LA MASTABA
NÚMERO 17 DE MEIDUM
Localización
La
mastaba número 17 de Meidum se encuentra muy cerca de la cara
este de la Pirámide de Esnefru. Nada más llegar a la base de la
pirámide, además de lo imponente de la estructura de ésta, lo
que más llama la atención son las dimensiones de la mastaba.
Propietario
Se
desconoce a quién pertenecen los huesos que se encontraron en
su interior y, por tanto, quién pudo haber sido su propietario.
Sin embargo, existen varias teorías al respecto:
La más comúnmente aceptada
es la que afirma que puede ser la tumba de un príncipe, otro de
los hijos de Esnefru. La familia real parece tener un vínculo
estrecho con Meidum, dado que varios de sus componentes fueron
enterrados en este enclave. Dos de los personajes más conocidos
son Nefermaat, enterrado en la mastaba doble número 16 junto con
su esposa Atet, y Rahotep, que descansa igualmente en una doble
mastaba conocida con el número 6 junto con su esposa Nefret.
Swelim, Nabil M. A.,
en su libro “Some Problems on the History of the Third Dynasty”
(1983) ofrece otro punto de vista, señalando que los huesos encontrados
por Wainwright en
la cámara funeraria de esta mastaba pudieran pertenecer a Nebka.
Según este autor Neferkara habría terminado la construcción de
la subestructura, momento en que reinhumaron a Nebka en esta mastaba
y Huni se encargaría posteriormente de la superestructura.
El
cuerpo hallado tenía los ojos arrancados y, en su lugar, unas
bolas de pasta cubriendo las órbitas. Los miembros, incluido el
pene, estaban amputados y fueron vendados por separado.
Estructura
La
mastaba 17 es un buen ejemplo de este tipo de enterramiento dentro
del Imperio Antiguo. Únicamente el adobe fue el material utilizado
en la superestructura; las cámaras están construidas con piedra
caliza. La tumba tiene forma cruciforme, con un corredor, la antecámara
y la cámara del sarcófago.
Todo
su interior fue rellenado con escombros de caliza, que, según
varios autores, podrían pertenecer a la pirámide de Esnefru.
Algunos
de los objetos encontrados
A.-
De la época del enterramiento inicial:
Huesos
pertenecientes a un cuerpo desmembrado . Cada miembro se encontró
vendado por separado.
Sarcófago
de granito rosa.
Maza
utilizada en la construcción.
Varias
láminas de oro.
Una
herramienta de cobre.
B.-
De la Dinastía XVIII a la Época Romana (Reutilización de esta
tumba):
Diversos
ataúdes (1) Saitas, de titularidad de: Ah-tefnajrt, Gemís, Amenheru
(2) Dinastía XXII: como el ataud de Sit-Mut.
Un
escarabeo que podría datarse en la Dinastía XVIII.
Un
ushabti que lleva por nombre Hori de la Dinastía XIX o posterior.
Las
guías de ayuda
Flinders
Petrie, en la excavación que llevó a cabo en esta mastaba, descubrió
cómo en sus cuatro ángulos, en el exterior de la misma, se habían
construido cuatro muros en forma de L.
El
propio Petrie lo narra en su libro “Ten years digging in Egypt”,
en el capítulo X dedicado a Meidum.
En
la cara interior de estos muros, que fueron construidos por debajo
del nivel del suelo y terminaban a este mismo nivel, se dibujaron
unas líneas con un ángulo de 75º. Parece ser que las líneas eran
las guías de las cuales se sirvieron los constructores de la mastaba,
para conseguir la inclinación deseada en la superestructura de
la misma. Para ello, los ladrillos de adobe eran colocados siguiendo
la línea dibujada con anterioridad en los muros, tal y como se
muestra en el gráfico superior.
Recorrido
Virtual
Visitar
el interior de la mastaba 17 queda reservado a personas intrépidas.
Esto es lo que pudimos ver en su interior.
Este
es el aspecto que tiene la entrada actual y que no es más que una
entrada practicada por intrusos visitantes en la cara sur de la
mastaba. La entrada original se encuentra en la cara este como se
aprecia en la segunda fotografía.
Tras pasar la entrada, un túnel excavado en la roca falto de toda
luz; ni una sola bombilla hasta después de recorridos varios metros.
El túnel es angosto.
Tras
el túnel llegamos a este pozo al que debemos bajar por una escalera
de mano de unos siete peldaños. Es bastante estrecho, no son efectos
ópticos de la cámara.
Para
poder acceder a la antecámara de la tumba es necesario arrastrarse
por este hueco excavado en la roca.
Al otro lado, ya en la antecámara, varios hoyos en el suelo muestran
la actividad de los ladrones de tumbas que en su día abrieron la
entrada por la que actualmente se accede al interior de esta mastaba;
los huecos no tienen más que aproximadamente un metro de profundidad.
En la antecámara, hay que andar sobre los tablones para poder acceder
a la cámara del sarcófago. Al final de esta sala y a mano derecha
un corredor lleva hasta la entrada original a la tumba, ahora taponado
por escombros.
La
cámara del sarcófago es más amplia que el resto de las estancias.
Tanto la antecámara como la cámara funeraria carecen de cualquier
tipo de decoración. El sarcófago está situado al final de la sala.
El
sarcófago es de granito rosa y en su día (posiblemente ya en el
Imperio Antiguo) fue saqueado, utilizando, a tal efecto y entre
otros artilugios, la maza que vemos en la fotografía.
Teresa
Soria Trastoy
©
Todas las fotografías son propiedad de la autora de este artículo
a excepción de la maza en el sarcófago (Guardian´s Egypt) y los
dos gráficos (University College London). Queda prohibida su reproducción
total o parcial en cualquier medio.
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