LOS
OASIS DE EGIPTO
Por
Elisa Villagrasa
Fotografías
de la autora
Cuando
oímos pronunciar el nombre de Egipto, en nuestra mente rápidamente nos
vienen imágenes de pirámides, momias, arena, pero lo que no nos
imaginamos es que este enigmático país esconde un secreto, uno más de
los tantos que intentamos desvelar los investigadores, pero este "secreto” en particular lo podemos
revelar, pues Egipto nos lo regala.
Al
igual que ocurre en muchos países, Egipto también cuenta con una gran
cantidad de oasis, pero éstos, sin embargo, son poco conocidos. La ruta
más usual de acceso a los mismos es desde El Cairo, se puede ir en autocar,
pero lo más hermoso es hacer el camino en el coche de línea que une a
la gran ciudad con el poblado de los beduinos llamado BAWITI, situado en
el oasis de el BAHARIYA.
Desde
El Cairo hay tres autobuses diarios y además los miércoles, jueves y
domingos, hay otro suplementario, el trayecto dura entre 4 o 5 horas,
durante el cual sólo se realiza una parada en una estación, cafetería,
perdida en la inmensidad de la carretera, que es muy peculiar. También
salen microbuses compartidos de lo más pintorescos, aunque no os los
aconsejo, ya que son muy incómodos, pero a veces como último recurso
no te queda más remedio que recurrir a ellos, pues los autobuses de línea
suelen ir bastante llenos.
El
oasis de el BAHARIYA, se encuentra a 365 Km. de El Cairo, sus gentes son
muy amigables, sobretodo si vas acompañado de algún amigo egipcio, te
reciben en sus casas con gran cortesía, ofreciéndote enseguida un
refrigerio en su “sala de invitados”, ya que las visitas no pueden
acceder a la vivienda particular, incluso tienen un aseo de uso sólo
para sus invitados.
Sus
mujeres son de gran belleza, aunque difíciles de ver, ya que éstas
permanecen en sus casas durante el día y sólo salen a la calle por la
noche. Los hombres son los que efectúan la compra diaria, aunque para
sus cosas particulares; las mujeres tienen sus tiendas que permanecen
abiertas por la noche para que ellas puedan ir a comprar.
Este
oasis se ha hecho famoso por que en el año 1.992 se realizó un fantástico
descubrimiento. Se trata de un enorme cementerio, considerado el más
grande hallado hasta ahora. Se cree que hay en él mas de 10.000 momias
de época grecorromana, contemporáneas de Alejandro Magno. El complejo
funerario, llamado “Valle de las momias”, en la actualidad se están
estudiando.
En
este oasis se encuentran también unas fuentes romanas donde el agua
sale a una temperatura de 33º C.
Si
alguna vez hemos soñado estar en un paraíso, el mejor acceso a este
paraíso es desde este oasis.
El
desierto blanco o SAHARA EL GUEDIDA es una gran extensión de arena
muy fina y suave, fresca al tacto. A tu alrededor y decorando el paisaje,
podemos ver serie de formaciones rocosas de piedra calcárea totalmente
blanca, a las que la erosión del viento y la arena han dado formas
curiosas y diversas.
Desierto
blanco: se ven perfectamente las pequeñas dunas de piedra calcárea, en
otras podréis apreciar que incluso hacen caprichosas figuritas.
Inicio
del Desierto blanco: todavía se aprecian las arenas del rojo.
Desierto
blanco: el yeso del desierto da la impresión de ser una zona cubierta
de nieve.
Acampamos
para pasar la noche en este desierto y ello nos permitió
contemplar al despertar, un maravilloso amanecer, aunque quizás es al
atardecer el mejor momento para casi extasiarse con los cambios de color
del paisaje que en ocasiones parece cobrar vida.
Los que hemos tenido el gozo de estar en este insólito paisaje,
recordaremos sus imágenes para siempre, pues éstas han quedado
grabadas no sólo en nuestra retina, sino también en nuestro corazón.
De
nuevo y en dirección al sur, en
dirección al oasis de FARAFRA,
el suelo cambia de color, delante nuestro comienza una gran extensión
de rocas negras a las que los nativos llaman GABAL EL SZEGED, o desierto
negro. Su imagen es impactante.
Paramos
para recoger del suelo algunas de sus piedras pues su color tan oscuro
nos llama la atención y comprobamos con asombro que al chocarlas entre
si suenan metálicas, parecen de hierro, además de hacer unas formas de
lo más curiosas.
Llegamos
al oasis de FARAFRA, que se encuentra a unos 200 Km. al sur del
de BAHARIYA, de donde venimos. Es el oasis más pequeño de todos, pero
no por ello menos hermoso. Antiguamente se le conocía como “la tierra
de la Vaca” TA-IHW, refiriéndose a la diosa Hator.
En
el pueblo encontramos un museo hecho por uno de sus habitantes, el
beduino Badr Abdel Moghny, un artista nacido en 1.958 totalmente
autodidacta, que ha creado su museo en una casa de barro característica
del oasis. Cada habitación de la casa esta dedicada a un tema
diferente, pues intenta, a través de su trabajo reflejarse él mismo y
a las gentes y costumbres de los oasis.
Nos
dirigimos ahora al oasis más grande de la región, a EL DAJLA, a
unos 300 Km. más al sur. Su capital es Mut, posiblemente su nombre
derive de la diosa faraónica de la tríada de Tebas. Los últimos
hallazgos han revelado que el origen de este oasis se remonta al periodo
Neolítico, cuando el clima era parecido al que se da hoy en día en la
sabana africana
Termina
ya nuestra estancia en los oasis y desandamos el camino andado para
desde el pueblo de BAWITI, regresar al El Cairo, no sin antes hacer una
parada en el desierto Rojo, cuyas arenas son de un color rojizo
bastante intenso.
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