los lagos del Bajo Egipto, concretamente en la
cuenca del Wady Atrum (de donde cogió el nombre). El agua es muy
alcalina en los 11 lagos que forman parte y contiene carbonato,
cloruro y sulfato sódico. En abril, al bajar el nivel de las aguas,
estos se depositan por precipitación dando lugar a capas de entre 40
y 50 cm. de espesor.
Era
usado en la desecación del cuerpo del difunto debido a la variación
de tonicidad que provoca en el medio circundante y los consiguientes
fenómenos de ósmosis.
Piedra
Etíope: Piedra de obsidiana en forma de cuchillo que se utilizaba
para efectuar la incisión en el lateral izquierdo del abdomen del
difunto. Era obligatorio que el corte fuera realizado con un
instrumento de este material, ya que de este modo lo marcaba la ley.
La obsidiana es una roca volcánica semitranslúcida y oscura
compuesta por sicilio, oxigeno y calcio. Su color abarca una amplia
gama: negro verde oscuro, verde claro, rojo, blanco y con vetas negras
y rojas. Se modela fácilmente, por lo cual, desde la Antigüedad, se
usó para construir armas y herramientas.
Resinas:
Termino aplicado a una serie de sustancias orgánicas, líquidas y
pegajosas, que normalmente se endurecen a temperatura ambiente. Son
segregadas por numerosas plantas. Su color varía entre el amarillo y
el amarillo pálido. Al ser quemadas desprenden agradables olores. A
pesar de ser químicamente diferentes, todas contienen carbono, hidrógeno
y oxigeno, son insolubles en agua pero sí lo son en alcohol y otros
disolventes orgánicos. Se subdividen en tres tipos:
-
Resinas
duras como el ámbar
-
Oleorresinas
como la trementina
-
Gomorresinas
como la mirra
Mirra:
Gomorresina aromática que se extrae de un árbol procedente de
Arabia. Es una mezcla de resina, goma y aceite esencial de mirrol,
causante de su color característico. Desde la antigüedad ha sido muy
preciada como ingrediente de perfumes e inciensos. En la actualidad
han quedado demostradas sus propiedades antisépticas y se utiliza en
dentífricos para prevenir la halitosis.
Las diferentes resinas se utilizaban por sus propiedades
antibacterianas y aislantes, pues una vez fundidas formaban una gruesa
capa protectora sobre la piel. A pesar que nos hayamos referido a las
resinas como elementos bactericidas, no está de más remarcar que los
egipcios en ningún momento llegaron a conocerlas por su microscópico
tamaño, por lo que sus motivos para usarlas se limitaban a que
observaron que las momias conservadas con ellas se permanecían en
mejor estado, es decir, se “suprimía” un factor de la
descomposición.
Instrumental
quirúrgico: Básicamente estaba formado por una serie de ganchos,
para la extracción de cerebro, cuchillos y cucharas para ayudarse en
la evisceración y una serie de recipientes para recoger la sangre que
el cadáver desprendía.
El
precio de estos materiales, juntamente con otros, se recogía en una
lista
que entregaban a los familiares. A continuación tenemos un ejemplo:
Lista de precios del embalsamador
|
Articulo
|
Precio
|
|
Dracmas
|
Óbolo
|
..................................................................
|
12
dr.
|
2
ób.
|
Vaso
de fango
|
|
2
ób.
|
Pintura
roja
|
4
dr.
|
19
ób.
|
Cera
|
12
dr.
|
|
Mirra
|
4
dr.
|
4
ób.
|
Canción
|
|
4
ób.
|
Grasa
|
|
8
ób.
|
Tela
de lino
|
136
dr.
|
16
ób.
|
Máscara
|
64
dr.
|
|
Aceite
de cedro
|
41
dr.
|
|
Medicinas
para el lino
|
4
dr.
|
|
Aceite
bueno
|
4
dr.
|
|
Salario
de Turbón
|
8
dr.
|
|
Mechas
de lámparas
|
24
dr.
|
|
Túnica
vieja
|
|
24
ób.
|
Vino
dulce
|
|
20
ób.
|
Cebada
|
16
dr.
|
|
Levadura
|
4
dr.
|
|
Perro
(chacal)
|
8
dr.
|
|
Máscara
pequeña (?)
|
14
dr.
|
|
2
artabae de pan
|
21
dr.
|
|
Cono
de pino (?)
|
|
8
ób.
|
Plañideras
|
32
dr.
|
|
Carro
tirado por burro
|
8
dr.
|
|
Barcia
(?)
|
|
12
ób.
|
|